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jueves, 2 de septiembre de 2010
La ceguera
Creí estar ciega… y sí que lo estaba,
abriendo los ojos… la luz me cegaba.
En la insuficiencia de visión expresa…
Las luces desbordan toda su belleza.
La visión es sangre y se hizo huella,
Arrasa en el cosmos con el alma en pena.
La eleva muy alto… más que las estrellas…
donde lo escondido se vuelve diadema.
Agudizo el foco… y me quedo helada,
¡Tanto compromiso con su buena causa!.
¿Cómo compensar mi tonta ignorancia?...
¿Cómo?... si el guardián laceró su espalda.
La cresta del aura se viste en destellos,
la imagen que oculta… desnuda su anhelo.
El cielo discreto se retira un rato…
mientras que acomoda máscaras y pactos.
Y yo que pensaba que veía un oasis…
sobre este desierto de días y frases.
Todo un universo que yacía en sombras…
se alzo ante mi paso con fuerza y victoria.
Mis manos pequeñas abarcan lo poco,
no podía avistar al genial coloso.
Sonrío azorada… ya perdí cadencia…
el curso del río que vuelve a su esencia.
Solo espero ahora que guíe mis pasos,
la costa es un sueños abriendo sus brazos.
No espero otra cosa… nada más deseado,
Como el día eterno que crece en el lago.
Norma Marchetti
2/9/10
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