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lunes, 30 de junio de 2008



Cuando todo esto pase

Cuando la luz se disipe tras un velo de apatía,
cuando la ruina se imponga ganándole la partida,
cuando lo ufano se mofe alardeando de su triunfo
y se sellen los portales en los confines del mundo.

Cuando la tierra no gire en su danza espiralada,
cuando el silencio de letras agonice en la portada,
cuando se torne imposible definir los sentimientos
y en los frustrados ensayos se laceren los comienzos.

Cuando la bruma de signos se arremoline en la nada,
cuando las llaves locuaces se disipen en la trampa,
cuando un cirio de grafías se sofoque en la ventisca
y en los pétalos marchitos se desdibujen las rimas.

Amordazadas las voces entre las sombras del alba,
espectrales los intentos de traducir las miradas,
con las pasiones guardadas en las lágrimas del cielo
y los oídos aislados de las caricias de un verso.

Cuando todo esto pase sentirán que ha fallecido,
pero estará palpitando en los ocasos dormidos.
entre los lirios del campo y el fulgor de los trigales,
en el albor de los días o en el rugir de los mares.

Cuando todo esto pase, habitará en los esteros.
en las corolas radiantes o en la cima de los cerros,
en los cielos azulinos o en las arenas doradas,
en los amores perdidos y en los colores del alma.

Cuando todo esto pase renacerá en las memorias,
como bálsamo en las noches recuperando su gloria,
como ave en las alturas fundiéndose en las estrellas,
como halito de musas sobre las poesías muertas.

5/06/08
Jesús Alejandro Godoy dijo... Hola Norma, cómo estás? Muchas gracias por tu mensaje en mi blog. Excelente tu blog y más tus escritos. Me apunto tus direcciones así las agrego a mi listado de blogs literarios. Saludos para vos y que sigas muy bien.


Recuerdos


En el éter del silencio planeando van las palabras,
como auroras que en la noche van remedando las llamas.
Atravesando portales, fustigando las ventanas,
como visiones silentes que se apoderan del alma.

Y nos llegan armonías de sinfonías lejanas,
como hojas en otoño jugueteando en la arbolada.
En un limbo de los visiones, en un éxtasis de ingenio,
merodeando en las alturas como gaviotas del tiempo.

Un surtido de bocetos incólumes tras los lienzos,
un ramillete de rostros relegados en un verso.
Una fragancia latente… una voz en el olvido,
un laberinto de hechos musitados al oído.

Adormecidos recuerdos en la trastienda del día,
como perfil del ocaso… entre gavinas perdidas.
Y mi nombre en tu memoria ilegible e ignorada,
extinguida en tu pasado… como ceniza mojada.

11/06/08


Si se ciegan los portales

Oculto en algún arcón, relegado entre afonías,
se reprime en las entrañas asfixiándose en sordina.
Los visos se van muriendo en las miradas furtivas,
como corolas cerradas… con la piel languidecida.

Un ronzal en el presente de ilusiones oprimidas,
un almanaque de estorbos va cerrando las salidas.
Una mordaza de excusas encubriendo viejas ansias,
como el agua embravecida arremete con las llamas.

Y las neviscas del tiempo revistieron la campiña,
enfriando las quimeras que se deprimen cautivas.
Y la ventisca impiadosa sacudiéndose a su antojo,
recubriendo utopías… transformadas en despojos.

La sangre fluye en silencio sin alardes ni diatribas,
sin declinar en su brío… afirmándose en la vida.
El pulso brota en las venas con su compás inmutable,
con un matiz impetuoso de osadía indeclinable.

La esencia brota a un ritmo de presura irrefrenable
como el agua en el torrente que acomete sin rituales.
La lluvia se infiltra osada sin gestionar una anuencia,
y con desparpajo impulsa a gestar supervivencia.

Sucumbe el alma en los ojos si se ciegan los portales,
si se obstruyen las salidas a imaginarios zaguanes,
donde la fe estruja monstruos y arrasa poderíos
y los silentes mortales desafían sus destinos.


9/05/08


En pequeños sacos

Las almas se expanden en su savia eterna,
pero oprime el tiempo asentando cercas.
Estruja osamentas en pequeños sacos,
que restringen vidas asignando plazos.

Péndulo inclemente… corazón de acero,
que fragmenta ciclos con latidos nuevos,
que somete al cuerpo a entregar su vida,
como pago infame de nuestra partida.

Todo es desafío y en curvas lidiamos,
con escollos nuevos para abrirnos paso.
La huída es instinto… la razón un riesgo,
el sentido, el lazo, que une a lo externo.

Y volamos alto, soñamos sin muros,
planeamos ligeros hacia algún futuro.
en las altas cumbres sorteamos fronteras,
que apartan las voces de una misma tierra.

La esencia se eleva uniéndose al cosmos,
y el pequeño saco se convierte en polvo,
que se une al suelo germinando inicios
y con los recuerdos… se completa el ciclo.

8/04/08


Y vendrá la noche

Entre el bien y el mal mi alma debate,
entre las cavernas de un siniestro ataque.
Esquivo en silencio, consiento y recibo,
La hiel destilada de un manejo impío.

Me dejo llevar y aguanto la afrenta,
separando aguas, poniendo fronteras.
Las guerras no forjan héroes vencedores,
tan solo reaniman muertes sin razones.

Lejos de sacar cruces de mi espalda,
me persiguen dudas, empuñando dagas.
Ecos de doctrinas invaden mi cuerpo
en los laberintos de mi desconsuelo.

La vida me viste con su peso añoso,
y se para al frente como un gran coloso.
Los años se nutren de momentos vivos,
de llantos y risas… de broncas y alivio.

