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viernes, 9 de septiembre de 2011

Solo hay una vida.



Abrígame en la vida que te brota,
desbordame de amor en mis derrotas.
Comprime en tu interior... y luego suelta,
la dulce seducción de tu vehemencia.

Ofréceme los ojos para verte,
concédeme el segundo se cierne.
Extiéndeme tu mano en la neblina...
acércame el abrazo que pedía.

Confiésame el secreto más guardado...
explica al corazón cual es el trato.
Invítame a la noche inesperada...
enséñale mi nombre a tu almohada.

Palpitame el fervor en dos palabras,
alcanzame en la estrofa que faltaba.
Cultiva en mi sonido melodías...
que hablen de verdad y bienvenida.

Acuéstate en la hierba, en el ocaso,
impregana los colores entre tus brazos.
Rodéame al final de la jornada...
que solo hay una vida... y se me escapa.

Norma Marchetti
9/9/11