un cielo algo gris... polarizado,
la gesta de un temor impredecible,
las ganas de huir de los presagios.
La culpa en el revés del calendario,
un grupo de fantasmas sin consigna,
la extensa dignidad sobre lo vano...
la estrecha comprensión sobre la vida.
Un par de sentimientos indelebles,
la impronta de arrasar con las doctrinas,
el tren de la utopía hacia el futuro,
las manos del amor bien sostenidas.
La espera del perdón a los errores,
la imagen agridulce de la estima,
las gotas de nobleza en las acciones,
algunas rosas blancas que iluminan.
Los brazos del descanso y sus opuestos,
un tiempo de bondad para los días,
las letras bailoteando entre los dedos,
los cercos que protegen la vendimia.
Revela la apertura de ambas manos,
sacude la emoción y se reaviva,
acude en el desdén... se vuelve oleaje,
se expresa en su razón extrovertida.
Un toque al corazón... es vulnerable,
se ensalza en su esplendor cuando se alivia,
en pulso y en pasión abre la historia
un corte en el dolor de la ignominia.
Se cierra a la crueldad y al egoísmo,
respira en su santuario de tibieza,
se calza su armadura de coraje,
encubre su interior... y es de piedra.
Camina hacia la luz que trae el día,
expande en sus dominios los cimientos,
el viento a su favor entre los llanos...
consciencia en el valor de la entereza.
Norma Marchetti
30/7/14
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