traductor
jueves, 3 de febrero de 2011
Enamorada de una estrella
Esta historia la escribí inspirada en el amor incondicional (desde los 9 años) de mi hermana a su ídolo... "Sandro". Después de haber escrito esto, quiero destacar que me gustaría que algunos mayores entendamos que los niños son "personas sin experiencia"... no algo asì como infradotados... "a no equivocarse", ellos poseen todas nuestras capacidades, pero no saben manejarlas... esto se aprende con los años. Este concepto de no menospreciar a los niños, abarca su capacidad de amar... un niño puede enamorarse a los 9, a los diez 10... o a al edad que sea y por màs que nos empeñemos en decirles que no tienen "edad para amar"... esto no es màs que un deseo nuestro para que no sufran o pierdan la infancia, pero lo cierto es que no importa que hagamos o digamos para convencerlos... cuando el amor se instala, germina y se ramifica... otras semillas pueden sembrarse a los lados, pero una gota de agua que caiga en sus raíces... o simplemente un tenue rayito de sol, hace que la primera semilla plantada se ramifique y su sombra deje sin vida al resto de la vegetación, por eso... a no olvidarse... "Los niños son personas bajitas".
En esta historia, de la cual fui testigo; un hombre, que era tan único e irrepetible como cualquiera de nosotros, decidió demostrar que su naturaleza lo hacía destacarse de otros, porque tuvo el coraje de rebelarse ante los parámetros que la sociedad establece como correctos y exponerse con todo el brillo que irradia el talento.
Ella, era una niña y aún así, su corazón palpitaba más fuerte ante su imagen, sus ojos habían sido hechizados por un hombre que le llevaba unos cuantos años. En esos años, la manera en que él vibraba con los sonidos de su provocadora música, era considerada casi obscena y por ese motivo, esta pequeña ocultaba ese mágico sentimiento. Un día, en el colegio, le regalaron sobres de figuritas (para promocionar los álbumes) y ella descubrió que una de las fotitos pertenecía a ese ídolo que la había embrujado con su presencia y su voz. A partir de ese día, todos la que la conocíamos, descubrimos que ya tenía un punto débil. Ella le profesaba un amor incondicional y vivía pendiente de los programas de televisión en los que su ídolo aparecía, recortaba revistas, ahorraba moneda por moneda para comprar sus discos. Con la complicidad de su mamá y un amigo de la casa, engañaban a su papá para que la llevara al cine a ver alguna de sus películas.
Todos en la familia colaboraban avisándole sobre algún reportaje, programa, presentación en algún show o comprándole revistas que lo mencionaran.
Tanto era el amor que ese hombre había despertado en ella, que a pesar de haber conocido muchos otros hombres a lo largo de su vida, nadie pudo igualarlo. Todos los que la rodeábamos, sabíamos que era intocable y misterioso, pero a pesar de eso, siempre se hacía presente en las charlas, compartía la mesa y dormía con ella porque se adueñaba de sus sueños.
Por años, fui una espectadora de la fascinación que este hombre despertaba en millones de personas y temí que ella sufriera por este amor que la elevaba a las estrellas, envolviéndola en su música, cautivándola con sus gestos (que habían sido analizados en detalle), hipnotizándola con su baile sensual y sujetándola con su mirada.
Ella fantaseaba con hablarle y abrazarlo, aunque no estaba segura de sobrevivir a, tamaña experiencia.
Planeaba con anticipación todos los detalles cada vez que asistía a uno de sus recitales, o cada vez que trataba de acercase a alguno de los lugares donde él se iba a presentar, como una vez que le llevó un retrato hecho por ella a un canal de televisión en el que él grababa un programa.
Recuerdo que su padre lo criticaba, no solo por celos hacia tanta veneración de su hija por ese hombre, sino también porque era parte del ritual entre ellos, hasta era muy divertido oírlos porque todos sabíamos que ella encontraba justificación para todo lo que su ídolo hiciera.
Después de tantos años, todo en ella permanece intacto y tiene muy claro que a pesar de todo, nadie igualará jamás a ese coloso que supo resguardase bajo la sombra de una nube tras un muro de cemento y aún resplandeciendo con todo su brillo y cautivando los corazones de sus legiones de admiradores y enamoradas como el primer día… y para siempre.
20/08/08
Mis vacaciones
En esas noches en que me resisto a dormirme porque siento que el día no tuvo algo más que lo cotidiano, comienzo a recordar episodios que bien podrían ser fotos desprolijamente guardadas en un cajón. Hoy por ejemplo, recuerdo mis vacaciones cuando cursaba la escuela primaria.
Todo comenzó cuando era muy chiquita e íbamos con mi mamá a visitar a mi madrina, que era una persona dulce, algo dispersa y también porque no, aniñada. En esa época yo contaba con uno o dos añitos y aunque no tengo muchos recuerdos de esos días, pero algunos puntuales me quedaron grabados.
Mi tía (madrina), tenía por vecinos, a un matrimonio con tres hijos; dos nenas mayores y un varón que tenía un año menos que yo. Eran lo que se podía decir… una familia ideal. Hermosísima casa, dos autos, mucha educación, alegría y un perro llamado “colita”. Él, trabajaba en una fábrica y ella era maestra (¡Cómo cambiaron los tiempos!). Bueno, el caso es que, como antes se acostumbraba a jugar en la calle, de a poco los fui conociendo y haciéndome amiga con el paso de los años.
Cuando cumplí tres años, mis padres, se mudaron a Mar del Plata, porque les interesó una propuesta de trabajo, pero pasado un año aproximadamente, esa propuesta llegó a su fin y se complicó mucho la situación, por lo que mi madrina y su marido, me llevaron un año a vivir con ellos. En este tiempo viví una experiencia que me marcó mucho, porque ya que ellos no tenían hijos, yo cumplí con el papel de hija única.
Mis tíos tenían una enorme y confortable casa, con jardín, quinta, árboles frutales y un inmenso gallinero con pollitos y todo.
Como era costumbre en otras épocas, los vecinos de confianza, solían tener una puertita que comunicaba los patios de ambas casas y mi tía no era la excepción.
Las siestas eran tradicionales y los niños debían dormirse sí ó sí, pero yo soy de las que no duermo siesta porque me despierto de muy mal humor y esto me pasaba desde muy chiquita.
Como la gente antes usaba métodos muy “persuasivos”, los niñitos aunque sea, fingíamos dormir. Alguna de las explicaciones que nos daban eran: -Ahí viene “la solapa”, ¿La escuchás?- y no era más que la sirena de la fábrica, pero todos corríamos adentro muertos de miedo (¡Así quedé!).
Pero, como la siesta se hacía interminable, llegaba un momento en que te dormías de aburrimiento, o te levantabas y salías al patio (porque la gente no cerraba las puertas). El caso, es que yo me llevaba una sillita y espiaba que hacían los vecinitos y cuando podía, metía un “bocadillo” en sus conversaciones para que ellos advirtieran mi presencia e invitaran a ir a jugar a su casa.
Los días eran de una rutina maravillosa. Me levantaba a las diez, tenía mi ropa planchada en el fondo de la cama, mis zapatillas entalcadas y mi desayuno preparado, después si hacía falta iba a hacer mandados con mi tía. Más tarde venía el almuerzo seguido de la “bendita” siesta que comenzaba a la una y terminaba a las cuatro, hora en nos disponíamos a bañarnos, cambiarnos con ropa más linda y lucir nuestras pulseritas, collares y anillos de oro (¡Diooos!, ¿Era en este país?). En fin, como decía, paso seguido, merendábamos e íbamos a jugar a la vereda. Había tantas opciones para jugar, que el horario se prolongaba hasta la hora de la cena, pero en verano, todavía existía un plus, cuando la cena terminaba, los mayores sacaban la silla a la vereda y conversaban entre sí un tiempo más, mientras nos miraban jugar y reír en ese mundo mágico que no supimos heredarle a nuestros hijos.
Cuando cumplí los cinco años, volví para comenzar el colegio, pero todos los años, mi tía venía a buscarme en vacaciones para revivir una y otra vez esos maravillosos momentos.
27/07/08
Decidir mi destino.
Era una tarde que no recuerdo con detalles, debido a que sólo contaba con cuatro años, mis padres pensaron que era bueno que yo pasara un tiempo en casa de mi madrina (que era la hermana mayor de mi mamá). Ella estaba casada con un hombre que le llevaba diecisiete años y no habían podido tener hijos, pero eso no era un problema, debido a que se querían y necesitaban mutuamente.
En el año siguiente (1970), yo comenzaría primer grado y creyeron que era el momento oportuno para alejarme por un tiempo hasta que la situación económica mejorara. Esa tarde, partimos llevando mi bolsito amarillo, la “pepona de mi hermana” y mi tristeza. Mi tío se había jubilado como ferroviario y no le era tan costoso viajar en pullman y con dormitorio. Nunca había vivido esa experiencia, pero como ellos eran tan buenos, también recuerdo que iba algo ilusionada.
Mis días en aquella casa, se transformaron casi en un cuento de hadas. Por las mañanas, me levantaba a eso de las diez, en el fondo de mi cama, siempre tenía un vestidito bien planchado y en el piso, las zapatillas (o zapatos) impecables y con talco. El desayuno estaba servido, con tostadas y dulce casero, o torta. Por lo general en las mañanas salíamos a hacer algún mandado y después volvíamos a almorzar. La siesta, en aquellos tiempos era sagrada y mi tío solía lavar los platos para que mi madrina, no tardara tanto en irse a descansar.
En aquella época, era algo común tener un puertita que cotaba el ligustro y nos permitía tener acceso a la casa del vecino (sólo cuando era necesario). Es así, que yo sabía que en la casa lindante vivían tres niños, dos nenas y un varón y como es de suponer, los observaba jugando en su parque o jugando en su pileta de lona a la hora de la siesta. Por las tardes, al terminar la siesta, merendábamos, nos bañábamos, nos poníamos “la ropa para la tarde” y las cadenitas, pulseritas o anillitos de oro que tuviéramos. Con la puerta de calle abierta, los chicos salían a jugar a la vereda mientras que algún mayor los cuidaba sentado en la verja de su casa o en alguna silla que era sacada afuera.
