Cultivo margaritas en mis manos,
ya tengo una vez más la fe en mis brazos,
mi cielo que es verdad sobre los llanos...
la senda de mi bien sobre lo humano.
La diestra a mi espacio tan vedado,
lo digno entre los dedos de mis manos,
la hora de guardar lo que me resta,
la sima de mi misma en la trastienda.
No importa el "qué dirán"... ¿A quién le importa?,
no importa donde quieran que se escondan,
y no importa si viví en mil tristezas...
y no importa si al final me estreno nueva.
Me subo a la montaña de los sueños...
elevo el corazón sobre mi cuerpo,
lo dejo con mi ángel tan lejano...
protejo el corazón con mis dos manos.
Norma Marchetti
28/10/11
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