Algunas historias tienen la particularidad de ser únicas, no por el hecho histórico que narran, sino por el valor emocional que el protagonista o el narrador le agrega.
Voy a contarles partes de mi historia... de mis raíces, aquellas cosas que recordaba mi madre con tanta pasión y que plasmo en hojas sueltas para inmortalizarlas, para que sigan vivas más allá de su partida.
Abro un sobre que me entregó mi hermana... reconozco la letra de mi madre en pequeñas hojas de diferentes colores... algo desordenadas, pero de un valor incalculable para mi. Alguna vez... en charlas familiares, hice la promesa de transcribir estos recuerdos... y comienza más o menos así...
La historia de "Los Pittoni" transcurre principalmente en Udine. Latisana, Portogruaro y Gorgo, son algunos de los nombres que aparecen en esta búsqueda sin tiempo que comencé hace unos cuantos años.
Siete generaciones
Angelo Pittoni, contrae matrimonio con Giacoma Beltrame, él fallece en 1776 y ella en 1781. De la unión de ellos nace en 1806, Pietro Pittoni, mi tatarabuelo, quien contrae matrimonio con María Ottogalli (1811)y conciben a Luigi (20/08/1847, Gorgo, Latisana), Antonio, Natale, Angelo y Antonia.
Pietro Pittoni, fallece en 1893, a los 87 años.
A comienzos de 1800, en la zona del Friuli, Italia.
Por el año 1850, aproximadamente, se casa con María Salvador y en 1884, nace su primogénito... mi padre, Domingo Pittoni (ó Domenico, en italiano)."
Al leer estas primeras notas de mi madre y dejándome llevar a otros momentos de mi vida, en donde recreaba con mi imaginación infantil todas estas historias... valoro infinitamente estas "hojas sueltas" que escribía para nosotras, para mis hijos, mis nietos y todos aquellos que están por venir... y para ustedes porque ella así lo quería. Tal vez los datos no sean 100% fidedignos, pero todo esto estaba guardado en su admirable memoria y era su tesoro... su raíz... la mía.
Latisana es una pequeña ciudad de Udine, Italia Mapa de Latisana
"Domingo, mi padre, desde temprana edad manifestó un especial interés por las artes. La lectura, era su pasión, así como las artes plásticas y más tarde la Ópera.
A fines de 1800, no era fácil tener acceso a una biblioteca, por tal motivo procuró asistir con más asiduidad a la Iglesia y ganarse la confianza del Párroco, consiguiendo la entrada al maravilloso mundo de los libros. Su creatividad y avidez por caminar los senderos del arte, hacía que se olvidase las tareas que le encomendaban sus padres.
Unos años antes de ingresar al Servicio Militar, consigue trabajo como chofer y también como valette al servicio de un conde, pero debe abandonarlo cuando es convocado por su país para cumplir con su deber y se lo designa a la Isla de Cerdeña. Solía contarnos que la isla estaba superpoblada de insectos, especialmente de mosquitos y recordaba también los arroyos que abundaban en la zona. Permaneció en la isla tres ó cuatro meses, suficientes como para entretenernos con sus anécdotas toda una vida. Recuerdo particularmente una de sus historias... un soldado padecía de tiricia, por lo que todo llevaba a suponer, que alejado de sus afectos, moriría de tristeza. Una monjita muy joven, en un intento desesperado por lograr una mejoría, comenzó a bailar sobre su cama para lograr que sonriera y aunque esta actitud haya logrado el mejor y más deseado resultado, le costó a ella la expulsión.
No recuerdo el origen de la infección que le provocara que mi padre tuviera que permanecer internado durante casi toda su estadía en la isla, pero esto provocó su baja.
De vuelta a casa y en plena época en la que los sueños de progreso apuntaban hacia América, la familia se esforzó por incrementar sus ahorros para embarcarse con rumbo hacia Argentina, tierra generosa y fecunda que los esperaba con los brazos abiertos. En 1897, el abuelo, mi padre y el tío Santos, partieron con la ilusión de conquistar el nuevo continente.
"Los gringos" concentraban sus energías en el campo y su principal tarea consistía en levantar las cosechas y arar. La ruta de trabajo los llevo desde Bahía Blanca hasta Rosario. En las estaciones de trenes, solían invitarlos con locro, pero ellos suponían que era maíz, porque no reconocían el sabor".