Y vendrá la noche a cubrir mi tiempo,
juzgando mi Dios mí destino nuevo.
Surgirán mis luces y mis huecos negros
cuando la balanza se tercie en sucesos.

12/02/08


Una vida amortajada

Un firmamento cercado, un laberinto de vidas,
que se derraman constantes sobre la mesa servida.
Una sombra en la cortina que se desplaza foránea
del bullicio de la calle abarrotada y extraña.

Y en su mente se acopiaban voces usuales... queridas,
impregnadas de silencio, convertidas en calinas.
Un cerco de cieno frío la hundía en su gris plegaria
y se plisaba en mutismo resignando la batalla.

Como la hiedra en el muro que se aferra descansada,
así confinó sus sueños en un claustro de fantasmas.
Su espanto cierra portales con solo idear su intento,
y se sumerge en la bruma del cotidiano tormento.

Una celda revestida de pacífico resguardo,
una inercia consentida con dimitido letargo,
Una sombra entre los trastos, una puerta clausurada,
una carta amarillenta… una vida amortajada.


22/04/08


Flores de pasionaria

No me hacen falta certezas, ni motivos, ni palabras,
ni que te oiga silbando en el patio en la mañana.
Ni que la radio me incite en los compases de un tango,
ni que te vea sonriendo, con tu mate y caminando.

Porque la bruma del tiempo se trasluce en su figura,
porque en rocío ha bañado la noche con su ternura,
porque a sus cuadros con lagos le bosquejaba un velero
y lo regaba de luces en sus entornos austeros.

Porque nunca relegaba su optimismo en un escollo,
ni se encogía ante el cierzo que lo hostigaba tedioso.
Porque nunca claudicaba en su afán samaritano,
y esculpía escalones como un glorioso artesano.

Con la simpleza infantil que resguardaba su alma,
con clemencia atinada de nunca mostrar su espalda.
Con la sonrisa en los labios y las palabras sinceras,
se dibujaba un camino de eternidad en la tierra.

En oraciones me elevo al umbral de tu morada,
donde esculpes en madera, flores de pasionaria.
En silencio un jilguero, te acompaña en tus acordes
y yo te escucho cantar... con tus amigos de entonces.


27/08/07


¿Qué te han hecho mi Argentina?

El péndulo del recuerdo en su vaivén se desgrana,
desatándome memorias de épocas laceradas.
En un bosquejo del tiempo arrumbado en la distancia,
los ecos me traen gritos, sangre, dolor... y lágrimas.

¿Qué te han hecho mi Argentina, en tu corazón de madre?
¿Quién te arrebató los hijos con argumentos cobardes?
¿Dónde su sangre enjugada abrió abismos letales?
¿Cuándo le han sacado la venda a la justicia inmutable?

Ultrajándote la paz, te destrozaron los sueños,
evisceraron tu entraña, suscitaron los destierros.
Arrasaron con el fruto del sudor y del denuedo,
abarrotando las arcas de los corruptos perversos.

¿Qué te han hecho mi Argentina, en tu mirada serena?
¿Quién te mira con codicia más allá de las fronteras?
¿Dónde el Zonda y el Pampero harán volar las afrentas?
¿Cuándo tu excelsa estirpe se erguirá entre las fieras?

La patagonia y sus lagos, herencia virgen y heleros,
las cataratas... quebradas... el palmar y sus esteros.
En el corazón llanuras, cerros, puertos, mar y arena
y en el reflejo del cielo... enarbolamos bandera.

¿Qué te han hecho mi Argentina, en tus brazos generosos?
¿Quién callará con justicia tu lastimero sollozo?
¿Dónde estallará la luz que rescate a tus criaturas?
¿Cuándo en tu abrazo materno aliviará la amargura?

25/07/07


Me redime.

Se me deshila la vida entre modestos intentos,
impregnados de silencio, sometidos y perplejos.
Mis sueños se han elevado, perdiéndose el las alturas
y me rindo en mis fangales atosigados de culpas.

Palidece mi compás y aletargo mis pupilas,
mientras dormitan inertes mis mariposas cautivas.
El cielo se me oscurece y me revisten negruras
cuando nublados mis pasos, se deslizan en la bruma.

Y nostálgicos se infiltran mis aleteos pueriles,
danzando en melodías de tonos insostenibles.
Entre inflexibles anuarios de pasadizos sinuosos,
se me acomodan las piezas de acertijos borrosos.

La tierra encumbra vida desde el origen del tiempo,
en la secuencia entrelaza un final y otro comienzo.
Amanecer y su ocaso... y otra vez la alborada,
como las nubes se funden, se evaporan y emanan.

Y me absuelve la luna con su quimérico encanto...
y me libera el arrullo de los trinos aguzados...
y me redime la brisa bailoteando en las corolas...
y la lluvia en el cristal... acariciando mi sombra.

15/07/07


Por mi paz.

Por mi paz voy sondeando, en los papiros del alba,
deambulando en las cavernas, de estalactitas armadas.
En la cima de los cerros, entre lenguas viperinas
y en los ríos torrentosos de aguzadas rocas frías.

Corriendo en la tempestad, acosada por el viento,
con el invierno en mis manos, paralizando mis dedos.
En el sediento desierto que me ciega las pupilas
y en los excelsos corales de una vida sumergida.

Por mi paz, me abro caminos más allá de las siluetas,
voy tanteando en los reflejos que se trazan como vetas.
En escondrijos oscuros arden mis cirios perpetuos
como bálsamos viables entre mis dogmas ingenuos.

Con mi pluma seré brisa lisonjeando madrigales,
con mis líneas seré agua redundando en manantiales.
Más allá de mis plegarias, sublimare mis reacciones
y hallaré en mis memorias, la mitad de mis razones.

