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domingo, 16 de enero de 2011

Asesina al llanto La escena da un giro sobre mi horizonte, la calle se place en decir mi nombre. Allá en los esteros se quedaba el llanto, que ocultaba en verbos bien amordazados. Bálsamo inaudito vertiendo caricias... los brazos que se unen tras de las cortinas. La brisa que deja suspiros vehementes... se lían las aguas de las nuevas fuentes. Páramos creciente de luna y misterio... las orlas recuadran las nubes del tiempo. Se izan las velas blancas del destino... antorchas plateadas sobre esos caminos. Alineado y tenue despejan la aurora... Las venas henchidas de sus aguas rojas. Acelera y baja... pies sobre la tierra... asesina al llanto y lo deja afuera. Modera la cuota de de entrega y quebranto, se para y se muestra... se deshace al tacto. Su forma es terrena y su voz pausada... penetra el los ojos, corazón y flama. Se agacha y se quiebra... buscando el abrazo, De humano los hombros se ven muy cansados. Mi brazos que abarcan, de vuelven fronteras, que aíslan el tiempo que el destino adeuda. Un guiño a lo lejos... me quedo en la espera, le ruego a las horas que no quede afuera. Tengo hoy la fuerza de diez mil guerreros... con escudo en mano voy tras de mi sueño. Norma Marchetti 17/1/11