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miércoles, 5 de septiembre de 2012

Junco


 En la nostalgia de este Invierno que se va, salpicando de anticipados días primaverales este letargo de la despedida, este llanto de nubes grises, esta mirada fría y temperamental bajo un cielo extraño. Cuando la soledad se vuelve pulsera y parece adorno... pero es grillete.
 Entre las imágenes comunes, rostros arraigados al corazón... y de los otros. En este espacio que pocos entienden y que yo transito a diario con la ilusión de cambiar... de darle un giro a esta realidad que pasa factura y me recuerda que no es momento de bajar los brazos... que nunca lo fue... y que esto recién empieza. Cuando todo esto pasa, me doy cuenta que soy una columna viva... un engranaje.
 Es muy difícil sostener una posición... y ser madre, ser hermana, ser amiga... y ser MUJER. Cuando la soledad no es un espacio placentero, es un fantasma... una sombra que me cubre después del ocaso, el momento en que el hueco imperceptible, se hace oscuro en mi interior y quiero irme... dormirme, escaparme.
 Yo no soy lo que parezco, soy un cúmulo sensible de sensaciones que buscan armonía. Soy la música que se escucha a lo lejos... que se aleja.
 Quiero acurrucarme, me duele el egoísmo y no hago más que lastimarme intentando proteger lo que no se debe y justificando lo injustificable... y aguantar lo que no se puede. Estoy sola en medio de este aglutinamiento de pasos a mi alrededor... no me quejo... estoy viva, pero esta noche me angustia... voy a dormir mis lágrimas para que mañana estén muertas... y sea otro día... y vuelva a mi rutina pautada, poniendo a prueba esta vocación de junco que me hace flexible y resistente cuando debo serlo...

Norma Marchetti
5/9/12