Por mi paz, pinto mis versos de un azul perdurable,
que se destiñe de un tiempo refugiado entre portales,
donde se asoman las musas y las presencias perdidas...
donde aletean serenas las sensaciones dormidas.

7/7/07


En tu alusión

Frente a la luz que me estrecha la runa de las pupilas,
me entrego sin más certezas que mi respeto a la vida.
La mesura en los escarnios, mis laberintos de letras,
la indulgencia en los motivos y mi cuota de clemencia.

Algún día en tu alusión, floreceré en tu arboleda,
seré savia en tu linaje y laguna en tus praderas.
Bajo tus pies seré sombra, custodiándote velada,
arrullando con mis rimas tu concordia vapuleada.

Navegaré entre tus ríos centelleando en los esteros,
seré hierba y flor silvestre en la cima de tus cerros,
y danzaré en tu silencio como llama con el cierzo,
esparciendo armonías silabeadas en mis versos.

Mis brazos serán acentos sosteniendo mi infinito,
mis tiempos serán compendios suspirados al oído.
Tus ojos serán portales penetrados por mis letras
y en tus refugios neutrales me fundiré tras tu esencia.

Sobre páginas inertes dilataré madrugadas,
entre sutiles esbozos me expondré frente al alba.
Mis lágrimas harán tintes transparentes como el agua
y en la lectura mis trazos trasmutarán en palabras.

1/6/07


Con su broquel hecho versos.

En embrionario ritual, dilatado y paulatino,
se confluyen sangre y genes forjadores de destinos.
El oxigeno se hermana al palpitar en un ritmo,
como corceles que escapan de un final vaticinio.

Con los pasos acuñamos nuestras huellas en caminos,
como grabados perpetuos bajo un cielo compartido.
Nuestras palabras se impregnan de sentimientos cautivos
que se desbocan y exhalan como cráter encendido.

En nuestro frágil blindaje mezcla de hueso y membrana,
recibimos la sentencia del deterioro y sus manchas.
En la mirada el reflejo, de emociones combinadas
y en la sonrisa el efecto, que abre puertas sin palabras.

En una zona intangible resguardada y restringida,
se abre el umbral del resol que nos aferra a la vida.
En donde emanan bondades y mezquindades furtivas
junto a semillas mortales que al trajinar diseminan.

El péndulo no claudica ni se inmuta en su cadencia,
como guardián silencioso, como sombra sin clemencia.
Pero el poeta se mofa con su broquel hecho versos,
asiéndose al infinito… que lo funde en universo.


25/04/07


Cuando seducen poemas

Cuando el telón de la noche se corre tras un ocaso,
cuando su afónica estela nos refugia en su regazo,
mientras silentes las sombras se acomodan tras los pasos
como fantasmas de humo, insustanciales y abstractos.

Cuando las musas te rondan y te sisean palabras,
cuando el recuerdo te auxilia y masajea tu espalda,
cuando tus dedos te danzan una loa inusitada
entre esencias y tintes… con los quejidos del alba.

Cuando los buitres tediosos, habiten en los umbrales
y las leyendas perpetuas, reanimen a los mortales
en su reposo entre ecos como héroes ancestrales,
diseminados y esquivos en contextos espectrales.

Los trazos mutan en prisma, viento, letargo y suspiro,
como las aguas saladas en su vaivén y bramido.
Como horizonte sin línea que se atenúa abstraído,
como coloso que emerge de un espíritu intuitivo.

Cuando la luna te escolta o se cobija en su limbo,
cuando seducen poemas balbuceados al oído.
Cuando fluye ensortijado un relicario de historias,
los vocablos esgrimidos se eternizan en la gloria.


Dudo...

Dudo de la noche que duerme en sordina
como si pudiera aquietar la vida.
Dudo del desierto árido y estéril
que se regodea de vivir sin huésped.

Dudo de la lluvia que irriga los prados
hidratando tallos como un ángel manso.
Dudo de las flamas que arden piadosas
encendiendo cirios que exaltan la gloria.

Dudo de los cielos diáfanos y añiles
que entablan alianzas con vientos hostiles.
Dudo de los lagos benignos y ociosos
que se arremolinan y arrastran furiosos.

Dudo de los pinos de aspecto esponjoso
seduciendo tersos como suaves copos.
Dudo de los truenos que advierten tormenta
y luego se apartan como espuria afrenta.

Dudo del abrazo de un desconocido
que dice querernos como a un gran amigo.
Dudo del que brinda afecto a dos manos
mientras que el gentío lo alaba animado.

Dudo de las masas de un Dios negativo
que expresan tener siempre un enemigo.
Dudo que el perverso egoísmo innato
inhiba el impulso del amor humano.


Otoño

Otoño sonoro de quebrados ocres,
paisaje alfombrado de un crujir fugaz,
ostentando altivo su fuerte osamenta...
como despojado de su cortedad.

Su añosa nostalgia cabalga en el viento,
mientras se maquilla de un tenue matiz,
segándose en halos de aire rizado
que agita caireles bajo un cielo gris.

Frente a la osadía de un árbol perenne,
que resiste airoso su afrenta vivaz,
se monta a su cierzo y veloz avanza
mientras profetiza que desistirá.

Como paradoja de este juego impío,
su arte despliega, aún sin avistar,
que bosqueja calles de acuarela y cobre,
sobre la hojarasca que forma el vitral.



Más allá.

Tan varonil y admirable, como sensible y audaz,
tan protector y brioso, como efusivo y mordaz.
Con su coraza de acero y los pies sobre la tierra,
substancial, estructurado... y una cuota de reserva.