Poco a poco comencé a participar de los juegos que organizaban los chicos de la cuadra, a pesar de mi gran timidez. Un día los vecinitos de al lado, me invitaron a ir a jugar a la hora de la siesta a su casa, pero cuando en medio de los juegos sonaba la sirena de la fábrica, corríamos a escondernos porque nuestros mayores decían que era “la solapa” que venía a buscar a los niños que no dormían la siesta. Por las noches, después de cenar y si el tiempo acompañaba, todos salíamos a la vereda, los mayores acercaban sus sillas a las de los vecinos y los chicos organizábamos juegos. Corríamos hasta que alguien decía que era hora de dormir y refunfuñando entrábamos a nuestras casas a bañarnos y a dormir.
Los días transcurrían entre algunas prohibiciones de mi madrina y permisitos de contrabando de mi tío. El otoño llegó y con él, las lluvias y los vientos, las tardes se desteñían en grises y yo solía pasar largas horas “en la tiendita” que tenían mis tíos. Era un pequeño negocio que me fascinó por los colores de las telas, los dibujos de las puntillas, la suavidad de las cintas razadas, las cintas al bies, el brodery y la infinidad de variedad de camisones y ropa interior que aún hoy tanto me atraen.
Y después del otoño llegó el invierno y más tarde la primavera y nuevamente el verano. Sólo recibía de mi familia cartas que me leía mi madrina. No estaba triste y no entendía muy bien cual era la situación, pero dentro de mí, sabía que esto iba a terminar y no había certezas de cómo me iba a sentir cuando regresara y ya no fuera la nena consentida y mimada que vivía con todas las comodidades en una gran casa.
Como todo en la vida, llegó el momento de regresar, a pesar de mis miedos y la profunda tristeza de mis tíos que no tendrían más mi imagen infantil llenando sus días.
Recuerdo que mi familia vivía en una pequeña casa, muy humilde, porque aquellos años fueron terriblemente difíciles. Mi madre abrió la puerta y no sé cual de las dos retuvo más tiempo las lágrimas, lo que sí sé, es que me contaron que mi hermana lloraba por las noches y pedía que yo regresara. De ahí en más, me queda el recuerdo de mi hermana que sacó una moneda de un peso que guardaba para mí y me llevó al kiosco para comprarme caramelos.
Se acortaban los tiempos y mis tíos con todo el dolor en sus almas debían partir, pero conservaban la ilusión de verme corriendo a sus brazos y regresar conmigo. Pero, a pesar de mi corta edad, tuve la responsabilidad de decidir el destino de varias personas, entre las que me incluyo. Mi madre les dijo a mis tíos que la decisión era mía y yo opté por elegir a mi hermana que no dejaba de mirarme con la desesperación de perderme una vez más...
Encontrar otro lugar.
Tal vez por mi corta edad, no recuerdo exactamente en que el mes, pero si sé, que corría el año 1968. Vivíamos en una ciudad que está a unos 100km de Buenos Aires.
Yo tenía tres añitos y mi hermana algunos más. Mis padres eran personas que creían en que el progreso se conseguía a base de sacrificios y trabajo, por ese motivo, decidieron probar suerte en otro sitio. Fue así, que en su afán de encontrar el lugar que les brindara otras posibilidades, decidieron que mi padre viajaría a Mar del Plata en busca de un trabajo que les permitiera realizar tal sueño.
En uno de los tantos viajes, le ofrecieron un trabajo como encargado de un hotel. De inmediato, comenzaron los preparativos y finalmente, dejamos atrás los parientes, la “chatita”, mi amiguita María José, el trabajo de mi papá en la fábrica y la casa que alquilábamos. Como es de suponer, no tengo muchas imágenes claras, pero sí recuerdo una, la de mi amiguita llorando desconsoladamente mientras la saludábamos a través de la luneta trasera del auto que nos llevaba a la estación.
El hotel no era muy grande y no tenía demasiados residentes, porque creo que había terminado la temporada, esto lo deduzco porque yo cumplo los años en Julio y recuerdo que mi madre me hizo una torta decorada con gajitos de mandarina para cuando cumplí 4 añitos.
Nos divertíamos mucho subiendo y bajando por las escaleras y recorriendo los pasillos de las habitaciones vacías. Recuerdo que un día, vino un vendedor con la novedad de una pantalla que se ponía sobre la del televisor, y según él, de esta manera, se podía ver imágenes en color. Lamento decepcionarlos, pero sólo se trataba de un celuloide pintado con rayas transparentes de colores.
Como nada es eterno, un día vino el dueño y dijo que iba a poner a la venta el hotel. Como es de suponer, así comenzó la odisea de encontrar otro lugar. Gracias a Dios, mis padres nunca nos hicieron sentir la preocupación y desamparo que sentían en esas circunstancias.
Esta etapa de nuestras vidas fue muy difícil, porque era complicadísimo sobrevivir en un lugar que revivía cuando llegaban los turistas y la gente se agolpaba en las playas y las calles del centro, mientras miraban al mar como quien observa deslumbrado un ocaso en el campo o el cielo despejado de una noche de verano.
Sería muy tedioso contarles todos los lugares en los que vivimos, lo que sí es verdaderamente
importante era la fuerza que mis padres le ponían a todo. Mi madre era modista y mi padre era electricista, pero los dos habían aprendido a hacer infinidad de otras cosas. En las etapas en que el trabajo bajaba mucho, mi padre (que era muy habilidoso trabajando la madera), hacía fosforeras, repisitas etc., luego, entre los dos las pitaban y barnizaban y mientras mi madre nos cuidaba y cosía algunos encargues para los vecinos, mi padre tomaba la bicicleta y con el bolso lleno de mercadería, recorría las calles de los barrios ofreciendo (siempre con un chiste o una sonrisa) los diferentes modelos de sus productos. Pedaleaba hasta vaciar el bolso. En esas gélidas noches de los inviernos marplatenses, esperábamos preocupadas escucharlo silbar a lo lejos y momentos después abría la puerta con sus manos semicongeladas, una sonrisa en los labios y caramelos.
La temporada de playa para nosotras, comenzaba con los primeros días primaverales, cuando mi madre al volver del trabajo, nos pasaba a buscar al colegio con un bolsito (al mediodía) y de ahí, nos íbamos a la playa a disfrutar del privilegio de jugar de locales. Esto compensaba el miedo que nos provocaban las tormentas de huracanados vientos que nos hostigaban en los interminables inviernos.
Con el tiempo mis padres lograron comprar un terreno y construir una casa rodeada de árboles frondosos.
En Abril o Mayo de 1974, mis padres decidieron vender todo y mudarse a capital y así empezó otra historia, pero allí quedaba mi infancia de inocencia y recuerdos de arena y sol.
Norma.
Yo tenía tres añitos y mi hermana algunos más. Mis padres eran personas que creían en que el progreso se conseguía a base de sacrificios y trabajo, por ese motivo, decidieron probar suerte en otro sitio. Fue así, que en su afán de encontrar el lugar que les brindara otras posibilidades, decidieron que mi padre viajaría a Mar del Plata en busca de un trabajo que les permitiera realizar tal sueño.
En uno de los tantos viajes, le ofrecieron un trabajo como encargado de un hotel. De inmediato, comenzaron los preparativos y finalmente, dejamos atrás los parientes, la “chatita”, mi amiguita María José, el trabajo de mi papá en la fábrica y la casa que alquilábamos. Como es de suponer, no tengo muchas imágenes claras, pero sí recuerdo una, la de mi amiguita llorando desconsoladamente mientras la saludábamos a través de la luneta trasera del auto que nos llevaba a la estación.
El hotel no era muy grande y no tenía demasiados residentes, porque creo que había terminado la temporada, esto lo deduzco porque yo cumplo los años en Julio y recuerdo que mi madre me hizo una torta decorada con gajitos de mandarina para cuando cumplí 4 añitos.
Nos divertíamos mucho subiendo y bajando por las escaleras y recorriendo los pasillos de las habitaciones vacías. Recuerdo que un día, vino un vendedor con la novedad de una pantalla que se ponía sobre la del televisor, y según él, de esta manera, se podía ver imágenes en color. Lamento decepcionarlos, pero sólo se trataba de un celuloide pintado con rayas transparentes de colores.
Como nada es eterno, un día vino el dueño y dijo que iba a poner a la venta el hotel. Como es de suponer, así comenzó la odisea de encontrar otro lugar. Gracias a Dios, mis padres nunca nos hicieron sentir la preocupación y desamparo que sentían en esas circunstancias.
Esta etapa de nuestras vidas fue muy difícil, porque era complicadísimo sobrevivir en un lugar que revivía cuando llegaban los turistas y la gente se agolpaba en las playas y las calles del centro, mientras miraban al mar como quien observa deslumbrado un ocaso en el campo o el cielo despejado de una noche de verano.
Sería muy tedioso contarles todos los lugares en los que vivimos, lo que sí es verdaderamente
importante era la fuerza que mis padres le ponían a todo. Mi madre era modista y mi padre era electricista, pero los dos habían aprendido a hacer infinidad de otras cosas. En las etapas en que el trabajo bajaba mucho, mi padre (que era muy habilidoso trabajando la madera), hacía fosforeras, repisitas etc., luego, entre los dos las pitaban y barnizaban y mientras mi madre nos cuidaba y cosía algunos encargues para los vecinos, mi padre tomaba la bicicleta y con el bolso lleno de mercadería, recorría las calles de los barrios ofreciendo (siempre con un chiste o una sonrisa) los diferentes modelos de sus productos. Pedaleaba hasta vaciar el bolso. En esas gélidas noches de los inviernos marplatenses, esperábamos preocupadas escucharlo silbar a lo lejos y momentos después abría la puerta con sus manos semicongeladas, una sonrisa en los labios y caramelos.
