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lunes, 4 de octubre de 2010

¿Qué dirías? Yo salgo de esa tierra que no es mía… respeto tu opinión… no es utopía. La frase en el silencio… o entre sombras, me dice no se puede… no seas tonta. No sé que más hacer… no haré más nada… expuse el corazón, coraje y ganas. Pensé que eso podría ser lo bueno… pero la vida me muestra el desacierto. Yo solo perseguía algo sincero… detesto la apariencia por dinero. No quiero caminar la alfombra roja… no me seduce el lujo… ni esa forma. Mi mundo es muy sencillo… verdadero, yo soy esto que ves… no hay más misterio. Ya no quiero jugar… yo no quería… pensé que era la puerta… la salida. Elije el conformismo… esa inercia, lo último que haré es esa oferta. Cobarde es el juego clandestino… cómodo el disfraz anónimo sin tino. Solo estaré aquí… si hacer nada… veré llegar el sol… de donde salga. Mis manos se vaciaron entre intentos… me siento a esperar… no sé que espero, Mensajes camuflados… bipolares, la mano que se acerca y se contrae. Yo espero en la estación el tren de vida… si no llegás a tiempo… ¿Qué dirías? Norma Marchetti 4/10/10

domingo, 3 de octubre de 2010

Con final abierto En algún lado leí, que este invierno iba a ser muy crudo… y para no perder la costumbre, me dije a mi misma, que esto no debía ser así… no era justo. No sé si mi piel es muy sensible, o tenga más que ver con esto de la genética… pero es indudable que el invierno en mi vida, representa soledad y tristeza. La vida parece haberse ensañado conmigo y me rebelo, exijo justicia… ¡simplemente estoy loca!... eso es indudable, a esta altura debería haber entendido, que la vida es eso… una prueba=aprendizaje… es un curso acelerado de algo que nos servirá en la etapa siguiente y no es que no lo tenga asumido, pero me enoja el pensar que tal vez es tiempo de esos desafíos a la paciencia y el coraje, sean demasiado largos como para que mi cuerpo y mi “cordura” lo soporten. En muy evidente para mi, que tengo cierta facilidad de entender a las personas que dejo que se me acerquen… infinidad de historias de vida me han contado y recuerdo la gran mayoría, pero particularmente podría poner esta sobre la mesa… se me hace muy complicado saber si se trata de una sola historia o por uno de esos caprichos del destino, son varias… tal vez fue solo mi imaginación, o la fusión de ambas… Nunca oí algo tan extraño… ni siquiera comparándola con una historia que me contaron hace poquitos días, que tiene que ver con un eterno amor platónico… innecesario, para mi razonamiento. Yo no sé, no soy tan culta, ni inteligente como para definir esto que en pocos casos se da (al menos eso creo), de encontrar una persona que puede receptar sensaciones de otra que por algún motivo o desde algún lugar implora por su ayuda… aún más extraño, es entender, que este receptor, pueda a su vez responder al llamado en el momento exacto y el efecto deseado por el que lo demandó… ¿Extraño?... real diría yo, pero como no sé definirlo o ubicarlo… solo pienso que pueda tratarse de esas áreas del cerebro que parecieran no cumplir ninguna función. Esto sucedió entre dos personas que alguna vez se conocieron cuando todavía la vida los pintaba blancos en inocencia, como esos guardapolvos que usábamos en aquella época en que cursábamos la escuela primaria. La vida los sometió a innumerables experiencias, alguna lindas… otras de agónico desgaste. En algunas ocasiones todo parece estar armado por la mano del destino… Dios… o simple justicia. Volver a reencontrar a alguien del que apenas se tiene un recuerdo visual gracias a un retrato, alguien, que tiene un lugar inmaculado junto a los juegos de la niñez y sus primeros sueños de amor. Por extraño que parezca, ella no buscó encontrarlo, solo sumó su nombre a una lista de conocidos y él apreció de inmediato, como lo haría infinidad de veces más en el futuro. De tanto sumar extrañezas, también podría decir que no importaba como de diferente se veía… ella lo reconoció con solo verlo, lo desconocido era su expresión… ¿Dónde está la sonrisa y la expresión distendida?... ¿Qué le había hecho la vida?... la verdad es que ella tampoco había transitado un camino cubierto de pétalos de rosas. Tampoco se bien porque… al menos él no dijo nada de manera directa, a partir de ese día ella encontró en el buen corazón de él todo el apoyo que necesitaba y no debía decir mucho… solo lo justo, él sabía que decir siempre… y era lo correcto. Muchos meses pasaron… infinidad de pruebas y desencuentros… ella lo percibía, sin saber que pensaba él en realidad y sin tener tampoco certezas. Todo este esfuerzo que él realizaba, agudizando el tacto y la astucia, dieron a la larga el resultado esperado… ella al fin podía reencontrarse con ella misma, si todo había sido como sintió que había pasado, ella tenía que ir a buscarlo y preguntarle, agradecerle y compartir con él este nuevo secreto que debía ser revelado. Intentó acercarse a él, algo había pasado y ya la situación era diferente… ella había cometido un error grave, pero sin saberlo… él ya no la quería cerca… la mantenía a distancia, hasta que encontró la manera de retomar ese diálogo mágico, de perfecto ensamble, que por impaciencia, enojo o tristeza, cada tanto corría el riesgo de desvanecerse. Ella sabía que cualquier esfuerzo requerido era necesario… podía sentirlo… la tristeza de él o la propia se traducía en lágrimas. Por algún motivo que desconozco, toda la fortaleza de él, ahora, no era más que miedo y confusión. Ella inventó salidas extrañas, locas, osadas… hasta totalmente disparatadas, que hablaban muy mal de su salud mental… el también hacía esfuerzos a distancia… camuflado… ¡invaluables! Ella no quería resignarse a perderlo a pesar de que él le proponía una unión eterna para sus almas… quería elevar ese ensamble a una compañía etérea y sublime. ¿Cómo poder acercarse a alguien que no quiere?... que ofrece inmolarse por amor... ¡rarísimo! Ella por momentos dudaba y pensaba que todo había sido un ardid de él para poder sacarla del estado de vida latente en el que él la había encontrado… ¡Era un buen tipo y muy inteligente!... ¿Por qué no? Y si así hubiera sido, no dejaba de ser el más hermoso regalo que un chico puede darle a su compañera, pero… ¿Y ella?… ¿Qué podía hacer con ese sentimiento tan fuerte?... ¿Cómo seguiría su vida sin él una vez más?... de solo pensarlo sus ojos se ahogaban en lágrimas y le dolía el pecho… ¿Y si él si sentía lo mismo, pero era más fuerte la idea de no alterar su vida?... como saber si lo que ella percibía era real… esto la desequilibraba y perdía la lógica, la mesura y el equilibrio que la caracterizaba… ¿Todo había sido real?... Me hubiera encantado terminar este escrito con un final feliz… son mis favoritos, pero ella no supo decirme que iba a ocurrir al día siguiente… él nunca había sabido irse del todo y ella jamás había pensado en sacarlo de su vida… yo no comprendo., tal vez por soñadora…por ser una romántica perdida… escuché todo esto con mucha atención y la historia me traspasó la piel. Realmente no me gustan los finales abiertos, prometo añadirle un final… si algún día los veo por ahí caminando abrazados… la otra opción, no la voy a dar… solo porque puedo hasta enervar a la gente con mi optimismo… por eso prefiero dejarlo así y no ir en contra de mi esencia… si algún me entero, prometo agregarlo… Norma Marchetti 3/10/10