Camina pausada en puntas de pie,
se vuelve felina sobre la estrechez.
Es cielo es de noche aterciopelada...
es candil y faro... sobre su mirada.
Se acomoda y crece en su face nueva...
sincroniza el ritmo que lleva en sus venas.
Reaviva su savia... se yergue dispuesta,
inhala profundo en la brisa fresca.
Es aroma suave de flores nocturnas,
es sonido leve tras de la penumbra.
Es abrazo inmenso durmiendo en el río,
es pasión de luna sobre los sentidos.
Es la mano tibia que busca su espalda,
es bramido de olas sobre sus murallas.
Es la huella eterna que se hunde en la arena,
es la sinfonía que oculta el poema.
Norma Marchetti
16/12/11
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