Me entrego a la armonía del abrazo,
trasciendo la estrechez de mis silencios,
traspaso los temores con mis alas...
comienzo a transfundirme otro deseo.
Confluyo en la apertura del camino,
arribo a esas costas sin fronteras.
Respiro en singular... comparto el aire,
un sol y la inclemencia de su espera.
Concibo una inocencia sobre el pecho,
reabro la apertura postergada,
construyo los pilares de este cielo...
pasión y madurez... paz en el alma.
Las alas extendidas sin esfuerzo...
se abre el corazón a las miradas,
yo dejo mi defensa sin sentido,
ensamblo en la apertura sin palabras.
Norma Marchetti
27/05/13
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