La temporada de playa para nosotras, comenzaba con los primeros días primaverales, cuando mi madre al volver del trabajo, nos pasaba a buscar al colegio con un bolsito (al mediodía) y de ahí, nos íbamos a la playa a disfrutar del privilegio de jugar de locales. Esto compensaba el miedo que nos provocaban las tormentas de huracanados vientos que nos hostigaban en los interminables inviernos.
Con el tiempo mis padres lograron comprar un terreno y construir una casa rodeada de árboles frondosos.
En Abril o Mayo de 1974, mis padres decidieron vender todo y mudarse a capital y así empezó otra historia, pero allí quedaba mi infancia de inocencia y recuerdos de arena y sol.
Norma.
Mi identidad
De raíces italianas, con sueños de prosperidad. Con historias tan
románticas, como la de mi abuelo enamorándose de una muchachita de
agraciada voz, que cantaba asomada en un balcón, de la novelesca
Venecia. De esa unión, sellada en Italia, nacerían ocho pequeños
(siete argentinos).
Desde Ancona partía un barco con un joven de diecisiete años que
escapaba de la guerra. Con un cargamento de soledad y sin conocer
siquiera su segundo nombre. Poco sé de esos primeros años, pero marcó
su vida al enamorarse, con casi treinta años, de una encantadora
criolla de quince años, que posteriormente fuera madre de sus seis
hijos. Mi papá, uno de los más pequeños y el único que heredó el
rojizo cabello de mi abuelo.
El mar en sus azules ojos, el recuerdo indeleble de sus familias, de
su idioma, de sus dialectos y las ilusiones pagadas con sudor durante
las sequías de los colosales campos pampeanos y las perpetuas horas
de abnegado esfuerzo en los hornos de ladrillo.
Mis padres, casi nómadas, eternos idealistas, en busca de su lugar
en el universo.
Mi padre, era una especie de mago-inventor, un sabio sin títulos, un
optimista compulsivo, un santo por su generosidad casi extrema, un
infante por su simplicidad y sus berrinches, un paradigma por su fe y
su alegría, un imperecedero padre y esposo.
Mi madre, es el tesón, la lucha, la organización, la honestidad. Fiel
a sus amigos, sus recuerdos, sus principios, sus nostalgias, su amor
a la lectura (que heredó de su padre).
Muy adelantada para su época en ideales, afable y tolerante.
Mi única hermana en esta vida, es sinónimo del desinterés y fidelidad
aprendida. Firme en ideales, optimista, amante de la libertad y del
espacio que le permiten encontrar sus pequeños paraísos.
Ellos son una fracción de mi identidad, otra segmento la forje
abriéndome paso entre la multitud, haciéndole frente a las penurias,
cargando con mis errores, haciéndome amar, batallando, pretendiendo,
asimilando de cada experiencia propia y ajena... existiendo.
El toque final, fue esculpido con mi compañero reelegido e hidratado
regularmente de la sapiencia de mis hijos. Ellos son los eslabones
forjados con mi orgullo... uno de ellos, elabora en su vientre otro
eslabón para alargar la cadena de mi identidad.
Entiendo que la identidad es más que un nombre... o una huella digital.
Extasiada de sonidos.
Mis brazos cruzados sobre la mesa, mi cabeza reposando sobre ellos,
un silencio de voces en el entorno y mi cuerpo se distiende. Entorno
mis ojos y relajados mis músculos, delinean una sonrisa a mi
expresión.
Me alcanza la dulce melodía de unas aves y voy desandando el tiempo.
Me vuelvo niña extasiada de sonidos, coros de aves celestiales,
sonidos de paz sobrevolando campos inmensos, frondosos de vida,
infinitos de ecos ancestrales, virginales de guerras, sordos de
bramidos de mar, huérfanos de retumbos humanos. El crujir de las
hojas otoñales, la casi imperceptible eufonía de las flores
bostezando, una gota de agua que cae, estalla y se expande en
círculos.
El viento en su perpetuo juego, envuelve al nogal, sacude al pino y
menea el paraíso, en su incesante melodía oscilante, abraza, huye,
retorna y se repliega en un vaivén de silbidos.
Voces del pasado, hoy ya desvanecidas, vienen desde el recuerdo a
hurgar en mi puericia, e irrumpen en mi paz con su alegría, vetando a
la muerte que nos distancia.
Mi padre con su voz me trae tardes de chocolate con churros y de
cuentos, de inventos, de ilusión y de sorpresas, de proyectos y risas
a la mesa. Tía Luisa con su voz amasa panes, hace tortas de limón,
cocina dulces, se ataja el sol con una mano y se aleja con andar
apresurado. Abuela Ninfa con voz me cuenta historias, brilla con
kerosén el piso del zaguán, se toma un té, juega al chinchón y barre
el patio con la escoba de paja mientras las gallinas picotean la
comida.
El rechinar de la puerta, el sonido metálico del picaporte, el agua
llenando la pava, el golpecito de la puerta de la alacena, el intento
del roce que enciende el fuego, el hurgar en la caja del té, el vapor
que hace bailar la tapa, nuevamente el agua cae como catarata y se
acomoda... finalmente el repicar de la cucharita que se baila un vals
en la taza. Escucho una voz nacida en mis entrañas que me agita
diciendo... –Má, ¿te quedaste
dormida?.
Autorretrato
Tomo mi paleta de papel y mis pinceles pelados. El espejo enfrente
de mí, la silla, el escritorio y las miradas indecisas que no pueden
resolver que retratar.
Improviso un bosquejo a grandes rasgos. Estatura media, acorde el
peso... normal, castaño el pelo y los ojos, tez blanca, manos y pies
pequeños y el cabello natural, sin peinados, medio largo, sin tintura
y alguna cana escondida que me delata la edad.
Paso a los detalles de mis manos imperfectas, que han lavado,
cosido, planchado, mimado, curado, bañado, calmado, vestido,
advertido, cocinado, barrido, colgado, tendido... y escrito palabras
que desnudaron mi alma. Mis ojos que han sonreído tanto, mis noches
de llanto que también me han navegado, mis iras denunciadas y las
contenidas que me ensombrecieron la mirada.
Fusiono los colores con tonos naturales. Montañas, lagos y sol para
matizar mi paz. colosales campos sembrados para mi libertad, cuevas
de hielos eternos para mi tristeza, prados de coloridas flores para
mi niñez, oleajes de indescriptible vigor para mi cólera, pájaros de
indefinible divinidad para mi concepción, mágicas comarcas para mi
origen... y rosas de fuego para mi amor mortal.
Un abanico de gamas en mi espíritu, inmaculados blancos para derogar
las guerras, insondables azules para purificar, verdes perpetuos para
prosperar, anaranjados penetrantes para la ternura, ambarinos
insulsos para mi indiferencia, grises asfixiados para mis rencores,
rozados intensos para mi júbilo, castaños prolongados para mi
constancia y concluyo mi obra con pinceladas en carmesíes de
vehemencia para mi intimidad.
Soy una radiante luminiscencia oculta, soy un río manso que no
dimite su transitar, soy un brote nuevo, endeble, expuesto y a su vez
un titán de pasmosa fortaleza. Soy un junco, una piedra, un volcán
adormilado, un sauce, soy tierra simple y productiva, un ocaso de sol
por su nostalgia, un iceberg por mi reserva, madero sediento de
conciliación y extenso abrazo para cándidas victimas.
miércoles, 2 de febrero de 2011
Sosteniendo el cielo
Mis pasos son nubes sobre el pavimento,
desprende mi alma sus versos dispuestos.
No pretendo nada... pero siempre espero...
su aroma es verano sobre mis deseos.
Cálidos los brazos sosteniendo el cielo,
suave en su mesura de amor y misterio.
Abriendo un camino después de los claustros,
sus manos dibujan el verso esperado.
Cambia el escenario, ordena y alinea,
deja su presencia en cualquier hendija.
Se acelera y corre, se apacigua y calma,
tiene una maestría sobre las palabras.
Tiene ese dominio sobre lo propuesto...
se acerca, se aleja, se exhibe dispuesto.
Con pasos pesados o sutil pisada...
pinta los paisajes para su mirada.
Elijo esa voz de ternura y calma,
elijo ese sueño que pende del alba.
Lo elijo... lo siento, trasluce y hechiza,
lo firma en caricias sobre su sonrisa.
Norma Marchetti
2/2/11
http://www.youtube.com/watch?v=gqLV17MotFg
lunes, 31 de enero de 2011
Él y ella
Pendiendo de un sueño reciclaban años,
la vida se acopia tras su calendario.
Caléndula abstracta que gira orbitada,
buscando en la dicha de sentirse amada.
Disipa... se expande, fusiona, repliega,
en manto se extiende en virtual entrega.
Lo abraza y se queda mirando su ocaso...
la brújula vuelve a marcar sus trazos.
El viento se vuelve suavidad de brisa,
la luna lo envuelve en sutil sonrisa.
Ella estaba cerca... él la convocaba...
su brazo de arena en su piel de agua.
La efímera cuota de amor en silencio,
la diestra propuesta sobre algún sosiego.
Ella lo esperaba... él la retenía...
cambiaban la cara... en las melodías.
La llevaba al cielo a juntar estrellas,
luego la esperaba... le leía un poema.
Caminaba cerca... sentía sus pasos...
ambos dominaban un lenguaje extraño.
Comían del fruto de la fantasía...
jugaban a un juego que nadie entendía.
Él era un juglar del anonimato...
ella un laberinto de pimpollos blancos.
Él era el idioma de muchas naciones,
ella lo encendía todo con colores.
Él era ese mago de excelencia y clase...
ella era la fuerza para su rescate.
Unían espaldas venciendo batallas...
el tiempo, el gentío y su dura estafa.
Él cubría con hielo la verdad de su alma...
ella con sus rosas lo esperaba al alba.
