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jueves, 9 de diciembre de 2010

¿Estoy equivocada? Hoy... una tarde más... o menos, todo depende de para qué. Pensaba en lo extraña que puede ser la vida... aveces nos suceden cosas, que si las escuchamos de otro... seguro que no las creemos... o tal vez solo podríamos admitir solo una parte, por pensar que el resto solo es producto de la imaginación. Hay historias que atrapan por misteriosas... o mágicas, el problema es cuando nos envuelven en su torbellino y nos sumergen hasta límites impensados, donde la razón no tiene argumentos y las explicaciones no serían suficientes. Amores que se producen de manera irracional y perduran con la fuerza de los tangibles... y más. La mente nos lleva de la mano por los caminos marcados por la conciencia y el sentido común, pero el corazón, que no sabe de reglas y discursitos mediocres, se rebela y el tironeo es una lucha constante, en la que los románticos, siempre... y con cierto disimulo, dejamos que se aflojen un poco más las ataduras de ese incansable trabajador que nos mantiene con vida. Escribimos poemas, lloramos, armamos estrategias, nos aplasta la desolación... y volvemos a nutrirnos de ese poderoso brebaje que nos devuelve al apasionado intento de aferrarnos a otro día, porque representa otra oportunidad y por momentos nos deja tocar con la punta de los dedos a ese ser de luz que nos guía por el camino correcto, aunque en ocasiones, podamos sentir que todo se nos viene encima... como si fuéramos a contramano de las leyes establecidas. Entre mis prioridades, le doy un lugar muy especial a las leyes naturales que a mi entender, son normas establecidas por Dios, y como para mí, no existe sabiduría más plena y absoluta... todo lo demás pasa a un segundo plano, en el que afloran nuestros egoísmos y mezquindades de cualquier tipo. En definitiva... no existe mayor riqueza en el mundo que el amor correspondido y no existe otra llave que abra las puertas del paraíso... tal vez sea muy soñadora, ingenua... o cualquier otro calificativo que me describa, pero... ¿Qué puede hacernos sentir más plenos?... ese ensamble es único y su cuidado debe ser en extremo delicado, como a una delgada copa de cristal en la que se ha vertido la eterna unión de dos seres... más allá de los límites y la fragilidad del cuerpo y de cualquier otro razonamiento terrenal... ¿Qué puede ser más poderoso y perdurable a pesar de cualquier barrera o impedimento humano?... Si no compartís lo que digo, pensá en los que nunca se enamoraron, en los que jamás serán correspondidos, en los casos en que uno de los dos deja de existir... o simplemente en los que lo dejan pasar. ¿Estoy equivocada?... 9/12/10

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