Labrando un gesto adusto y continuo entre sus cejas,
delinea una mueca afable sintetizada en urgencia.
Define en blanco y negro su dictamen y clemencia,
en su perenne arbitraje sin grises y sin prudencia.

Minucioso y muy sensible en afecto y sutilezas,
caballero y muy galante en su postura serena.
Con la pasión encendida emanando de sus venas,
sus brazos se vuelven flamas, abrasadoras y eternas.

En su boca los vocablos son casi estruendos audaces
y se transmutan en rosas a la hora de besarme.
Sobre su pecho el sosiego... en su espalda el abrigo,
como unidos en el tiempo más allá de los latidos.

Solitario en sus mutismos, más allá de su ternura,
se guarece entre los sueños que liberan su premura.
Con el añil de una sombra orlándole las pupilas,
como marco de una historia más allá de nuestras vidas.


Urgencia y calma.

Una hermética unión… una rareza,
una atracción durable… sin más certezas.
Una horda de idiomas casi ilegibles,
una fusión de sentidos impredecibles.

Un impulso ímprobo… un torbellino,
un envite que impele a algún destino.
Que madura en cerriles sendas veladas
y se traduce en sensibles señas del alma.

Una gesta de heroicos sueños posibles,
una alianza en un cielo inverosímil.
Una amalgama de fines predestinados,
una rapsodia escrita con nuestras manos.

Un murallón su espalda para mis miedos,
un boya sus manos, en mis océanos.
Una manto de paz, sus brazos fuertes…
que amparan mi cosmos en los vaivenes.

Un emblema de luz en su mirada,
un orla que asiste la expuesta alianza,
un huracán de luz que ciega en flamas...
la prodigiosa fusión de urgencia y calma.


Desafiando su atadura.

El corazón se me asfixia en lágrimas oprimidas,
el cielo se ensombrece en grises de indecisión,
en un hueco insondable se anegaron mis sueños,
paralizados y omisos en busca de una elección.

¿En dónde quedó el tiempo retenido en mí memoria?
¿Quién me tendrá en su presente como un retrato pueril?
¿Cuál de todos mis errores ha causado menos daño
y me redima en los años que me queden por vivir?

La soledad me corteja como sutil paradoja,
y entre sombras me hostiga como anónimo rival,
que desafiante me aguarda con satírica malicia,
perpetuándome los yerros en inclemente ritual.

Abrazada de cariño en irónico contraste,
como sol entre lluvia, como azúcar en la sal,
como viento en las cadenas desafiando su atadura,
como río de agua dulce confluyéndose en el mar.

Con preceptos privativos de ultrajadas sociedades,
sojuzgada por un tiempo de tiránica impiedad,
donde la vida apagada resurgió de sus cenizas,
con el alma hecha trizas... se irguió en insigne paz.


Mis sueños efebos.

Mi corazón tan sereno... y frente a él se desboca,
mientras me brotan estrofas como acordes de violín,
desprendiéndose sutiles como brisa entre las hojas
que se aquietan y alborotan como llama de candil.

Y me deslío en sus brazos y me articulo en sus formas,
y me distiendo enlazada a una estrella fugaz,
que me surca en mis deseos y me complace acoplada
al albor de su mirada, embriagada por su faz.

Con los escollos e intentos subidos a mis espaldas
con las alforjas cargadas con las piedras de un alud
provocados por la cruz, que de humanos se desprende
y se agolpan convergentes como centellas de luz.

En los preludios del tiempo, conjeturaba una historia
donde mis sueños efebos moldeaban su perfil,
como plata que al bruñir surge ilusoria y ociosa,
rescatando en su atributo una indulgencia pueril.

Y los recuerdos se agolpan en mis retinas señeras,
como tallos que a la vera van trazando su carril,
destiñendo sus matices cuando los lapsos se alejan
como trovas que nos dejan una enseñanza sutil.

/07


Surcos

Y me descubro sensible boicoteándome las lágrimas,
y me descubro flemática en un convenio de ganas.
Con la mirada serena y doctrinas aceptadas,
preservándome del riesgo de vivir desordenada.

Con los surcos de la vida ilustrados en mis manos,
con los márgenes pactados y los ojos alineados,
con vocablos invisibles repudiando mis diatribas,
en el camino del tiempo… con las horas escurridas.

Con el futuro lindante cegándome las distancias,
con el recelo asestado coexistiendo en mis entrañas,
con la avaricia de afecto que me enlaza a mi linaje,
desperdigando optimismo, estimulando el coraje.

Los sentimientos indemnes, inmóviles… absolutos,
justificando las causas de renuncias y de orgullos.
Con experiencias a cuestas como una cruz el la espalda,
entendiendo que certeza… es una creencia vana.

4/11/06


Mansas ramas.

Cercada en un área de negociado formato,
predestinado a los grises invocados con los años.
El oxígeno se filtra más allá de nuestras rejas,
con las plegarias que arrullan y reavivan la conciencia.

La soledad que se mofa, velada entre los cuerpos,
la liviandad de excusas que retrasan un intento,
a mudez que se satura de fantasmas y teorías,
el egoísmo que enlaza certidumbre y fantasía.

Y la obsesión de aislarse de alucinantes criaturas,
agigantando las sombras que describen sus figuras.
El mal sabor que nos deja el cinismo y la codicia
y el sisear de los ofidios con su lengua viperina.

El nido se ha desbordado y aleteando se redimen,
pichones alucinados, por los sueños que persiguen.
Los indultos, las fatigas, los ensayos, los inicios,
son fragmentos que en la vida se someten al destino.

