Una mano grande me comprime el pecho...
un sudor de frío recorre mi cuerpo.
Y me ahoga el miedo de llegar muy tarde...
camino escabroso entre los desmanes.
Triste la expresión... pero muy serena,
desafía mi temple desde sus arenas.
No puedo evitarlo, tiemblo en la distancia,
tal vez ya no encuentre el tiempo de gracia.
Todavía en pie... pero muy cansada...
livianos los pasos avanzan sin pausa.
Y dentro de mí, tengo el sentimiento...
que crece e implora por fluir sin cerco.
Una brisa suave se instala en mi espalda,
mi columna siente como se desarma.
El silencio daña mi otro sentido...
percibo y me quedo sola en un vacío.
Tanto por andar... y yo a contramano...
perdí tanto tiempo sin verme en lo humano.
Y soy tan mortal que muero sin alas...
escribiendo versos en tus manos blancas.
Norma Marchetti
27/2/11
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