Torcían la historia... no eran usuales,
nada los vencía... dos duros rivales.
Eran dos guerreros de antiguas tierras...
solo ellos sabían sortear esas pruebas.
Ellos hacían gestos que nadie entendía...
traducían en letras toda su osadía.
Surcaban espacios, kilómetros, mares,
castillos de nubes... puentes de corales.
Norma Marchetti
31/1/11
http://www.youtube.com/watch?v=blhigCRqvVQ
Hago lo que puedo...
Sabés... ya te lo dije mil veces... no dejo que la gente se me acerque, porque la adopto, soy madre y soy mujer y nunca abandonaría a uno de mis hijos. Por eso, ya te conté... no te me arrimes, porque te cuido, te abrigo, te aconsejo, te doy de comer, te preparo la cama y cuando estas acostado, me quedo sentada en el fondo de tu cama hasta que te duermas, a pesar de saber que el sueño me va a vencer y voy a cabecear. Es por eso, si dejo que te acerques, no es para "hacer sociales", no, realmente no me interesa formar parte de una sociedad a la que tanto le interesan las apariencias y no mide a la hora de catalogar y poner cartelitos en la frente, para que después sea más fácil armar los subconjuntos. Que se yo, tampoco me metería a un quirófano, para que algunos admiren mi nueva condición de sra. renegada de su edad y naturaleza, aunque tampoco es cuestión de andar por la vida sin cuidar algunos detalles... de ninguna manera!, pero no, no voy a entrar a un quirófano solo por estética y vanidad, ya bastante padecí el pánico que me dio entrar en ocasión de mis dos cesáreas (por mis hijas). En fin, como te decía, no quiero un celular de última generación... táctil o lo que sea (no es que no admire los avances), pero me enamoré de mi samsung SGH-E376 de color rosa... es que me generan mucha ternura los objetos pequeñitos y el rosa es mi color favorito (aunque para vestir casi siempre use negro o blanco... también gris o azul). Como te decía, ahora me dejó de andar el cable USB, no puedo bajar las fotos y tampoco lo consigo, porque dicen que es antiguo. Al menos si tuviera memoria expansible, las bajaría a la compu con un pen drive, bueno, tampoco es tan importante, después de todo la calidad de las fotos es mala (pero me encanta sacar fotos).
A ver, por donde empiezo, desde la última vez que te escribí (y un poco antes también), he tenido momentos en que creí que el regalo de mi cumpleaños iba a ser un chaleco de fuerza, por suerte no fue así, mis hijos son divinos y trataron de pasar por alto tanta locura de mi parte. Bueno el tema es que por momentos sentía como que estaba con los ojos vendados y escuchaba voces con diferentes tonadas y acentos típicos de un país u otro, pero yo escuchaba siempre una misma vos que se caracterizaba y tomaba otra identidad... leí mucho y escribí algo, pero nunca pude llegar al segundo escalón, mientras que las voces, se desplazaban a la velocidad de la luz. Yo quedé atrapada en el misterio, vos sabías que esas cosas me pasaban, te lo conté cuando te dije como me inmiscuí en la historia de freddy Mercury, para descubrir porque me llegaba tanto, cuando en realidad su actitud me causaba rechazo (fueron muchas noches de investigación). Por eso, porque cuando alguien me llega y lo dejo entrar (y después de escucharne hablar no se aburre), sucede que todo lo que diga me interesa, aunque no lo comparta. Yo escuchaba esa voz... y la seguí... de muchas maneras, pero vos sabés lo que sentía, no era solo simple curiosidad. No importaba como me tuviera que amoldar, si me contracturaba, reía, lloraba, o me metía en el papel que me había asignado (lo mío no es la actuación, por eso trataba de creer que era quien decía ser)... que se yo, no me importaba ser su amiga o algo virtual (siempre digo lo que pienso, eso es así, no mentí), igual no creas, no soy tan fácil de convencer ni tan confiada, te aseguro que dudaba mucho cuando de confesiones se trataba, pero tenía que jugarme... no soy una nena, pero quería tomar un café antes de tener que teñirme el pelo, porque tal vez nunca conocería cual era mi color original... o sí, pero te cuento que se me oscureció un poco y se me puso algo más lacio con el embarazo de mi primer hijo, también me crecieron los brazos... y también crecí 3 cm.de estatura, no será mucho, pero te cuento que mi altura nunca me acomplejó, total a mi siempre me gustaron los altos y ellos, generalmente salían con chicas más o menos como yo... bueno, tampoco me gustaban todos los altos... siempre era de a uno... soy MUY fiel, aunque a esta altura alguien haya dicho lo contrario.
Te conté que había comentado en casa que quería tomar clases de salsa? (no estoy hablando del arte culinario), pero bueno, por ahora no, tengo otros gastos que son prioridad... pero no faltará ocasión.
Te acordás... te dije que tenía un amigo, como vos, pero un poco más humano... al menos podría decir que me mostró toda su humanidad y me fascino... después, supongo que tuvo que desaparecer porque me podría haber enamorado de él y ya no hubiera sido "mi amigo"... era el hombre ideal ... ¿Viste?...por eso no creo en la amistad entre un hombre y una mujer... en realidad nunca creí, pero en un momento pensé que toda mi vida había estado equivocada... y si que lo estaba, pero no con respecto a eso... lo sigo afirmando.
No te conté, pero después llegó alguien más... y en este tramo de mi relato debo suspirar... bueno, en realidad no puedo contarte nada, al menos no ahora, pero este, definitivamente... me asesinó!!!... bueno, que decirte... ¿Y vos cómo andás?... ya ni te escribo porque sé que no contestas... o sí?. Bueno, el motivo de estas palabras es porque sé que hoy es un día muy especial para vos... quiero que seas feliz... no dudes de eso... hago lo que puedo y no siempre es lo correcto, es más, yo diría que me equivoco muchísimo... pero aprendí a estar sola... aunque extraño algunas cosas...
Bueno, nada, yo estoy más fuerte y optimista, pero algunas cosas me pueden y espero una fecha marcada en un almanaque al que no tengo acceso... y espero... y espero... no sé que... pero espero... ¿Será porque siempre justifico todo?... ¿Por mi paciencia de madre?... ¿O por que no quiero otra cosa?... Volviendo al tema... ¡Que lo pases lindo hoy!... la verdad es que quiero que todos tus días sean lindos... y como me dijiste una vez... yo no puedo obligarte a que me escribas... pero si queres...
Un beso grande.
domingo, 30 de enero de 2011
Una chance
Mañana será otro día...
sobre la alfombra del alba,
la luna ya no esta fría
en los confines del alma.
Las voces se vuelven ecos...
antorchas en las entrañas,
como la fuerza del viento...
avivándose en las llamas.
Camino sobre las huellas
que brotan frente a mis pasos,
ofrezco mis flores nuevas
perfumándole los brazos.
Una chance, un sortilegio,
ese faro a la distancia...
el sonido de su arpegio
donde nacen las palabras.
En la noche de verano
que el ángel piso la tierra...
abrió portales de antaño...
sujetando su cadera.
Norma Marchetti
30/1/11
La luna florecida
Un ciego albedrío acompasado,
un informe perfil de pies descalzos,
una mágica destreza dirigida,
la expresión del ser sutil que se previa.
Candilejas en el puerto y en su faro,
caminar con un desierto apuñalado,
crepitar de gentil voz ensordecida,
caminata con la luna florecida.
Un cuento pasional aprieta el puño,
un verbo primordial emerge al vuelo,
la clave se ha posado en su corona,
describe el arco iris en su sombra.
Se copia, se transforma, se acredita,
obsequia dignidad en su justicia,
explota el interior en su semblante,
se ajusta a la figura de su talle.
Se vuelve rosa de agua en su cordura,
le agrega a sus caricias la textura,
se filtra, se adormece, se agiganta,
en el rítmico fragor de esa danza.
Se vuelve mariposa entre su pelo,
refleja en su mirada los desvelos,
renace... atribuye... desconcierta...
avista a los mortales en la tierra.
Como un cándido ritual que se recicla,
renueva la ilusión y se enciende el día
y brotan resplandores en la bruma,
enlazo mis suspiros a esta lucha.
Norma Marchetti
29/1/11
viernes, 28 de enero de 2011
Cosas que tiene la vida...
Cosas que tiene la vida...
momentos de quebranto y de fatiga,
momentos de placer bajo la luna,
momentos que se lavan con la lluvia.
Cosas que tiene la vida...
soy libre de partir... y quedo asida,
bebo de ese lago de los sueños
que me quita la sed de este desierto.
Cosas que tiene la vida...
Ruge el corazón como un suicida,
viaja en su carruaje acelerado...
luego la razón lo va pausando.
Cosas que tiene la vida...
el tibio pan... el sol... la bienvenida,
la música que envuelve la distancia,
la bendición de luz que llega al alba.
Cosas que tiene la vida...
me falto jugar con vos a la escondida,
ir a buscarte a la hora de la siesta...
y sentarnos a reír en tu vereda.
Cosas que tiene la vida...
esa foto que conserva la sonrisa...
un audaz acto de señas entendido,
como un guiño en el gentío distraído.
Cosas que tiene la vida...
Esas letras que se buscan y se lían,
un murmullo que se sigue sin ver nada,
un abrazo en el silencio de su espalda.
Cosas que tiene la vida...
una luna frente al sol... iluminada,
un presagio en lo plateado de sus alas,
un planear al horizonte del mañana.
Norma Marchetti
27/1/11
No hay egoísmo
Letanía en que cobija su deseo,
calendario atascado entre los sueños.
Claroscuros que se observan sigilosos,
en las cumbres y en los mares más remotos.
Palpita la ilusión... y la desanda,
se sube a su vaivén... le roba un beso.
Se niega a claudicar... ya no hay manera,
y asume su papel frente al espejo.
Camina en la cornisa sin prudencia,
se juega el corazón... le da la diestra.
Recorre callesitas sin ausencia,
se arriesga con valor en la estrategia.