Mi ánimo en suave hierba se relaja complacido
entibiando de sol el iris que se alivia distendido.
La savia de sauce corre sin temerle a la tormenta
mientras sus mansas ramas sobreviven a la afrenta.

8/11/06


Reemplazando las nostalgias.

Opacado de mutismo, fustigado por el viento,
implorando un alivio a tan malogrado intento,
de dispensar su falencia subsistida por el tiempo
que lo va inhumando vivo en un lamento perpetuo.

Con su memoria adherida a los momentos perdidos,
con su pobre ancianidad sumida en el olvido,
con las voces jugueteando aún entre los silencios
como tregua necesaria para aguantar el destierro.

Corroída esta su esencia de colores deslucidos,
batallando con su orgullo en un duelo desmedido
con los jirones de ausencias revistiendo sus sentidos,
y el dolor de la impotencia por no vencer al destino.

Con la queja de la hamaca y su oxidada cadena,
meciendo solo a una hoja que se ha posado serena.
Y los demás agonizan entre caños y maderas
aceptando el desarraigo como reo con condena.

El progreso se ha instalado con un poder absoluto,
reemplazando las nostalgias, por modernos artilugios.
Como tirano monarca desmemoriado y despótico
que va devastado sueños posados en bancos rotos.

11/11/0


Tierra fresca.

En una orbe impía, de egolatrías y engaños,
donde el silencio es ficticio y el infortunio un recargo.
Donde se cuestiona al manso y se redime al tramposo,
donde los jueces son reos y los sensibles medrosos.

En un laberinto absurdo de intolerantes y herejes,
hostigando desde el miedo para sostenerse fuertes.
Donde el hambre amenaza, masacrando al inocente
desechando valores que purifican las mentes.

En una quimera absurda de mediocres atributos,
se fusionan vanidades, ambiciones, artilugios.
Se catalogan humanos por talante y distinción,
y reina la hipocresía, la vileza y la traición.

Aún entre las crueldades y los horrores de guerras,
aún en las tempestades, se puede oler tierra fresca.
En los ocasos, las gamas se despliegan con belleza
y la brisa con su hechizo, abre corolas perfectas.

Junto a la vera del río, emerge verde la esencia
y en manantiales fluidos se reivindica la tierra.
En solemnes ceremonias se despliegan las estrellas
y entre las hojas de un libro… abre el alma un poeta.

14/11/06



La concordia en mi cruz.

Me reclino en el pasado y me abstraigo liada,
en el arcón del recuerdo que paraliza y desgana.
Me sujeto a una memoria que desalienta mi intento,
como floresta de otoño despojada por el tiempo.

En las estepas que incitan a la paz de la cordura,
en las noches tempestuosas que fastidian con sus dudas,
en los eternos glaciares de fascinante frialdad,
como en la cegada selva que confunde realidad.

Un laberinto en mi mente como estafa siniestra,
una maraña de ensayos que me desvía las metas,
un intento de evadirme de un vínculo impugnable
como verdugo impiadoso, que se presenta amigable.

Y pretendo exorcizarme visualizando horizontes,
y proyecto motivarme aferrándome a otras voces.
Los mandatos infantiles se sujetan a mi espalda,
como sombras fantasmales incansables y calladas.

En balsámicos jardines me regocijo en presente,
con magnánimos idilios de crecimiento en vigente,
con la concordia en mi cruz por prolongarme piadosa
y por esa ideología de no condenarme sola.

23/11/06


Poesía.

En noches de estío sombreadas de luna,
donde el claro manto ha mofado al sol,
entre los jazmines que en sueños perfuman
el umbroso patio de cielo y malvón.

En crepusculares mares infinitos
donde el astro emprende un sueño fugaz,
sofocando el fuego en un fresco limbo,
su caudal rehunde en otro ritual.

En gélidas grutas de espejada gloria,
donde asedia un aura casi fantasmal,
se yerguen perpetuos legados de historia
sobre la inmutable afonía glaciar.

En liadas selvas de exaltados verdes,
donde el agua irrumpe en lo terrenal,
se escurren dorados entre la hojarasca
bañando criaturas de inmenso caudal.

En llantos nocturnos y exilios forzados,
donde el daño arranca el velo mortal,
se despoja el alma del intento humano,
perpetuando el eco, de un verso final.

En briznas vehementes reposan poesías,
en rimas etéreas de ilegible faz.
Forjándose en letras de signos sensibles,
que traducen plumas de sensible paz.


10/12/06


El odio.

De incierta esencia se nutre y se oculta en las sombras,
susurrando en el oído… encegueciendo con sorna.
Te asfixia, te sumerge, te destruye, te succiona…
y con sarcasmo se mofa de la furia que te ahoga.

Se apodera de memorias atestadas de dolencias
y te corrompe la sangre exaltando tu vehemencia.
de hiel te embebe los labios y la zozobra se cuela,
como felona serpiente de ponzoñosa vileza.

Con la poción en las venas y el ánimo lacerado,
con los ojos encendido, de lágrimas desangrados.
Especulando en silencio una venganza siniestra,
devastando los sentidos, celándose con sus tretas.

Se desplaza entre callejas, espectrales, sin salida,
desfigurando verdades, como atisbo en la neblina.
Trasmuta el amor en tirria y confianza en difidencia
y se enmascara de insano, asestando con violencia.

El odio, se bebé en cáliz de protervas intensiones
y te intoxica la mente pervirtiendo las acciones.
Se aloja como gorrón, dispuesto a no irse nunca,
contemplando displicente el camino de locura.

14/12/06


Guerrera sin tiempo.

Sin hacer reclamos, me oprimo en sordina,
me enredo en congojas, fobias y manías.
Prescindo del tiempo en tu compañía,
por no recargarme en tu cruz de vida.

