Ayer soñé con el sol que en mi espacio veraniego,
un cuadro algo difuso, por los embates del tiempo.
Esas perlas victoriosas... ¡Tanta espera ilusionada!
un remolino impetuoso de poemas y palabras.
La verdad es dolorosa o reconforta en su audacia,
porque verla en el camino, despeja la niebla esclava.
Puedo ver en las ventanas que me ciegan sin palabras,
y saber que no es preciso indagar... porque no cuadra.
Perdonar... creer de nuevo, olvidarme de las trampas,
evitar esos deseos de gritárselo en la cara
y vaciarme de misterios y promesas de hojalata,
ocultas en las canciones sugeridas y encriptadas.
Tal vez quede algún suspiro desahuciado en su esperanza,
pero si el ojo es valiente... el corazón ya no abraza.
¡Tanta traición!, ¡Tanto embuste!... Tanta idiota escena armada,
me despido del recuerdo y esas fotos que ocultabas.
Me protejo por las noches... agradezco en las mañanas,
corro piedras del camino, para nunca tropezarlas,
y me arraigo con màs fuerza a no ser la misma incauta,
que creyó en cada verso... y en la voz que modulaba.
¡Qué opereta tan absurda!.. un escenario de barro,
no olvidaré lo vivido... jamás volveré a intentarlo.
Ya no hay nada más que ver, ni me interesa tu vida,
esa magia del destino, se despliega en mil salidas.
Si llueve esta noche gris... se llevará los desechos,
si ruge muy fuerte ahora... no será por los aciertos.
Mis pies estarán mojados y mis pasos decididos,
cuando la gotas no caigan, se esfumaran los indicios .
Norma