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miércoles, 26 de julio de 2023

Se puede respirar... y eso basta

 



Primero fue esperar algún momento,

después, no vio la luz del sentimiento.

Un cielo de cartón, un dios de escarcha,

lugares tan vacíos que se apagan.


Primero fue un moisés apenas tibio,

después, en la hermandad, hallo el delirio.

Más tarde fue el amor... y su estocada,

la garra de egoísmo desbocada.


Peligro en la visión desenfocada,

suicida entre las hienas y pirañas. , 

La luz intermitente, la embestida...

la cruel insinuación de otra caída.


Primero fue el sermón enrarecido,

después, fue la verdad enmascarada.

Un juego del revés, sin más salida,

la burda afirmación que nada cambia.    


Un sequito de ángeles susurran,

te animan a dejar suicidas causas.

Abierta la ventana, el sol es vida,

se puede respirar... y eso basta.


Norma Marchetti