qué decir de algún reptil... su sangre es fría.
Que ganarme era sencillo sin mis piezas,
que al final, el jaque al rey lo urdió su reina.
Y nada fue quien nada es... no lo quería,
solo un retrato con su rostro... su valía.
Y es verdad, no hay dos sin tres... él llegaría,
para ganar hay que perder... yo lo sabía.
Moneda de dos caras, cruz no había,
la verdad se hizo perversa en su guarida.
Una trampa, un laberinto... sin salida,
un ángel me guío en cada huida.
Y no pude creer cuánto escondía,
mi cuerpo me abrazó mientras llovía.
El boomerang verás siempre es certero,
las reinas escogidas son sus duelos.
Norma
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