sobre mis dos piernas,
que tiemblan mis manos
en la herida expuesta.
El desgarro interno...
miradas perdidas,
la cruz en la espalda
cuando no hay salida.
La mano extendida...
algún cuento de hadas,
en el cauto inicio
que a gritos reclama.
Y cierro mis ojos...
me voy desangrando,
no entiendo ese yugo
de amor desmembrado.
Y me enfrento al reto...
y al dolor punzante,
soy mujer entera
que no va a ocultarse.
Voy por mi revancha...
reclamo el derecho,
con la frente en alto...
y el pedido al cielo.
Norma Marchetti
1/12/12
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