Después de estos días grises, con el cuerpo en disfonía,
algo debía aprender, para entender estas rimas.
Cada día una lección, su reflexión... su asidero,
en la piel, las sensaciones... en el corazón, lo incierto.
¡Tanto queda por saber!.. la vida aquí no termina,
cada uno como pueda, encontrará la salida.
Solo puedo ser prudente y discernir con mesura,
la culpa, se ha disipado, porque no lleva a la cura.
"Lo que vale, es la intención", mi padre insistía,
¡Cuánta razón tenía!, esa idea original... y su valía.
Un orgullo ser su hija y perdurar su recuerdo,
no puedo evitar sentirlo, aunque ya no pueda verlo.
Mi padre era un artista, un inventor, un guerrero,
era un mago sin galera, un hacedor de sueños.
No puedo evitar llorarlo, porque extraño su mirada,
él sabía perdonar... y seguir con casi nada.
Él me llevaba en sus hombros y calentaba mis manos,
siempre me hacía reír, y me alentaba en los pasos .
Sé que lo hice sufrir, aunque nunca quise hacerlo,
también sé, que su legado, aún vive en mis recuerdos.
Ahora me toca a mi, abrazarme y comprenderme,
porque no tuve intención, de fallar, ni estar inerte.
Cada día una lección... cada paso un desafío,
dispuesta a ser mejor, con la humildad de este inicio.
Agradezco esas pruebas, que en el tiempo superara,
cada dolor, fue la fuerza, que hoy me asiste en esta calma.
Porque hoy, ya sé que puedo y lo que puede mi espalda,
la evolución no es del ego, es de la esencia que emana,
Norma
