Se fugó tu imagen.

No desapareciste, no te esfumaste,
no emprendiste un viaje vagabundo.
Inmune ante el dolor te hiciste eterno,
y se fugó tu imagen como en sueños.

Te trae junto a mí cada mañana
la suave y fresca brisa veraniega,
y puedes sonreír en mis macetas
abriéndote en azules flores nuevas.

Tu imagen me acompaña y me protege
tus ojos me observan ya sin verlos,
y no hay en mis tristezas soledades
porque estas mas allá de mis verdades.

Tan cerca de Dios como mereces,
tan cerca en la tierra del cariño.
No crean que se fue una mañana,...
solo se transformo en infinito.

13/1/98