Rumio mis broncas, sonriendo calmada,
finjo el equilibrio esparciendo calma.
Mirada perdida más allá del alba,
uniendo suspiros, tristezas... fantasmas.

Los oídos sordos, huecos, desolados,
con ecos de voces... memorias de antaño.
En noches de insomnio, rezando en silencio,
cuentas de un rosario uniéndola al cielo.

Viajera de un mundo que se abre en textos,
fiel a sus principios como un buen cimiento.
Leona en la jungla, guerrera sin tiempo,
faro en la neblina, guiando al viajero.

Germen de su esencia, reflejo opacado,
supo en sus entrañas sellarme un legado,
y yo me confieso indigna del reto,
por mis egoísmos, ausencias... silencios.

13/4/06


Armadura.

Con la espalda erguida, orgullosa estampa,
con el pecho airoso, aguantando carga,
reciclando sueños, relegando impulsos,
con la frente al viento y el paso seguro.

Nos impulsa ritmo de cíclicas pruebas,
que nos envejecen fantasías nuevas.
En las exigencias se oprimen las ansias,
esas que estimulan quimeras con alas.

Resuelto y fehaciente nuestro cuerpo avanza,
en tanto la mente se oculta asustada,
como enredadera que se aferra al muro,
tras una armadura de frágil recurso.

Corazón y piel, músculo y sentido,
todos eslabones de un complejo grupo,
caterva de voces, miradas... sonidos,
tras el subjetivo cristal del sentido.

Todo es privativo en las percepciones,
como un paralelo de coloraciones,
como definir la sed o silencio...
un calidoscopio ocultando espejos.

Gélida y serena... discreto perfil,
superflua y estoica, de ánimo sutil,
bajo una panoplia de frío metal...
se ampara el sensible motivo a celar.

5/4/06


Llueve en Buenos Aires.

Llueve en Buenos Aires... promediando Enero,
su gente extremada, se oculta del cielo.
La ciudad se cubre de humedad y sonido,
e incita añoranzas de añejos suspiros.

La aflicción se oculta bajo los paraguas,
y habita serena en miles de almas.
Soledad en gris, sollozo de frío,
repique tedioso, singular… furtivo.

Quebrándose el cielo, se rasga plateado,
hundiendo raíces, rugiendo encrespado.
Estallan las nubes, se funden en gotas,
concéntricos círculos, se agrandan y brotan.

Ciudad de creativos, bohemios y bares,
de sobrevivientes, chantas o geniales,
de dulce de leche, mate y bizcochitos,
de tangos y rock, poetas y mitos.

País de viñedos, girasol y trigo,
de valles, deshielos... virgen paraíso.
La infinita pampa, magnánima y noble,
del gaucho y el indio en fugaz galope.

Tierra dadivosa, maternal y fértil,
donde el extranjero se ampara en su vientre.
Heredad de manos cobijando hermanos,
de algunos países, vecinos... lejanos.

Llueve en Buenos Aires... mojando el cemento,
se agolpan los autos sobre el pavimento,
unos se refugian en techos y toldos.
y bajo algún puente... se resguardan otros.

12/2/06


La balanza se inclina.

Todo es ganar y perder, todo es hablar y escuchar,
y la balanza se inclina una y mil veces... y más.
El silencio guarda voces, miedosas y acurrucadas,
y en calabozos de acciones, se agolpan las buenas causas.

Siluetas a contraluz, anónimas muchedumbres,
dictámenes bifurcados, sin un atisbo de lumbre.
Soluciones momentáneas, placebos para la cruz,
que se esfuman en los tiempos, ensombreciendo la luz.

Como trágica escultura, con los brazos extendidos,
como súplica constante, que no llega a los oídos.
las miserias se triplican por cada intento de ayuda,
y se perturban las mentes por la codicia y la gula.

En el inicio el silencio y tras de la calma la vida,
que se dispersa hasta donde, sólo el oxigeno habita.
Las formas y los colores se fusionan muy de prisa,
y evolucionan especies perfeccionando sus crías.

Albor de un sol para todos, tormentas valles y brisa,
tierra fértil y agua fresca, mares, cielo y llovizna.
Una heredad con sus ciclos, calculados y correctos,
donde no hay seres iguales... aún de un mismo género.

El humano se despliega y fragmenta los espacios,
sin respeto, la codicia, lo transforma en un avaro.
Los cerebros más brillantes se debaten en dos polos
o amparan la humanidad... o se apoderan de todo.

Las conciencias oprimidas por miedo, egoísmo y odio,
no logran concientizarlo, del riesgo de perder todo.
Nos salvaguardan los nobles, soñadores, idealistas,
poetas, sabios y locos, héroes, justos y optimistas.

10/1/06


A pesar de tanta vida.

La población ha aumentado y se desplaza apurada,
se acopia como hormigas, se agolpa estresada.
Se somete a humillaciones... olvidándose del tiempo,
comprando alarmas que avisan como sofocar los sueños.

Nada parece importar y la competencia arrasa,
la angustia come en la mesa y nos ocupa la cama,
la noticia es bienvenida, sólo hay que apretar botones
y nos van desalentando los intentos... los valores.

El vicio sentado espera, con satánica sonrisa,
juega al ajedrez paciente... va eliminando fichas.
Voraz, como llama al viento, reseca mentes brillantes
y se vende como el bálsamo, que nutre a otro cadáver.

Con el odio que enceguece, con la ira que fulmina,
con la violencia en las venas que a puro golpe aniquila,
se acorrala al indefenso, se aterroriza al valiente,
reina el caos y en las calles... sobreviven los prudentes.

