El cielo ha llorado gris
despidiendo a Enero.
Las letras se duermen cursivas
sobre mi cuaderno.
La tarde se vuelve preludio
de una noche a solas.
Me trae un aroma a Otoño
de caídas hojas.
El cielo es telón antiguo,
deslucido y frío.
Mis ojos se pierden cansados
sobre los suburbios.
Las manos inventan palomas
que vuelan muy bajo.
El viento se duerme en las nubes
que pinté sin manos.
La aurora es un sueño corto
que sabe a futuro...
el sueño es una mano fuerte
que derriba muros.
Mis hombros se vuelven soportes
cargando nostalgias.
La beta que traza el destino
se avista en mi espalda.
Norma Marchetti
30/1/12
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