Y es un suspiro, largo y desvelado,
un dolor sin nombre... porque he callado.
Un muro en el prado, que brotaban flores,
un jardín soñado, se cerró de golpe.
Caminé descalza sin rumbo y certeza,
probé los consejos... y sentí tristeza.
A veces la vida, te golpea tan fuerte,
que te desfigura... y sin distraerte.
Me callé el desborde, y lloraba a oscuras,
no reclamé nada, busqué mi cordura.
Abracé a mis hijos, su amor... su pureza,
les pedí perdón, por faltarme fuerzas.
No sabía que el hombre vendiera su alma,
pensé que eran frases de novelas raras.
Me aferré al amor que creía cierto,
pero era niña y soñaba un cuento..
Nada avanzaba y todo dolía,
no tenía la fuerza que yo pretendía.
Y aguante ese peso doblando mi espalda,
quien debía apoyarme, solo me atacaba.
Y me habían criado para ser muy buena,
tanto, que era malo, intentar defensas.
Y cuidé a mis hijos con toda mi alma,
pero con dragones, se usan espadas.
Y me llevó años de culpa y quebranto,
supe perdonarme pasando los años.
Renuncié a todo y escuché reproches,
¿Por qué elegiste a los malos hombres?
¡No podían creer cuánto soportaba!
¡Reclamos muy fuertes! ¿Yo las lastimaba?
Y si fui inocente, cómplice o esclava...
¿Quién era ese hombre que llevé a mi casa?
Juro, que no quise lastimar sus vidas,
hijos de mi vientre... lo que más quería.
Sí, soy responsable, no estaba madura,
alimañas entran, cuando aún, ni dudas.
Y la brisa suave me trajo el aliento,
solo respiraba... y volvía al intento.
Fue vida y fue luz, en mi tumba fresca,
sonreía a mis hijos, cuando estaba muerta.
La brisa, fue el soplo de fuerza y coraje,
oxígeno blanco, supo reanimarme.
Y corté grilletes de herrumbre... pesados,
y amé a esa brisa, como no había amado.
Ya no recordaba a ese aire puro,
y aunque si, fue viento, capturé el susurro.
Y dejé que el viento siguiera su rumbo,
y volví despacio a enfrentar mi mundo.
Algo no aprendí y caí de nuevo,
y así adquirí un lenguaje nuevo,
afilé mis armas y entendí, en el llanto,
que de allí saldría... me estaba asfixiando.
Nunca imaginó que tenía las llaves,
sus burlas, sus trampas, me dieron las claves.
Y en eso, la brisa abrió las ventanas,
y así, entre recuerdos, desplegué mis alas.
Y aún vuelo lento, con brisa en sus olas,
camino en la playa que trae su forma.
Y sé que fue triste todo lo pasado.
pero, ¡Hermoso aire!.. me pierdo en tus brazos.
Norma.