Se desconfía de todo, se multiplican las fobias,
se infartan los corazones, por el pánico que acosa.
El agua se contamina, por ambiciosas razones
y de tanto ir destruyendo... recibimos radiaciones.

A pesar de tanta vida que se escurre de la tierra,
buscamos en Internet las manos, que nos contengan.
Porque nos faltan las tardes de niños en las veredas,
jugando despreocupados a la hora de la siesta.

Porque en la mente llevamos recuerdos de otra época,
con la puerta semiabierta y la silla en la vereda.
Porque queremos confiar, en el aire y el futuro
y sólo somos otra sombra, tras el monitor de turno.

Porque la fe prevalece, sobre muerte y pestilencia,
porque aún corren ríos entre montañas y selvas,
porque la vida se gesta sin pasaportes ni visas,
y conservamos el goce de intercambiarnos sonrisas.

3/1/06


Pecados de omisión.

Por no pecar de avaricia, no intente guardarme nada,
por no verte acorralado, me fui poniendo mordazas,
Por no provocar tu ira, muté mi voz en silencio,
y de tanto ir soslayando, se me enmudeció el intento.

Por evadir lo grotesco, me prive de lo espontáneo,
por no ir a contramano, no cree lo necesario,
por mantenerme segura, me instauré un vallado
y te miro desde adentro, sin poder tomar tus manos.

Por impedir tu vergüenza, hoy no probé socorrerte,
por creer que era imposible, no intenté protegerte,
por pensar que era insulsa, he callado mi opinión
y de tanto no ir haciendo... no puedo saber quién soy.

Por salvarte del sollozo, no te ablandé con cariño,
por no provocar tus celos, no he abrazado a un amigo,
por mantener la armonía, siempre busco ir compensando
y de tanto mantenerme, me he estado desarmando.

Por estar tapando huecos, no he levantado muros,
por evitar tu temor, ya voy caminando en círculos.
Por resguardar una imagen, se me ha perdido la magia,
y por omitir tanto, he pecado... he pecado de ignorancia.

1/1/06



Otro verano.

Ahora que el sol brilla como un prisma,
abre un arco iris de color vivaz,
fulgores de magia, ilusión y vida
en cada corola, de lindeza impar.

El cielo de tonos, se viste y deslumbra,
realzando matices en la inmensa faz,
de cristal el agua, la lluvia, los ecos,
de gloriosos rondas de perla y coral.
.
Frescos los recuerdos de infantiles días,
siestas fugitivas, de silencio y paz.
Noches en el patio descubriendo estrellas,
guiños de luciérnagas, hechizo fugaz.

Retumbos de voces jugando en el agua,
bañando un dorado jubilo pueril,
que redime timos de angustias y horarios,
que propicia el reto de coexistir.

Llega otro verano con sutil aroma,
de rosas, jazmines, lavandas y verdor.
De amores, de sueños, quimeras y risas,
de arenas y brisas e incierto fulgor.

19/12/05


Propiciando tiempos.

Me hechiza el cielo de añiles matices,
traslúcido, diáfano, índigo, fugaz.
Oasis que aplaca la ira de trueno...
sosiego afable de abrazo solar.

Cristalinas aguas, frescas y tranquilas,
apagando fuegos con su excelsa paz,
encumbran, se mecen, sosiegan y calman,
como una quimera de esperanza audaz.

En días plomizos, grises, deslucidos,
lánguidas memorias pintan su ritual,
se traduce en lágrimas la sutil llovizna,
que deja un sollozo dolido y fugaz.

Paisaje otoñal sobre endebles hojas,
calles alfombradas de un ocre matiz,
soles entibiados, mustios, mortecinos,
cubren de ventisca, morriña y plañir.

Las sombras que envuelven los limbos nocturnos,
se explayan neutrales sobre la creación,
encienden sus luces, las cubren, estallan,
propiciando tiempos de hechizo y pasión.

14/12/05


Mujer.

Como pétalo de rosa agitado por el viento,
como rocío en la hierba que no alcanza a percibir,
como brisa de verano que propicia el silencio,
como bruma en la mañana que se disipa sutil.

La vulneran las agresiones, las miradas, los sigilos,
la compelen comentarios, invectivas y aversión.
Su interior es transparente y lo fisuran suspiros,
su entrega es restringida, cobijando su pudor.

Se deleita con soñar que sólo falta el intento
de animarse a no ser mustia, cristalina, vegetal,
desigual, introvertida, timorata, eremita,
impalpable, incorpórea, invariable, terrenal.

Su condición femenina, su concepción inherente,
sus emociones expuestas, inquebrantable su fe,
su resistencia de acero, como el junco en los vaivenes,
eterno lirio en los campos fulgurando sencillez.

De un linaje supremo, por descendencia e historia,
con la fuerza de un coloso, de leona el corazón,
amando hasta las entrañas, corriendo fuego en las venas,
de pie frente a las tormentas, con un jilguero en la voz.

Praderas de henos verdes de fascinante belleza,
rivera que hidrata flores entre yuyo y pedregal,
Crepúsculo en frías noches augurando amaneceres...
gaviota planeando libre sobre el oleaje del mar.

29/11/05


Masculino.

Tan disímil y atrayente, tan magnético y sensual,
por tu forma de pararte, por tu paso al caminar,
por tus gestos, por tu risa, por tu gran seguridad,
por tu mirada que irrumpe, aún en mi intimidad.

Tan arrogante y altivo, tan poderoso y vital,
desarticula e impugna mi defensa y voluntad.
Se detiene en mis pupilas y acapara mis sentidos
y se instala complacido en mi mente y mis motivos.