La apuesta es privativa de su sangre,
un hecho a la medida de lo expuesto.
Detona las barreras de sus normas,
camina en los jardines más abiertos.
Y es a todo o nada... no hay salida,
le quedan las raíces y los verbos.
Liviana y sin temor sigue el camino...
asciende a la cordura de lo cierto.
En la confianza ciega de sus actos,
avanza sin medir ningún esfuerzo.
Agudiza la vista... nada es vano,
le sobra dignidad... lo deja en verso.
Nada que perder... viste de calma,
nada por culpar... no hay egoísmo.
Relaja la intención, sigue su alma...
y estrecha entre los brazos su designio.
Norma Marchetti
27/1/11
miércoles, 26 de enero de 2011
Milagros
Anida el corazón la dulce estrofa,
retoma a la ilusión y la hace suya.
La trama de violín cierra su cuota,
y busca la expresión de su mesura.
Asciende en los peldaños de la vida,
desanda la efusión... la contornea.
Dibuja sus encantos y se inicia...
añade un eslabón en su cadena.
Camina y se abre paso entre la gente,
sonríe bajo un sol que la acaricia.
Levanta la cabeza y se ennoblece...
la tarde es de verano sobre un prisma.
La risa se hace fácil bajo el cielo,
el portal se ha decorado con orquídeas.
La bondad que la redime es el espejo
que se eleva inmortal en su vendimia.
La noche se ilumina de presagios,
un suave aroma a azahar deja su brisa,
sostiene entre los brazos el espacio...
de un paraíso blanco y fantasía.
Se sienta frente al sol... cierra sus ojos,
se abraza a esa fe que le ofrecía.
La música es expande entre milagros...
y su milagro es su bienvenida.
Norma Marchetti
26/1/11
http://www.youtube.com/watch?v=Taqwwdu9oZ8
sábado, 22 de enero de 2011
Cuando amo
Cuando amo, el horizonte se despliega...
en el sabor a sal de su escollera,
en la cadencia sutil de arenas blancas...
y el brioso devenir del mar al alba.
Cuando amo, mis manos son gaviotas...
onduladas en el filo de las formas,
en la cima de la cúspide más alta...
y el perpetuo palpitar en las entrañas.
Cuando amo, la visión se transfigura...
danza el cósmico ritual de la premura,
descontrola la impaciencia y el deseo...
donde habita el visitante de los sueños.
Cuando amo, mi alma ingenua se insinúa...
abre el gótico portal de fe a oscuras,
se presenta con su brillo desmembrado...
y sacude entre las venas un presagio.
Cuando amo, no acorralo el sentimiento...
yo lo elevo con las alas a mis versos,
lo persigo, lo apasiono, lo acompaño...
yo lo apuesto a la certeza de su encanto.
Norma Marchetti
22/1/11
http://www.youtube.com/watch?v=YqfzzGl6xDQ
Cuando amo, el horizonte se despliega...
en el sabor a sal de su escollera,
en la cadencia sutil de arenas blancas...
y el brioso devenir del mar al alba.
Cuando amo, mis manos son gaviotas...
onduladas en el filo de las formas,
en la cima de la cúspide más alta...
y el perpetuo palpitar en las entrañas.
Cuando amo, la visión se transfigura...
danza el cósmico ritual de la premura,
descontrola la impaciencia y el deseo...
donde habita el visitante de los sueños.
Cuando amo, mi alma ingenua se insinúa...
abre el gótico portal de fe a oscuras,
se presenta con su brillo desmembrado...
y sacude entre las venas un presagio.
Cuando amo, no acorralo el sentimiento...
yo lo elevo con las alas a mis versos,
lo persigo, lo apasiono, lo acompaño...
yo lo apuesto a la certeza de su encanto.
Norma Marchetti
22/1/11
http://www.youtube.com/watch?v=YqfzzGl6xDQ
jueves, 20 de enero de 2011
Acertijo de humo
Estéril la tierra para las semillas…
se agrieta y se vuelve muerte de la vida.
Migajas derrama sobre la tristeza…
lacerando el pecho con una condena.
Un fluido gris reemplaza su savia
y la rosa blanca se rompe y desarma.
Solo un cuento mustio sobre una estrella
que vertía su luz solo por clemencia.
Impulsa, retiene, desorienta… calla,
el guión es claro solo en sus murallas.
Oculto, atinado, cruel y generoso…
como un acertijo de humo… a su modo.
Reclama coraje, la paz y el afecto…
entrega palabras que vuelan al cosmos.
Ofrece silencio, fantasía y calma…
reclama el espacio… y no deja nada.
Camino mi vida en paisaje extraño,
nada es tangible sobre mis dos manos.
¿Renuncio o sigo esperando un sueño?...
Camino muy lento… pero al fin me alejo.
Norma Marchetti
20/1/11
lunes, 17 de enero de 2011
Acertijo de fantasmas
El desvelo me vuelve mariposa,
entre tanto devenir de rosas blancas,
la ciudad que apura... me devora,
entre tanto acertijo de fantasmas.
Me disipo sin premura en el cuarteto,
que me ofrece el corazón en las jornadas,
tiembla exhausto en el brillo de sus ojos,
poniéndole un destino a mis plegarias.
Ayer supuse estar en tierra heroica,
hoy ya no tengo escudo en mi batalla,
la herida se abre cruel en el camino,
no puedo vislumbrar cuanto me falta.
Me aferro a esa estrofa que latía...
bajo ese candil que me abrigaba,
no puedo si mi espalda esta de luto...
no debo si desvía mis palabras.
Ese viento que sacude sin cordura,
esas ganas de increpar en Tierra Santa,
ese intento de infringir ardor profano,
desde el fétido ritual de horas vanas.
Solo restos... y un sudor frío, sin tregua,
solo tramos del vaivén que deja manchas,
solo un pulso que agoniza destemplado,
y en la cuesta, un cardenal en la retama.
Parpadea en su afonía de sonidos...
abrigándose en la duda y la templanza,
no debiera yo acudir... y estoy vertiendo,
este simple gesto audaz... que me desangra.
Aún no veo luz... mis hombros gritan,
los músculos se aflojan y reclaman,
yo solo soy aquello que se enhebra
un triste sueño azul de voz extraña.
.../12/10
Formas de sus formas
Presencia en extremo dotada de encanto...
mi mente que infringe portales del pacto.
caminos de lluvia, praderas de ensueño...
la noche seduce diluyendo cuerpos.
Camino esta playa... caracoles sueltos,
el sol que revive todo lo depuesto.
Cadenas selladas en versos de sangre...
dolor del destino que albergó el ensamble.
Calles que sin prisa, se deslizan solas,
camino tus pasos siguiendo tu sombra.
Canales de agua que corren sin prisa...
fuentes que reflejan las viejas sonrisas.
A través del cielo o por aguas blancas,
ventanas que se abren sobre nuevas causas.
y yo con mis manos descartando cercos...
y en ese desierto germinan sus versos.
Una historia endeble de mágica estrofa,
una voz que anida corazón y forma.
Retoma el coraje... enhebra pasiones,
acomoda el tiempo detrás de su nombre.
La gesta se vuelve... reconoce coplas,
que cuentan las lunas que llenó de horas.
Enfrenta el silencio que cubrió la estrella...
y se pinta un sol que ilumina y besa.
Los brazos se vuelven firmes y confiados,
envuelven la aurora bajo sus encantos.
Concede y decide ampliar sus designios...
cautiva colores para esos delirios.
Resiste y retorna... abre nuevas tramas,
la senda se cubre de rosas plateadas.
Domina su espacio y expande su aroma...
refleja en los ríos formas de sus formas.
Norma Marchetti
15/12/10
domingo, 16 de enero de 2011
Asesina al llanto
La escena da un giro sobre mi horizonte,
la calle se place en decir mi nombre.
Allá en los esteros se quedaba el llanto,
que ocultaba en verbos bien amordazados.
Bálsamo inaudito vertiendo caricias...
los brazos que se unen tras de las cortinas.
La brisa que deja suspiros vehementes...
se lían las aguas de las nuevas fuentes.
Páramos creciente de luna y misterio...
las orlas recuadran las nubes del tiempo.
Se izan las velas blancas del destino...
antorchas plateadas sobre esos caminos.
Alineado y tenue despejan la aurora...
Las venas henchidas de sus aguas rojas.
Acelera y baja... pies sobre la tierra...
asesina al llanto y lo deja afuera.
Modera la cuota de de entrega y quebranto,
se para y se muestra... se deshace al tacto.
Su forma es terrena y su voz pausada...
penetra el los ojos, corazón y flama.
Se agacha y se quiebra... buscando el abrazo,
De humano los hombros se ven muy cansados.
Mi brazos que abarcan, de vuelven fronteras,
que aíslan el tiempo que el destino adeuda.
Un guiño a lo lejos... me quedo en la espera,
le ruego a las horas que no quede afuera.
Tengo hoy la fuerza de diez mil guerreros...
con escudo en mano voy tras de mi sueño.
Norma Marchetti
17/1/11
sábado, 15 de enero de 2011
Alas rojas
Un rayo de sol... y tan solo eso,
el cielo que dio el giro depuesto.
Unicornios y hadas... semblantes más calmos,
la senda que se abre bien a los costados.
Misterio y leyenda, acertijo al filo,
sedientas las voces descubren los mitos.
Un destino errante de búsqueda... frena,
se tensan las fuerzas sobre las cadenas.
Magia y sutileza acoplan... liberan,
mixtura en los cuadros de naturaleza.
Abraza... y es brasa allí en la madera,
de suave suspiro en agua de perlas.
Furia y desencanto... ternura y destreza,
con las alas rojas de sangre y pureza.
Un eclipse, un sueño... el mar y las piedras...
se hunde hasta mismo centro de la tierra.
La mano se cierra... toma los racimos...
Las uvas son dulces en su paraíso.
Y se escucha ese trino... y se suman otros...
bermellón que tiñendo esos labios rojos.
