Caracol dorado sobre arenas blancas...
suspiros del aire que abren las aguas.
El sol va entibiando ese mar de ausencia,
que trae el sonido de cierta presencia.
Perla de desierto que los pies sintieran
en noches de luna secundando estrellas,
caminando al filo de la fe y el viento,
arreciando al paso el llanto y el miedo.
Cálida caricia de un tiempo sin nombre,
que me lleva al valle que mi vos recorre,
que levita mi alma hasta un digno sitio...
brisa de nostalgia sobre lo prohibido.
Y seré mi esencia... mi cuerpo su estancia,
mi sello en los versos donde nace el alba.
Presencia desnuda libre de temores...
capullo de un tiempo que se abre en dones.
Y me enfrento al viento sobre la montaña...
y me encuentro al borde de toda distancia.
Sobre la marea y la cruel tormenta...
entre tanta gente sola con mis huellas.
Norma Marchetti
3/11/11
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