Me siento a escuchar
los trinos del alba,
el leve murmullo...
al batir sus alas,
el perfume a lilas...
que deja la brisa,
el cielo y sus tonos
sobre mis pupilas.
Y la sangre es río,
lento... acompasado,
como una silueta
perdida en los años.
Y se mece suave
como hierba fresca,
tiñe de esmeralda
la naturaleza.
Y es agua que fluye
calmando el instinto...
y es cierzo y el lumbre
de un rincón vacío.
Su piel es corola...
frágil y serena.
Sus manos, la historia
que escribió sin tregua.
Despliega las alas
blancas del destino,
y es mariposa
que besa los lirios...
y candil de noche
en el cuarto oscuro...
donde las estrellas
no pasan los muros.
El paisaje es día...
observo callada...
yo cierro mis ojos
me abrazo a mi alma.
Norma Marchetti
24/11/11
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