Norma Marchetti
15/1/11
viernes, 14 de enero de 2011
Me encantaría empezar un cuento y que se inicie con un... "Había una vez... ", no sé, tal vez remontaría ese barrilete que me hizo alguna vez mi papá, deshojaría margaritas para encontrar la respuesta correcta, repitiendo... "me quiere mucho... poquito... y nada...", solo para agregar algo más al respecto, diría que a falta de margaritas, son buenas y más graciosas, las florcitas de manzanilla. No sé, a esta altura de mi vida, y después de tantas noches y días diferentes, solo podría decir que me queda mucho por aprender y disfrutar. También podría agregar que me encantaría volver a correr detrás de las luciérnagas en las noches de verano, emocionarme en nochebuena esperando a Papá Noel, que ni mamá me trajera el desayuno a la cama el día de mi cumpleaños, ocasión que tomaba sentido ceremonial, porque usaba una hermosa tacita de porcelana (intocable el resto del año). Me encantaría volver a la escuela y encontrar al chico que tanto me gustaba, mirar las estrellas con mi papá o festejar con mi hermana el simple hecho de ir a tomar un helado. Que se yo... en este momento creo que lo que más me gustaría sería poder concluir el cuento con... "Y fueron felices por siempre...", aunque después de el camino transcurrido y las experiencias incorporadas, sé que eso no sucede así, pero así y todo conservo mi fe arraigada en el concepto de anteponer el amor en todos los casos y por sobre todos los motivos... solo eso. No importa si ya aprendí que los príncipes no son como en los cuentos... y es una suerte que así sea... amo la parte sensible de las personas y entiendo que esto les provoca cierta debilidad que los hace vulnerables... y por contradictorio que parezca, esto no es malo... es desechar corazas, que solo son pequeñas cárceles en donde las personas se recluyen y se aíslan por miedo... en definitiva... que mi cuento comience como sea... pero que empiece y sin príncipes de papel... mejor de carne y hueso... con todo lo que eso implica... que se yo, tal vez al final escriba... "y su amor fue eterno"... o " vivieron tan felices como pudieron"... En resumen, tengo ganas de escribir un cuento... que se escriba solo, que me robe un beso.
Norma Marchetti
14/1/11
martes, 11 de enero de 2011
¿Y ahora qué?
Casta su ilusión, fue una elegía,
roto el corazón se enardecía...
Plena en la cadencia se ondulaba...
acopiábase a la forma que abrazaba.
Pálida y sensible se moría...
desgarraba en el silencio su poesía.
La grieta indiferente se expandía...
en las noches que de llanto revestía.
El valor de alcanzar un imposible...
desafío de un juego impredecible.
El coloso de metal urdía el reto...
dejándole al final solo un desierto.
Suplicó bajo el balcón... como a Julieta,
que moría por amor tras de una reja.
Al balcón corrió después, tras su Romeo...
y encontró en soledad un cuento nuevo.
Los puñales se clavaron en su espalda,
cuando ella lo miraba enamorada,
Y asestó el frío metal sin más prejuicio,
para huir acurrucado en sus dominios.
Egoísmo y más dolor... ¿De qué le hablaba?,
los poemas que escribió fueron de agua.
Y esa voz que alguna vez tembló a su oído...
la guardo cuando se supo arrepentido.
¿Y ahora qué?... ella regresa de su viaje,
¿Y ahora qué?... si no encontró ni su equipaje.
¿Y ahora qué?... dejó las rosas en su puerta...
¿Y ahora qué?... si él prefería que se fuera.
Norma Marchetti
11/1/11
http://www.youtube.com/watch?v=2Dv8QmA8S7U
lunes, 10 de enero de 2011
¿Qué se hace cuando el corazón pide imposibles?
¿Qué se hace cuando uno desea con el alma
un sueño muy alto... imposible en apariencia?.
Cuando el corazón no quiere entender razones
y los brazos se pierden en el vacío...
cuando los ojos no pueden ver...
y juegan al "gallito ciego", con palabras,
que rodan y formas círculos a su alrededor?...
Cuando la luna no puede dejar su face menguante
y se ahuecan las manos en el intento
que se desvanece al más mínimo roce de los dedos?.
¿Qué se hace cuando el sol se esconde detrás de las nubes
y en frío amenaza con instalarse?...
¿Qué se hace?... ¡¡Por Dios!!... ¡Qué se hace?
¿Qué se hace cuando te proponen un lugar extraño...
sin número de orden, sin tacto...
sin sentido, sin mañana... sin verdad?.
¿Qué se hace?... ¡¡Por Dios!!... ¿Qué se hace?...
Si, si se quiere... pero no se hace...
Si te retienen... para soltarte...
Si, si te han buscado... para olvidarte...
Norma Marchetti
10/1/11
domingo, 9 de enero de 2011
El regreso es largo
Abro mi ventana y observo la tarde,
el viento que agita las hojas del valle.
Silencio y murmullo al mecer las hojas,
que se quedan quietas cuando la abandona.
Millones de letras y noches de insomnio,
gastado almanaque que se ha vuelto escombro.
Cubro el corazón con mi rosa blanca...
manchada de sangre por la herida hallada.
La paz que me abraza se vuelve bolero...
un tango agrisado del bulín primero.
Un llanto apagado... lágrimas de acero,
que no se derraman porque no ha de hacerlo.
La mano extendida duerme en mi bolsillo,
la palma retiene la voz del suspiro.
Y camino lento... el regreso es largo,
me he ido lejos detrás de un fracaso.
El pañuelo tiene esas 5 letras
que ocupa mi nombre segunda y tercera.
Un juego infinito... una sola regla...
"te quiero a mi lado cuando yo me muera".
Mi vida ya es mía, ya nada me ata...
es mía este tiempo y en algún mañana.
El hombre es esclavo, si al soltar cadenas...
obedece al amo por miedo y miserias.
Norma Marchetti
9/1/11
sábado, 8 de enero de 2011
Estructurado
Recetas que se ajustan a su modo...
caricias de papel pintado en rojo.
Besos dibujados en la arena...
borrándose en las olas cuando llegan.
Palabras que se suben a la brisa
perdiéndose en el aire que las guía.
Corazones recortados de algún diario...
triviales como gotas en los charcos.
Presencias sin sustancia ni sentido...
que habitan en su hueco revestido.
Promesas en el agua dibujadas...
que borran al instante de ilustrarlas.
Cuerpos bellos que se ajustan, a medida,
piel cuidada en la forma establecida.
pose frágil que se pierde en la mañana...
apariencias en escarcha laminadas.
La soberbia ataviando las figuras,
ahuecados por la forma y sus fulguras.
Intereses, pactos bífidos... desplantes,
displicentes en doctrinas relevantes.
Camino intachable... estructurado,
las puertas más sensibles se han cerrado.
El fuego fluye adentro y se derrama...
la nieve vuelve piedra toda lava...
Norma Marchetti
8/1/11
Durmiendo en su almohada
Blanca la destreza y mágico embrujo,
extiende los causes hasta lo profundo.
Avista la calle que pintó en sus cuadros,
revive los versos que escribió al ocaso.
Perenne e innato el genio se expande,
fraguando el acierto para cierto ensamble.
Cósmica y altiva... la esencia se presta,
después del ocaso de carmín... magenta.
Avista su vuelo, de brisa y cadencia,
excelencia y tino sobre otra presencia.
Sostiene un pimpollo suave entre sus manos,
las letras de sangre... su fuego sagrado.
El velo se ondula... trasluce... aletea...
vislumbra figuras de una panacea.
Parsimonia... espera detrás de las notas,
que se alinearon en las fuentes rotas.
Edredón que cubre toda la belleza
que oculta y reviste su canción más bella.
La paz ha bordado palomas doradas...
y deja caricias durmiendo en su almohada.
Norma Marchetti
8/1/11
http://www.youtube.com/watch?v=RFlZ2iZLh6A
miércoles, 5 de enero de 2011
De suave textura
La caricia vuela al portal del cielo,
el sol en su calma cobija el misterio.
La clave es el himno que suena en la bruma...
el sueño divino de suave textura.
Un ritual que inunda la plácida aurora...
detiene y renace pétalos de rosa.
Abraza el instinto más fuerte y agudo,
noches de verano sobre el mar profundo.
El viento se aquieta, vierte su perfume,
fluyen armonías cuando lo descubren.
Fascina, diluye, contiene, agiganta...
abraza en el fuego de su piel de magia.
Regala un suspiro disperso en la arena,
que proyecta al aire su portal de estrellas.
El tacto se imprime... pupilas de seda,
descuelga el abismo y lo deja afuera.
Mitiga en su pecho la frase incompleta,
buscando una excusa se alarga la brecha.
Se acurruca, ensambla... sorprende y eriza,
aprende a acostarse sobre su sonrisa.
Norma Marchetti
5/1/11
martes, 4 de enero de 2011
Cruzando el ocaso
Aminora el paso… se aplaca y serena,
el curso del río vence a la marea.
Se sienta y observa… se abraza al hechizo
que guardo en sus manos para el nuevo inicio.
Besa ese perfume que ronda en el aire,
aprisiona fuerte al sueño en su talle,
Acopla su tacto con sutil simpleza
y lo deja libre para que florezca.
Aprende y reprime el impulso innato,
de pedir justicia en un arrebato.
Las manos abiertas… los ojos sinceros,
el suave refugio para otro intento.
Transparente lazo que une lo atado,
dos diademas juntas cruzando el ocaso.
La cúspide guarda jardines soñados
y el brillo en el agua del sol reflejado.
Audaz o demente… personal o esquivo,
romántico, extraño… poderoso y niño.
Perfecta la forma, de un perfil exacto,
moldea en silencio el sensible pacto.
Hoy un arco iris se arqueaba en el cielo,
el ánfora guarda el color y el vuelo.
Un sonido suave se almizcla en el pecho,
que se descontrola al latir del eco.
