Duele el corazón de tanto en tanto,
un grito sin sonido... acompasado.
La mente en confusión, pasan los años,
un libro con rayones... despintado.
Las huellas que se cruzan sobre un lienzo,
la obra marginal de algún fantasma.
El cielo se nubló sobre el desierto...
un cuento peculiar que no descansa.
Las manos sobre el frío del invierno,
los ojos enfocando en la neblina.
Estrofas sin final, de línea trunca,
esencia de un saber que nada cura.
Las cartas son extrañas, sin memoria,
los hechos son aislados e inconscientes.
La mesa sin mantel en la penumbra,
los platos sin servir, vasos de peltre.
Contratos sin firmar... con letra chica,
reclamos de alquiler y otras falacias.
Un cuenco sin llenar, un mar sin olas...
vetusto es el cristal de la farola.
Mirada en en la estrechez del corredor,
recuento de las chances sin prejuicios.
Abrazo mi interior, me cubro el pecho,
un pacto en mi defensa... y un inicio.
Norma Marchetti