Al leer estas primeras notas de mi madre y dejándome llevar a otros momentos de mi vida, en donde recreaba con mi imaginación infantil todas estas historias... valoro infinitamente estas "hojas sueltas" que escribía para nosotras, para mis hijos, mis nietos y todos aquellos que están por venir... y para ustedes porque ella así lo quería. Tal vez los datos no sean 100% fidedignos, pero todo esto estaba guardado en su admirable memoria y era su tesoro... su raíz... la mía.
Latisana es una pequeña ciudad de Udine, Italia Mapa de Latisana
Latisana comune | |||||
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Dati amministrativi | |||||
Stato | Italia | ||||
Regione | Friuli-Venezia Giulia | ||||
Provincia | Udine | ||||
Sindaco | Salvatore Benigno (PdL) dal 16/05/2011 | ||||
Territorio | |||||
Coordinate | 45°47′00″N 13°00′00″E | ||||
Altitudine | 7 m s.l.m. | ||||
Superficie | 42,30 km² | ||||
Abitanti | 13 682[1] | ||||
Densità | 323,45 ab./km² | ||||
Frazioni | Bevazzana, Crosere, Gorgo, Latisanotta, Paludo, Pertegada, Sabbionera[2] | ||||
Comuni confinanti | Lignano Sabbiadoro, Marano Lagunare, Palazzolo dello Stella, Precenicco, Ronchis,San Michele al Tagliamento(VE) | ||||
Altre informazioni | |||||
Cod. postale | 33053 | ||||
Prefisso | 0431 | ||||
Fuso orario | UTC+1 | ||||
Codice ISTAT | 030046 | ||||
Cod. catastale | E473 | ||||
Targa | UD | ||||
Cl. sismica | zona 3 (sismicità bassa) | ||||
Cl. climatica | zona E, 2 402 GG[3] | ||||
Nome abitanti | latisanesi | ||||
Patrono | san Giovanni Battista | ||||
Giorno festivo | 24 giugno | ||||
Localizzazione | |||||
"Domingo, mi padre, desde temprana edad manifestó un especial interés por las artes. La lectura, era su pasión, así como las artes plásticas y más tarde la Ópera.
A fines de 1800, no era fácil tener acceso a una biblioteca, por tal motivo procuró asistir con más asiduidad a la Iglesia y ganarse la confianza del Párroco, consiguiendo la entrada al maravilloso mundo de los libros. Su creatividad y avidez por caminar los senderos del arte, hacía que se olvidase las tareas que le encomendaban sus padres.
Unos años antes de ingresar al Servicio Militar, consigue trabajo como chofer y también como valette al servicio de un conde, pero debe abandonarlo cuando es convocado por su país para cumplir con su deber y se lo designa a la Isla de Cerdeña. Solía contarnos que la isla estaba superpoblada de insectos, especialmente de mosquitos y recordaba también los arroyos que abundaban en la zona. Permaneció en la isla tres ó cuatro meses, suficientes como para entretenernos con sus anécdotas toda una vida. Recuerdo particularmente una de sus historias... un soldado padecía de tiricia, por lo que todo llevaba a suponer, que alejado de sus afectos, moriría de tristeza. Una monjita muy joven, en un intento desesperado por lograr una mejoría, comenzó a bailar sobre su cama para lograr que sonriera y aunque esta actitud haya logrado el mejor y más deseado resultado, le costó a ella la expulsión.
No recuerdo el origen de la infección que le provocara que mi padre tuviera que permanecer internado durante casi toda su estadía en la isla, pero esto provocó su baja.
De vuelta a casa y en plena época en la que los sueños de progreso apuntaban hacia América, la familia se esforzó por incrementar sus ahorros para embarcarse con rumbo hacia Argentina, tierra generosa y fecunda que los esperaba con los brazos abiertos. En 1897, el abuelo, mi padre y el tío Santos, partieron con la ilusión de conquistar el nuevo continente.
"Los gringos" concentraban sus energías en el campo y su principal tarea consistía en levantar las cosechas y arar. La ruta de trabajo los llevo desde Bahía Blanca hasta Rosario. En las estaciones de trenes, solían invitarlos con locro, pero ellos suponían que era maíz, porque no reconocían el sabor".