Solo hablo de mí, no quiero ganzúas,
no tengo las llaves, ni me salto dudas.
No tengo las claves, no escudriño nada,
no quiero forzar... no sirve de nada.
No tengo la fuerza... tampoco me falta,
hoy tengo la fe que todo me aplaca,
me dice al oído, que lo mío llega,
que nadie ha podido matar la vehemencia.
Que no me preocupe... y yo no comprendo,
que no es de hojalata, es rugido intenso,
que nunca fue en vano, a pesar del cerco,
vas a agradecerlo... no llores el tiempo.
Solo hablo de mí, eso es lo que puedo,
porque ya no quiero habitar misterios.
Me dicen que nunca el sol ha fallado,
que se ha escondido, que esta eclipsado.
¡Reclama lo tuyo! hay un documento,
firmado con sangre y todos los sellos.
¡Relaja los hombros y cierra los ojos!
Llegan bendiciones... no serán de otros.
¡Atráelo, pide!.. No muevas ni un dedo,
solo hablo de mí, porque es muy complejo.
A veces desisto, a veces me enojo,
resisto, y me aferro a un falta poco.
Y quiero explicarlo "¿Sabes lo que pasa?",
aunque dentro mío, sé que no hace falta.
Esto es tan frustrante, como alzar las manos,
y sentir estrellas que no has alcanzado.
Como abrir los brazos y estrechar el aire,
como esa certeza sin corroborarse.
Como estar parada tras de un cortina
y escuchar las voces... y solo adivinas.
Solo hablo de mí... porque son certezas,
porque es muy injusto resistir esperas.
Y no hay garantías, la nube es de niebla,
solo me aseguran tiempo de cosecha.
Norma.