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jueves, 26 de junio de 2008
Gente en las calles.
Un grupo de humanos, conjunto de seres,
que llenan lugares aún estando ausentes.
Que corren miedosos
sin piadosas redes.
Te cruzan, no miran,
te empujan y pasan,
recorren las calles
y no dejan marcas.
Absurdas plegarias a un dios de metal,
vacían sus almas...
y dejan de amar,
por cada centavo que puedan guardar.
Yo miro a esas mazas
de androides suicidas,
que fuerzan sus mentes
a seguir con vida.
Nada atesoran para la vejez
y la indiferencia se inclina a sus pies,
como cruel cosecha de la estupidez
que les corrió un velo cuando debían ver.
29/2/96
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