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viernes, 17 de febrero de 2017

Me niego a ser silencio complaciente.


Me siento en la cornisa de mi mundo,
observo el zigzaguear de una vertiente.
No quiero el pulular de la inventiva...
me siento a meditar que es pertinente.

Escarbo en los rincones desidiosos...
expando mi emoción sin continente.
Arribo en el andén más solitario...
escarbo en los pilares de mi mente.

Abrazo mi interior, reviso heridas,
relajo el corazón algo vehemente.
Consumo soledad... y es brisa fresca,
abrazo este temor que me detiene.

Reparo fortalezas herrumbradas,
impera en mi interior la voz hiriente.
Afuera esta nublado, no hay estrellas....
reparo mi visión más inconsciente.

Me niego a ser la excusa de una causa,
me ahogo en las verdades displicentes.
soy carne, soy esencia y perspectiva...
me niego a ser silencio complaciente.

Le escribo a mi coherencia amurallada,
dibujo algún mural algo elocuente.
Poesía, es el temblor, latido y calma...
le escribo al que me oye aún sin verme.

Norma


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jueves, 2 de febrero de 2017

De adentro hacia afuera


Un flujo de letras muy desordenadas
arrasan intentos de seguir callada.
Mis ojos cerniendo imágenes obvias,
traspasan el muro... siembran mi memoria.

Mi mundo de niña transmuto sin pausa,
la silla en la puerta, se infartó con causa,
muñecas con alas, no son ni leyendas
y el manso rebaño... no sabe que era.

La ficción de antaño abraza ciudades,
música sin cuerdas, vientos... ni timbales.
Dudas con respuestas que no son certezas,
anónimos, nombres... todo en la palestra.

Voces de tormentos y final incierto,
espíritus libres buscando hacia adentro.
Caras fabricadas y aspectos tribales,
cuestionan a gritos los mundos reales.

Juzgar ya no es justo... quedará obsoleto,
misterio no es nombre para lo ya expuesto.
La verdad no es una, por tanto no es cierta,
la culpa no existe... cada uno arriesga.

La paz es un logro de adentro hacia afuera,
nadie es tan distinto... la emoción es buena.
Ancestral sapiencia abre las salidas...
acción en consciencia... respetar las vida.

Norma