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sábado, 18 de junio de 2011

Y no hay calma.

¡Cuánta soledad!... tanto gentío,
¿Nada de verdad?... ¿Dónde se ha ido?.
¿Y eso era todo?... me desangra,
la llaga se hace inmensa... y no hay calma.

Tal vez no se animó... o nunca estuvo,
tal vez no quiso ser otro verdugo.
Un vació muy hondo que me escarcha...
dejándome en la estéril, gris distancia.

Parecía un oasis... fue espejismo...
mis manos se estiraron a un abismo.
La estrella no brilló en mi universo...
en su lugar la nada vistió en negro.

Disfónica la voz de tanto grito...
de llanto desolado y quejidos.
Un manto lo cubría de destellos...
cuando se me esfumó entre los dedos.

Llegó como un color... algo prohibido,
creció al palpitar de mis latidos.
Le di en un abrazo el alma entera...
me habló entre las sombras de sus huellas.

Y yo creí que el tiempo era el camino...
y laceré mis pies entre las piedras.
En medio de la noche se acercaba...
pero nunca alcanzarlo fue mi pena.

Yo quise hallar su cause y no hubo río...
yo quise ser real y no hallé nada.
Se erige en mi verdad solo el mutismo...
estalla aquí en mis ojos... y me mata.

Norma Marchetti
18/6/11