Y nadie te lo cuenta... ¿no lo saben?, tal vez, no todo el mundo lo constate. Amar, no es derecho, es milagro, al menos el amor correspondido.
Cuando era niña, imaginé que siempre el amor era correspondido, al menos en la adultez, y sí, comprendo que la falta de experiencia me hiciera soñar con algo así, y esta bien, no pasa nada, eso ayudó a no asustarme con el futuro incierto... y, por momentos, hasta retorcido.
Yo sé, que en la famosa etapa del enamoramiento, todo es intenso, divertido... muy fuerte, sería la definición. Pero, pasada la etapa inicial, la persona comienza a exhibir todo lo que es. Algunos, no soportan la etapa de aceptar y sopesar, lo bonito y lo justificable, y se sienten traicionados, sin motivo. Otros, en cambio, aceptan que la perfección, es una construcción del cerebro, basada en películas, libros y relatos fabricados desde la ficción. Es como un holograma de tecnología aún no diseñada, en donde es difícil distinguir realidad de fantasía.
Algo puedo aportar a todo esto, mi madre, siempre nos dijo, que cuando mi padre llegaba, ella sentía la misma emoción al verlo, que cuando eran novios. Y, aunque ella sostenía su posición de mujer empoderada y no celosa, se enojaba cuando las mujeres se le acercaban a él, por su predisposición a ayudar, o por su buen humor. Y de mi padre... ¿Qué decir?, no hacía falta que dijera nada, era obvio, por como la miraba y siempre le cedía todos los méritos a ella, porque fue visible ese gesto de amor, cuando ella quedó sin él.
Por lo tanto, yo sé que el amor se trabaja, se cuida, se protege, pero de ninguna manera se fuerza. Yo también lo intenté siempre, porque creo que hay emociones y sentimientos que no desaparecen con el paso del tiempo, es solo verlo o imaginarlo, y todo se activa, pero... una pareja debe actuar en concordancia, tienen que llevar la misma intención, la misma fuerza y decisión, porque es imposible que se sostenga de un solo lado, o que se sostenga en contradicción... eso genera cortocircuito.
Se dan casos de personas que están en una relación, y sin querer, se enamoran de otra, otras, dicen amar a dos personas... perdón, yo no entiendo eso. Lo que sí comprendo, es que no todas las parejas que siguen unidas están enamoradas, y ese es el motivo, por el que un corazón vacío, puede enamorarse de alguien más. Lo correcto, según mi razonamiento, es darle prioridad al corazón, que es el que, con su pulso incansable, nos permite estar vivo. Porque le damos mucha importancia al cerebro, pero todos sabemos, que, aunque muera, la última palabra, siempre es del corazón. Nos enseñaron, que sie el cerebro domina, todo va a salir bien, pero, hoy en día se conoce la influencia poderosa del campo magnético del corazón que se ve afectado por el estado emocional... y esta probado. Entonces... ¿Quién es el jefe?
Otras personas, mezclan, amor a los hijos o a la familia y amor de pareja... cada uno sabe, pero yo entiendo, que mientras el amor a la familia es ampliamente expansivo y abundante, el amor de pareja, es exclusivo. Y ya sé, parezco extraterrestre cuando toco estos temas... pero estoy profundamente convencida de lo que afirmo... al menos, yo lo vivo así, y todos mis intentos por ser terrestre, solo me llevaron a momentos que prefiero no recordar.
Para terminar, el amor que se apaga, o cambia de color, es por falta de cuidado, y el ejemplo de la plantita, me va como metáfora. También es verdad, que si la felicidad del otro, implica renuncia, también se debe hacer, aunque duela de manera inimaginable.
Adoro ver a esas parejitas que se miran con amor y se cuidan, porque, me ayudan a no perder la fe en el amor.
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