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domingo, 29 de junio de 2008
Las chicas soñamos.
Todas las chicas soñamos con bellos cuentos de hadas,
y es por eso que esperamos un príncipe azul, con capa.
De encantadora mirada y sonrisa deslumbrante,
de esbelto y gallardo porte con un andar fascinante.
Todas las chicas soñamos que por amor nos rescate,
que su brioso caballo nos lleve a un castillo grande.
Que de la mano nos tome al pasear por los jardines,
que entre sus brazos nos bese en un momento sublime.
Todas las chicas soñamos al valiente caballero
como un ser indestructible, valeroso y compañero.
Que nos eleve a la gloria en una unión casi eterna,
donde todo es increíble... y ya no existan penas.
Comprobamos con tristeza que es tan solo una quimera,
solo humanos aspirantes se presentan a la prueba.
Las capas no están de moda y el azul es de hipotermia,
nadie aquí suda perfumes y el modelo es a medias.
Ya son lentos los caballos y los castillos lejanos,
los jardines son pequeños y los besos más mundanos.
Un valiente caballero, puede ser un gran suicida,
no hay ser indestructible, solo se juegan la vida.
Las garantías no existen, suele ser todo improbable,
no se si serán eternos los amores que aún nacen.
El desconsuelo y congoja son frecuentes hoy en día,
todas tenemos historias de tristezas y alegrías.
Para cosuelo de todas, enamorarse es supremo,
e idealizamos un hombre aunque no sea perfecto.
Tal vez el “amor sea ciego”, tal vez lo necesitamos...
tal vez el correspondido... sea el amor que esperamos.
16/7/05
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