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lunes, 5 de septiembre de 2011
Más que diez mil poemas
En más de una oportunidad, debo reconocer que de la vida sé muy poco… casi nada podría decir. Pero eso no es todo… no conozco otros idiomas, ni países. Aún así, también soy consciente que mi vida la dedique al arte de amar, a la entrega incondicional… a confiar a ciegas en quien creo. Aunque esto parezca muy loco, o con una cuota de ingenuidad muy alta, yo entiendo que es genuino… tal vez me destrocen el corazón muchas veces más… eso nadie puede predecirlo, pero no quiero ser una más para dejar de ser una menos. No sé cuantos años me queden por vivir, no sé si alguien entiende de que hablo… igual eso no cambia demasiado mi realidad y puede que no entienda algunos códigos o mecanismos de defensa, eso también importa poco… El amor es “el sentimiento”, el que abarca mucho… y apunta a un solo lugar. La vida me dio las opciones y yo elegí, pero sin red ni garantías… es que la vida es elección y riesgo, que puede calcularse más o menos, pero nadie puede asegurar un éxito. El amor no admite especulaciones, estrategias, intereses ni trueques de ningún tipo… pero, para que no muera, que no caduque, es imprescindible que se lo deje entrar y se lo cuide… es la única forma de que perdure y crezca sano.
En cuanto a las mentiras… nada peor que mentir en un sentimiento. Es verdad que el primero se lleva las ilusiones… así y todo, nuestra capacidad de amar, excede los cálculos y nos sorprende.
Amar no implica solo el corazón y el alma… se ama completa y totalmente… y el cuerpo es importante… la mirada… el abrazo… la expresión es un arte del que siente y no del que solo quiere sentir. El amor no es solo sacrificio… o satisfacción, no es solo cuerpo o solo espíritu… se ama con cada gota de sangre que recorre las arterias… cada pequeña vena es importante, cumple un rol. Es la respuesta a muchos interrogantes y actitudes sin explicación… es motivo y razón de alegría y profundo dolor… es entrega y renuncia… pero nunca es solo una parte de todo eso. Es el riesgo de tirarse al vacío y la sensación única de plena libertad. Algunas personas se asustan ante esta sensación de debilidad… de indefensión… pero a su vez, los sentimientos son los grandes motivadores de causas heroicas. Algunas veces me pregunto porque se priorizan otras razones e intereses huecos y momentáneos, pero supongo que la respuesta está en los motivos tan chatos y efímeros como la poca vida que los impulsan.
No me resigno a que algunas personas solo deban pasar por nuestras vidas como si fueran ángeles que solo te levantan cuando te ven herido y después se esfuman como si jamás te hubieran existido… la vida es muy corta para nuestro espíritu eterno… lo material jamás llena los huecos del corazón… una mirada dice más que diez mil poemas… un abrazo es un intercambio de sensaciones de dos corazones… todos los besos son nuevos… y cada cicatriz, es una marca indeleble.
Norma Marchetti
23/8/11
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