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sábado, 28 de junio de 2008
Extremos.
Le temo a los extremos y me preocupan,
la duda me sostiene flotando allí.
Ahogo mis palabras por no ser indiscreta,
me atraen los extremos si debo decidir.
No se como enfrentarme a esta ambigua opción,
no se como aferrarme, y decir que no.
No se si puedo ser lo que he pretendido,
no se si podré hacer lo que he prometido.
Entre tanta indiferencia de este mundo,
a menudo voy cayendo en los extremos.
Como jueza de lo justo y lo aberrante,
con la carencia e ignorancia de lo bueno.
Sudor y lágrimas en la lucha cotidiana,
me aferro al deseo de sobrevivir.
Espíritu y metal, sol y riquezas,
cajeros y frambuesas, conciencia y resistir.
Tal vez deba ser cruel, si es necesario,
tal vez deba ser miel, si sobrevivo así.
Como gota de agua dulce en el mar,
como cristales de azúcar en la sal.
Insisto en buscar un punto medio
prefiero ser mediocre y no brutal,
no anhelo ser perfecta ni lo intento,
no quiero incentivar mi vanidad.
27/7/99
viernes, 27 de junio de 2008
Disfraces.
¿Qué haré con la soledad
que agazapada espera?,
¿Qué haré con esta impiedad
que a plena luz me ciega?.
Este frío de la angustia
que hoy recorre mis venas,
se esparce por mi sangre
congelándome en la pena.
Apariencias son disfraces
que por momentos nos llenan,
y entre sus brillos voraces...
una sombra de miseria.
Seres que por su poder
infunden miedo y martirio,
ostentando tanto lujo,
se pierden en su cruel delirio.
Apócrifo es su reinado
revestido de avidez,
no será eterna su gloria...
la llorarán después.
¿Qué haremos con los viles
pecados mundanos?,
¿Qué haremos si nos juzgan
como los juzgamos?...
2/6/99
Rito cotidiano.
Me angustia ver pasar las horas y el descanso,
yo siento que la vida no esperará por mí.
Creo que si dudo y mi decisión tarda,
el tiempo de mi vida se extinguirá al fin.
No quiero reprocharme ni hacerme más reclamos,
yo quiero ir de frente y disfrutar así.
Si yo llego a esperarte, tal vez no llegue nunca,
si yo no me decido, me iré sin descubrir.
Las calles solitarias me inspiran reflexiones,
los paisajes soleados me hacen revivir,
las hojas que se mecen, las flores, los perfumes,
tus ojos en los míos, me invitan a seguir.
Mi marcha siempre es lenta y voy asimilando,
me exijo en las metas e intento resistir,
me cuesta la costumbre del rito cotidiano
y ya no se si puedo, liberarme de mí.
Tal vez, la tiranía me agote y me desarme,
tal vez, no sea muy justo condenarme así.
Y en esto de creer que puedo hacerlo todo,
me embarco en esta agonía, por sobrevivir.
2/1/99
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