Norma Marchetti
4/1/11
sábado, 1 de enero de 2011
Lo susurra al alba.
Al morir el miedo cerraba esa puerta,
que tiñó el silencio pactando la vuelta.
Un solar intenso de mágicas letras...
deja el desacierto en otras veredas.
Al tallar un verso sobre su madera,
devela el misterio de un perfil cualquiera.
Acerca los labios... lo susurra al alba,
cercena malezas sobre las distancias.
Arquea la espalda, abraza sin miedo,
desdibuja voces que gritaba el viento.
Aminora el paso se funde en miradas...
acaricia espacios entre las palabras.
Acelera el pulso... contiene en sus manos,
moldea en arcilla momentos soñados.
Aprisiona fuerte... contiene y entalla...
percibe la sombra que se vuelve magia.
Las letras son aves que vuelan muy alto,
prodigando aciertos... venciendo a su paso.
Regalando flores sobre los poemas...
que derriten hierros de viejas cadenas.
La luna extasiada se posa en sus aguas,
se moja y se duerme bien acurrucada.
Se alzan melodías de matiz intenso...
vuelan mariposas sobre los desvelos.
Pierde su mirada entre sus misterios,
se queda sin voz contemplando el cielo.
La figura irrumpe... sobre el terciopelo
del camino rojo al edén primero.
http://www.youtube.com/watch?v=q5f2AhKamzE
Norma Marchetti
1/1/11
martes, 28 de diciembre de 2010
Perfume en el aire
Al morir la noche estrena un lucero...
el cerco despoja las dudas del tiempo.
Rebasan las luces... desbordan el cielo...
en el tibio abrazo que guarda en su pecho.
Perfume en el aire sobre los cabellos...
celestes fundidos del lago y el cielo.
Pétalos rosados que caen sin miedo...
sobre los crespones que palidecieron.
Se avistan y rosan el valle deseado,
las notas que alcanzan el tono más alto.
Un crisol quebrando la visión del fuego...
que arrasa e irrumpe despejando artero.
Un alud... el viento, la lluvia, los truenos...
el cerco y la noche... la imagen, los celos.
La senda teñida de un verdor incierto...
camina a los pasos del portal abierto.
Aprisiona al hombre su perfil pactado...
huracán de luces que vuela al estrado.
Mariposas, tules, marionetas... rosas...
escudos... espadas... ecos de victoria.
Los lazos se ciñen sobre la cintura...
la espalda que escribe sobre su figura.
El juego... los pasos, las letras, los verbos,
el sol que abre brechas sobre los desiertos.
Norma Marchetti
28/12/10
http://www.youtube.com/watch?v=T8nHXyNv0t0
sábado, 25 de diciembre de 2010
La estrella del sonido
Mis alas se despliegan en las nubes,
buscando rumbo fijo hacia el futuro,
las letras se deslizan por los dedos,
el tiempo se hace luz abriendo muros.
La danza de los sueños tejen brisas
que rosan mis sensibles versos truncos,
la rosa de mi piel duerme en silencio...
desliza su portal abriendo rumbos.
Se desprenden de mis ojos tules negros,
acaricio al Pigmalión en sus dominios,
una calle me destierra los presagios
de la noche que escondía el veredicto.
La difusa melodía se hace historia,
y rasguea la canción de ese destino,
le sonrió al corazón cándido... abierto
que palpita al crepitar del eco henchido.
Placiente y acodado se alza noble...
se yergue casi audaz surcando el limbo,
la estrella del sonido se abre heroica...
cubriendo en su caudal al lago tibio.
Norma Marchetti
25/12/10
martes, 21 de diciembre de 2010
¡¡¡No lo pierdas!!!
Pensemos por un momento que la vida nos regala minutos... todos son importantes... cuando pasan no vuelven jamás. Me cuesta mucho entender que hacen las personas cuando pierden días, meses, años... sufriendo innecesariamente o desperdiciando sus vidas porque si... por capricho, venganza, cobardía... no sé, tal vez yo no soy el mejor ejemplo, pero odio quedarme encerrada un hermoso día, cuando nada me obliga a hacerlo. Detesto estar todo el día de mal humor y lucho con eso hasta cuando tengo esos días en que parece imposible esquivar las balas. No entiendo... simplemente no comprendo, esa forma extraña de evadir la realidad que tiene algunas personas... simplemente se llenan de excusas y buscan las soluciones en libros que solo recitan fraces que apenas justifican a una partecita de la humanidad... o sea, los que se parecen, pero no somos todos, es más, algunos somos muy extraños y por lo tanto, menos aún encajamos en esas recetas que prometen soluciones mágicas y muestran caminos trazados para toda una gran manada. Realmente me desespera pensar que la vida pasa y uno simplemente la deja escurrirse entre los dedos... odio la palabra adiós... la locura de creer que lo que dicen otras personas, tan humanas como yo, son como reglas infranqueables, que todos debemos seguir sin protestar, como si nuestra inteligencia no nos sirviera par decidir por nosotros mismos... ¿Quién les dio la autoridad de marcarme "la senda correcta"?... tal vez sea necia y no comprenda algunas cosas, pero me niego a seguir en esa línea... ¡¡¡Mi vida es mía!!!... no pienso permitir que me digan como debo sentir y en que momento, solo tengo mi mente abierta a escuchar los argumentos... siempre intento entender y de tanto intentar, puedo hasta parecer muy terca y obstinada, pero solo voy en busca de la verdad... entiendo un No y entiendo un SÍ... justificado... sé escuchar y pongo todos mis sentidos a disposición del entendimiento. De verdad, no soy tan dura, ni tan fría, ni tan cerrada... estoy llena de defectos y soy muy despistada... pero nunca miento en los sentimientos, como proceso intensamente, me vuelvo lenta y es probable que tarde en esclarecerlos, pero soy así. Necesito encontrar las respuestas, porque sino, no puedo armar las ideas o las historias... mi cabeza no para y me hace sufrir, solo es necesario un... NO, o un Sí con argumento... y mi cabeza cierra. Perdón si esto no se entiende... yo entiendo que lo que no se saca... se pudre adentro y nos destruye. Un día es muy importante... ¡¡¡No lo pierdas!!!.
domingo, 19 de diciembre de 2010
Espero...
Espero... me apresto a seguir los pasos,
grabados de arena en mis sueños claros.
La beta se extiende sobre los dominios,
que surcan el cielo... vuelan en suspiros.
Extraño el sonido roto y transparente
que pinta arco iris sobre mi presente.
Me elevo al cometa que guarda en sus manos,
como el agua tibia que me baña al tacto.
Espero... yo sigo en la huella noble...
anido en mi pecho los versos que esconde.
Digitales huellas tatúan mi dermis...
sonrió... e invento respuestas al borde.
Y después de todo... y a pesar de ello,
rescato el valiente sonido del eco.
Pétalos de rosa vertidos sin freno...
el camino blanco besando los sueños.
Espero... no importa, no quiero más nada,
camino el delirio que alimenta mi alma.
Mis manos... corolas... abiertas al limbo,
protejo y abrazo... dulce paraíso.
La vista es el sol y su luz lejana,
El calor que viste mi desnuda espalda.
Mi firme promesa domina el impulso...
que quiere correr en busca del rumbo.
19/12/10
jueves, 16 de diciembre de 2010
De papel plateado
No quiero ese oasis que se hizo de humo,
no quiero las letras colgadas del muro.
Ni estrellas distantes de papel plateado,
pegadas al techo de mis desamparos.
No quiero espejitos de caleidoscopio,
ni telones gruesos plegados al dorso.
Ni mas de aquel llanto ahogado en el pecho,
en la bruma fría de los desconsuelos.
No quiero las dudas bailando en mi puerta,
no quiero las noches heladas... eternas.
Ni tiernos regalos que elevan al cielo,
que se desvanecen cuando los retengo.
No quiero que se arme todo a mis espaldas,
no quiero una vela que apenas me alcanza.
Ni ese conformarme con una sonrisa
robada al intento de otra evasiva.
No quiero un suspiro que apenas percibo,
no quiero apariencias sin ningún motivo.
ni un "tal vez" plagado de versos ambiguos,
que increpan y arrasan sobre mis dominios.
No quiero mentiras vanas... camufladas,
no quiero que abusen de mi alma blanca.
Ni que no confíen... no tengo dobleces...
yo espero escuchar aquello que sientes.
No quiero ese trono del amor secreto,
no quiero ser ángel... soy de carne y hueso.
Ni un alma eterna... todavía no he muerto...
soy una rebelde que apuesta a sus sueños.
16/12/10
Con final incierto
Cómplice aleteo que nadie comprende,
suave en el delirio que explora vertientes.
Se ampara en la sombra del roble perpetuo,
de raíces firmes sobre su universo.
Una luz lejana que genera dudas,
un as que deslumbra firme en su locura.
Una trama extraña con final incierto,
que todo revive... o lo deja muerto.
El miedo se filtra como sombra amorfa,
extraña figura de llanto y congoja.
y otra vez el sol que cautiva en magia...
y otra vez la luz que se abre en ventanas.
Un portal del tiempo abierto en la nada...
un... "yo te sostengo" por si no hay mañana.
Solo son promesas como marionetas,
mariposas tristes de papel madera.
Nada entre las manos... la bruma que asfixia,
al verso que rompe en canción roída.
Un bosque cerrado de espesa hojarasca...
fascina en colores... sonidos sin pausa.
Extraña jugada que al final termina...
el reloj apura y el margen se afina.
última jugada sobre este tablero,
frágil, intangible, la sangre de un sueño.
Las respuestas urgen... plantan su bandera,
conquistan terreno... colonizan... llegan.
Se apresta a ese reto que todo lo vale,
una apuesta fuerte de hechos reales.
15/12/10
miércoles, 15 de diciembre de 2010
Gotea en sus manos
Camina el silencio que se nubla al tacto,
celebró un misterio que solo es encanto.
La calle un desierto que filtra poemas,
la gema del aire que gira en su esfera.