Hipnótico, sugestivo, insolente y personal,
acelera mis latidos, descontrolando mi paz.
provocándome, se aleja, sugiriéndome... me deja,
y presuntuoso me envuelve, en otra sutil promesa.

Y se exhibe masculino, con su perfume en la piel,
contrastando diferencias de varonil sencillez.
Aflojándose en su pose de seductor incansable,
su humanidad se trasluce, frágil... y vulnerable.

18/2/06


El perdón.

Transita mis venas, se emplaza, me quema,
desplaza esperanzas de existir sin pena.
Primitivo impulso que asfixia con saña,
ofidio protervo que corrompe el alma.

Infame ponzoña, verdugo en el tiempo,
impía poción, de sombrío efecto.
Virus infernal taciturno... pérfido
que penetra y hiere, asestando diestro.

Distancia, pervierte, invade, angustia,
avanza sediento como plaga mustia.
Maléfico ensaya diversas venganzas
y sugiere modos produciendo llagas.

En sombrías zonas en mi mente mora,
agazapado aguarda cualquier ocasión,
me muestra sus garras, impele, presiona
y se posesiona de mi corazón.

El rencor se mofa de vencerme... y crece,
batallo con ímpetu contra la maldad,
contra los fantasmas, los odios, las iras,
agravios, vilezas, ausencias... y más.

La luz de clemencia, guía batallones
de paz, de justicia, de bondad, de amor,
de cielos leales, de instintos serenos,
conduciendo al justo hacia la razón.

Replegando al morbo, el perdón tutela,
conciliando voces, sentido y verdad,
abriendo senderos, escindiendo tretas
atesora vida en la eternidad.

5/11/05


Ángeles sin cielo.

Me oprime el corazón y abofetea mi alma,
me destroza la utopía de vivir en esa calma.
El paralelo de vida me horroriza y me desvela,
como el gélido e implacable error que los violenta.

Sus ojos disolutos por la omitida de ternura
y el perpetuo reclamo de ultimar su desazón,
el dolor de los lamentos corroyéndole los huesos
y el ardid de una eutanasia pervirtiendo la razón.

Como bestias inmorales, asesinan y destrozan,
con satánicas razones portan armas y maldad,
con siniestras intenciones, van de caza con sus odios,
despedazando un futuro que se les negó habitar.

Vuelvo mi mente al inicio, donde gestaron sus vidas,
retorno a observar sus cuerpos revestidos de honradez,
regreso a sus dulces sueños, de infinita ternura,
reintegro a su tierna esencia la oportunidad del bien.

Mis ojos se vuelven ríos y mis entrañas jirones,
un mutismo de hiel me ahoga, amordazando mi ley.
Un témpano es mi cuerpo y mi interior lava ardiente,
veo en sus rostros los míos... y me desangro de fe.

Indiferencias brutales sellan sus sienes a fuego,
indescriptibles ejemplos, asesinan su moral,
miradas enrojecidas, distorsionan realidades
y hacen con ellos rituales de salvaje necedad.

No me resigno a vivir con esta cruz en mi espalda,
no me dimito a beber del veneno que los mancha,
no admito que mis ojos se acostumbren al infierno...
no los empujaré al abismo, como ángeles sin cielo.

25/10/05


El alma se desangra.

Se fusionan emociones, se estremecen desde adentro,
en tormentosas miradas que derraman sentimientos;
que se hacen perceptibles en diáfanos ríos tibios,
de cristalinas corrientes... asolando el equilibrio;

Como un rosario de perlas que se desarma de angustia,
como tenebrosos bosques que se han cubierto de bruma.
En momentos de zozobra, las defensas se desarman,
y como un lazo se ciñen asfixiando la palabras.

Desamparados y expuestos, desgarrados... mortecinos,
como gélidos fantasmas de temblorosos sonidos.
Desvencijados los ojos, agobiados por el llanto...
así agonizan las mentes que se entregan al fracaso.

Escalofríos de ausencias me recorren las entrañas,
sed de abrazos perdidos por infinitas distancias,
cenizas de idos sueños esparcidos sobre el mar,
dagas de frío acero devastándome la paz.

Y los lamentos que manan de un corazón abierto,
y las manos que extendidas buscan tocar el cielo,
y la hiel que se cuela como ofidio por las venas...
y el alma que se desangra por sus lágrimas de pena.

25/8/05


Tan solo estirar mis manos.

Frente a toda adversidad, en disímiles etapas,
de la mano por el mundo... soslayando ciertas trampas.
Un cristal que distorsiona nuestros diálogos fluidos,
y un lazo de amor mantiene los corazones unidos.

Como consagrado actor interpreta un hombre recio,
pero en su interior, se exhibe como en mis sueños.
Su abrazo es el refugio donde resguardo mi alma...
su mirada es un oasis en su carencia de calma.

Sus manos son paradigmas de esta única historia,
como momentos distantes que guardo en mi memoria.
Los retos sobrevinieron como consignas pactadas,
y uno a uno los sorteamos, aún sin ganar en nada.

Lo conocí una noche como asombroso designio,
el desencuentro y la angustia casi frustran el inicio.
Un baile de primavera propició nuestro reencuentro,
con un clavel en la mano... como el príncipe de un cuento.

Solo un hombre en mi vida... mi corazón en sus manos,
mis ilusiones confiadas y proyectos ofrendados.
Tan solo estirar mis manos y a oscuras encontrarte,
tan solo pensarte cerca para impedirme extrañarte.

Tan disímiles somos, como un témpano y la flama,
pero a veces tan lejanos como el llano y la montaña,
predecibles y fehacientes como el sol tras la tormenta,
y de tanto amanecer... todo contraste se pliega.

6/8/05