traductor

domingo, 28 de septiembre de 2025

Ni fácil... ni simple.


 Nadie está libre... si lo sé, todos fallamos, todos mentimos... y, hasta ocultamos... lo sé, nadie puede rasgarse las vestiduras por este rasgo humano. 

Todos alguna vez causamos dolor a otros, por indiferencia, por ignorancia, por creer lo mismo que creen muchos... la lavandina saca todas las manchas... pero, lamento comunicarles que no es real, porque depende más del tipo de mancha, que del quitamanchas. Cada ofensa, dolor o decepción, no depende del tiempo, sino, de la importancia que tiene en nuestra vida.

 Yo no soy ejemplo de nada, solo quiero compartir estos diálogos internos. Si, creo que no somos ni mejores, ni peores que otros... bueno, sí, hay excepciones. Por eso, la gente juzga, saca conclusiones por percepciones muy superficiales, y cada uno sabe, pero... eso no es verdad, es solo un enfoque.

 Y si, nos enojamos y es una emoción que merece drenarse, pero no debería desviarse hacia la venganza. Solo es cuestión de entender cuál fue nuestro rol, lo que pudimos... lo que no, y entender porque no fue de otra manera.

Y... ni fácil, ni simple... y mucho menos inmediato. Imagino que si alguien supiera lo que es transitar esos momentos, simplemente optaría por el encierro, para no cruzarse a nadie. Y sí, es loco, irracional e imposible. ¿Entonces?... ¿Y la salida?.. Yo no tengo certezas, tengo memoria, y a veces es increíblemente útil.

En definitiva, no existen fórmulas universales, para individuos variados, pero... hay que entender, que si varías personas se sientan alrededor de una mesa redonda, y en el centro hay un florero, cada una de ellas tendrá un panorama diferente y una manera única de describir cada flor y al florero mismo.

 ¿Qué considero importante? Escuchar, tratar de entender... obvio, si hay un indicio de algo auténtico. No subirnos al ego y a la tozudez, de sostener algo de lo que no estamos cien por ciento convencidos.

 La vida es corta y los errores... muchísimos. Tampoco es cuestión de aceptar los sinsentidos, las humillaciones, o las justificaciones absurdas, como quien no aprendió. Pero, si no es ahora... ¿Cuándo?  

 Entiendo que honrar la vida, no es solo respirar y seguir un patrón establecido, por personas que buscan un beneficio o no innovar, porque da miedo perder el control de lo conocido. Y si, esto nos pasa a todos, pero, es que nadie nos explica, el reto es, que aún con miedo, se intente avanzar.

  Realmente, la fórmula la elabora cada uno, porque nuestro cuerpo se vuelve un amigo, cuando aprendes a hablarle, el cerebro, deja de generar stress, cuando se permite discernir y el corazón, se expande en todo su potencial, cuando libera la sabiduría, moldeada por tu pulso e intuición. 

  Poca gente me va a leer, otros, rebatirán lo que no compartamos, pero, está bien... no se trata de pensar todos de la misma manera.

 Por último, creo que más difícil que decidir, es esperar con toda la fuerza posible, que el libre albedrío de alguien, coincida con tu más bonito deseo, y así, con dos voluntades libres de prejuicios, elijan construir algo real, donde la mayor felicidad, no sean cosas extraordinarias, sino, que se sienta como esa pieza artesanal, hecha con todo el amor y el entusiasmo... como la primera vez de algo totalmente diferente, cuidado y exaltado con el sentimiento más noble y auténtico. Sin presión... sin condición.


Norma.