Amalgama gris de un fino realce...
camelia del tiempo en su voz distante.
Transita la noble demencia del tiempo,
extirpa de su alma el puñal certero.
Abre sus entrañas, se expande y aflora,
la senda vertida en verso y victoria.
La sangre la increpa, sacude... rebasa,
se niega a acodarse en alguna trampa.
Duda en el espejo que marcó sus pasos,
confuso designio, manejo y destajo.
Entrega en suspiros cosecha y labranza...
el fruto maduro de sus manos blancas.
La última apuesta... se juega sin miedo,
se desabotona corazón y sueños.
Avanza al ritmo que marca su pulso...
advierte que puede torcerse ese rumbo.
Ahora convergen motivos y causas...
fija sus sentidos, agudiza... encara.
El cálido sol sorberá sus letras...
o será aplastada con brutal certeza.
Solo será esto... respeta los plazos...
un muro de hielo que gotea en sus manos.
El amor es trueno... una llama viva...
que enciende colores... o los pulveriza.
15/12/10
lunes, 13 de diciembre de 2010
Abierta al destino
Pálida la luna se avista de día,
tenue y en silencio... ni se la advertía.
Una esfera blanca sobre fondo claro,
un lejano enfoque de contraste magro.
Perpetua y escueta se plasma en el cielo,
recorta el celeste ... circular espejo.
quieta en el presagio... nada la movía,
roto el torbellino, se queda dormida.
Fábula del tiempo que reclama lumbre...
la cresta del aire que rodea la cumbre.
El audaz despliegue retrae sus ganas,
libera y arriesga... no decide nada.
Voluntad de acero y quietud pactada,
rota las cadenas se vuelve y se calma.
Un sendero abierto sin portal ni puente,
una perla blanca abierta al presente.
Junta rosas blancas... las lleva en las manos,
Su vista de alba purifica el cambio.
Camina sin prisa abierta al destino...
que llega en su vida desde algún inicio.
Calidez del astro que brilla en su limbo,
se avista en dorado bañando el recinto.
Allá el poderío que su luz domina...
en los valles verdes... con el agua fría.
Amigo de calles que dejo sin vida,
le obsequio un abrigo en las noches frías.
Compañero errante de mi alma esclava...
cortando cadenas para liberarla..
El plazo se cumple... vuelve a la cordura,
pinta de dorado una fase oscura.
Un paso tras otro... avanza sin pausa...
corazón de sueños, que abraza su causa.
Apuesta a su fe... cambia la mirada,
vierte sentimientos que la vuelven cauta.
Guarda en sus pupilas escenas veladas...
se vuelven retratos felices de infancia.
21/11/10
Colmados de versos
Primeras fulguras caídas del cielo...
la calma me viste de ansiedad y esmero.
Me prendo del pelo pimpollos rosados...
pétalos caídos sobre pies descalzos.
La vista se nubla... mis ojos se empañan...
lágrimas que emergen en suave cascada.
Casi en un suspiro calma la marea...
frena el gesto adusto en esta contienda.
Miradas sedientas de verdad y sosiego,
la calle se inunda de estrellas y verbos.
Solo es un minuto... descubre mis ojos...
idioma cerrado... oculto a los otros.
Mis manos se abren a un ritmo lento,
sostengo papeles colmados de versos.
Espero y detengo el ritmo agitado...
la clave del tiempo clama desde antaño.
Al tacto la seda desliza los dedos...
mis huellas se graban sobre el pavimento.
Entorno mis ojos, confío y descanso...
se suman las horas previas de los pasos.
La tierra sedienta se nutre del lago,
cadencia del agua y su brillo blanco.
Amalgama tenue que se vuelve roca,
sonrisas del alba como mariposas.
Perfume del sueño que baila en la brisa,
forma de una danza que se regocija.
Se abre el paisaje... se estrecha en sus dones...
Huracán de vida sembrando las flores.
12/12/10
viernes, 10 de diciembre de 2010
Afinando el pulso
Me elevo al dolor... lo enfrento en su lengua,
le cargo la cuota de real presencia.
No temas, no calles... soy de piedra y fuego...
coraje y caricias cargadas de sueños.
Mírame a los ojos... esto es verdadero,
no dudes, creeme... soy portal e intento.
Tomame la mano... ya no habrá estrategias,
ni bronca o coloquios nublando la brecha.
Voy hasta tu puerta... muéstrame el camino,
la noche no afecta en el plenilunio.
Dos cosas te pido... escucha y observa,
esto es importante... venzamos a medias.
No existe enemigo en esta contienda,
solo ganadores tornando a su tierra.
El ritmo acelera sin tregua y con pausa,
afinando el pulso sobre la balanza.
Soy la pose firme que se ajusta al talle...
esos pasos lentos recorriendo el valle.
Ese instinto alegre que roba sonrisas...
un abrazo enorme que cubre tu herida.
Nada de arrebatos... lo veo muy claro...
mi pulso más firme lacrando este pacto.
Emoción de arenas doradas al viento...
rebozan los muros del antiguo infierno.
10/12/10
jueves, 9 de diciembre de 2010
¿Estoy equivocada?
Hoy... una tarde más... o menos, todo depende de para qué.
Pensaba en lo extraña que puede ser la vida... aveces nos suceden cosas, que si las escuchamos de otro... seguro que no las creemos... o tal vez solo podríamos admitir solo una parte, por pensar que el resto solo es producto de la imaginación. Hay historias que atrapan por misteriosas... o mágicas, el problema es cuando nos envuelven en su torbellino y nos sumergen hasta límites impensados, donde la razón no tiene argumentos y las explicaciones no serían suficientes. Amores que se producen de manera irracional y perduran con la fuerza de los tangibles... y más. La mente nos lleva de la mano por los caminos marcados por la conciencia y el sentido común, pero el corazón, que no sabe de reglas y discursitos mediocres, se rebela y el tironeo es una lucha constante, en la que los románticos, siempre... y con cierto disimulo, dejamos que se aflojen un poco más las ataduras de ese incansable trabajador que nos mantiene con vida. Escribimos poemas, lloramos, armamos estrategias, nos aplasta la desolación... y volvemos a nutrirnos de ese poderoso brebaje que nos devuelve al apasionado intento de aferrarnos a otro día, porque representa otra oportunidad y por momentos nos deja tocar con la punta de los dedos a ese ser de luz que nos guía por el camino correcto, aunque en ocasiones, podamos sentir que todo se nos viene encima... como si fuéramos a contramano de las leyes establecidas. Entre mis prioridades, le doy un lugar muy especial a las leyes naturales que a mi entender, son normas establecidas por Dios, y como para mí, no existe sabiduría más plena y absoluta... todo lo demás pasa a un segundo plano, en el que afloran nuestros egoísmos y mezquindades de cualquier tipo. En definitiva... no existe mayor riqueza en el mundo que el amor correspondido y no existe otra llave que abra las puertas del paraíso... tal vez sea muy soñadora, ingenua... o cualquier otro calificativo que me describa, pero... ¿Qué puede hacernos sentir más plenos?... ese ensamble es único
y su cuidado debe ser en extremo delicado, como a una delgada copa de cristal en la que se ha vertido la eterna unión de dos seres... más allá de los límites y la fragilidad del cuerpo y de cualquier otro razonamiento terrenal...
¿Qué puede ser más poderoso y perdurable a pesar de cualquier barrera o impedimento
humano?...
Si no compartís lo que digo, pensá en los que nunca se enamoraron, en los que jamás serán correspondidos, en los casos en que uno de los dos deja de existir... o simplemente en los que lo dejan pasar.
¿Estoy equivocada?...
9/12/10
martes, 7 de diciembre de 2010
Sus primeras formas
Fecunda la estela del astro y su estela,
cálida burbuja de cuidado y tregua.
Plácidos los campos de tierras cautivas,
exhalan aromas... se llenan de vida.
Fusionan sonidos... visten los colores,
derraman su sangre sobre viejos dones.
El pelo que ostenta sol de primavera...
la danza del viento sobre su violeta.
Capullos salvajes... traslúcidas aguas,
cuentas de una pena plasmadas en savia.
Barrilete azul camino del alba...
horizonte y fuego quemando la playa.
Fatídica sombra expuesta al ocaso,
caricias del valle sobre el río manso.
Gotas de rocío corriendo en las manos,
sudor de los bosques sobre pastos blandos.
Besos de la luna... círculo dorado...
ensamble del cosmos abriendo los brazos.
desliza miradas... recorre lo eterno,
ubica lo vano detrás de los verbos.
Destina su dermis al lugar de gloria,
que le pinta el óleo sus primeras formas.
amanece y crece... cautiva... rebasa...
se abre un arco iris sobre las palabras.
7/12/10
Una rosa roja
Y después de todo soy solo esto...
solo una mujer sola en un desierto.
Soy solo el orgullo de saberme honesta...
y sentir que puedo, aún sin respuestas.
Sensible en los brazos de ternura expuesta,
que ponen el pecho en valiente afrenta.
Dura y resistente... coral y tormenta,
caprichos del viento cansando mis piernas.
Un collar de perlas y cintas de razo,
el trueno en la lluvia que grita su llanto.
Solo una caricia que besa miradas...
una rosa roja flotando en el agua.
Un estilo extraño... esquivo...asonante,
protegiendo siempre desde lo distante.
La ostra que oculta lo que crece dentro...
el portal que se alza en blancos cimientos.
De niñez sus sueños bordados de encanto,
de mirada fuerte y coraje innato.
Siempre entre la bruma buscando las luces...
me aferro a lo oculto que brilla y seduce.
Casi imperceptible... o algo altanera...
dulce ante el dolor de un verso cualquiera.
La música anida... me vuelvo sirena,
y danzo en sonidos... vibro en su cadencia.
La noche me enfrenta... no me paraliza,
mis ojos se inundan con la espalda erguida.
camino segura, con la frente en alto...
corazón sensible de luna sin llanto.
5/12/10
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