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miércoles, 19 de noviembre de 2025

El medio vaso vacío



 En algún momento de nuestra vida, comenzamos a escuchar sobre resignación, y las definiciones son diversas, esas ideas moldean en parte nuestro inicio en la vida, con el tiempo, se presentan alternativas y experiencias propias, que pulen el verdadero poder de las elecciones y las consecuencias que generan.  

 Los más competitivos, te impulsan a borrar esa palabra de tu diccionario, porque simplemente les recuerda, que lo que no es ganar... es perder, incluso un empate, se traduce en decepción y resignación, en su comunicación interna, no es algo para agradecer con honestidad.

 Algunas personas, confunden resignación con agradecimiento, y pasan la vida, esperando que algo les caiga del cielo, pero no llega, y se sienten ignorados, frustrados, poco queridos. Pero, el universo no funciona así, somos seres maravillosos, con el poder de elegir y discernir. Es verdad, que algunas cosas parecen predestinadas, y es posible que así sea, pero, nadie te obliga a elegir, al menos, en la parte del mundo, donde existe, aunque sea, algún vestigio de libre albedrío.

 Religiones, sectas, estatus social o cultural, legados familiares, prejuicios, etc. etc., limitan las decisiones humanas, al punto de condenarlos a vidas huecas, llenas de palabras y contratos absurdos, que destruyen el derecho divino que traemos al nacer, o tal vez, el propósito para el que hemos sido creados.

 Otros, tal vez, con belleza innata o fabricada, basan todos sus esfuerzos, en la seducción, o el beneficio que brinda esa tarjeta de presentación, y, en su caprichosa tarea de conseguir con facilidad, aquellas cosas, que otros solo alcanzan con mucho sacrificio, comienzan a interpretar que nada les será negado, y caminan con la seguridad de un privilegiado. Si la vida les abre puertas sin manipulación, no es su responsabilidad, pero, si se transforma en un juego egoísta, sin empatía, ni disculpas... lamentablemente, llegará a su fin cuando los años agoten esa fuente desbordada de facilismo.

 Supongo, que los ejemplos son por miles, porque los humanos no somos perfectos, y está bien, pero... la ambición, también crece como hiedra, en personas que creen que el mundo debe ser conquistado con dinero y poder. Lo engañoso de esta trampa, es que funciona a la perfección, porque muchos creen lo mismo, y no se ponen límites de ningún tipo para lograr la meta. ¿Por qué es una trampa? Porque una vez que entrás en esa vorágine, ya nada es suficiente, siempre alguien consigue más, o maneja a más personas. Y se los ve muy seguros o satisfechos, pero no es así, es una adicción, de la que difícilmente puedan salir, porque tienen todo lo que necesitan... y más, pero, ya no consiguen la satisfacción de su primer logro, lo que los mantiene constantemente en su tabla de surf, tratando de dominar la ola para no caer. Extenuante, inhumano y demoledor camino, donde la paz no existe y el verdadero disfrute tampoco, solo son inyecciones de egolatría, disfrazadas de éxito. ¿Y las relaciones? Imposibles de clasificar como auténticas, porque hay muchos disfrazando amistades y relaciones, solo para beneficiarse, o para hacerlos caer y ocupar su lugar. ¿Alguien puede darles amor y lealtad? Si, por supuesto que sí, también son personas diseñadas para recibir amor, el tema es... ¿Lo pueden ver? Quién sabe, algunas personas harían cualquier cosa por posicionarse a su lado. Y así pasan sus vidas como celebridades entre aplausos, envidias, traiciones y manipulaciones obsecuentes.

 ¿Cuál es el objetivo de hablar de eso? Realmente, no voy a cambiar el mundo, no tengo ese poder, pero... si pudiera cambiar algo, me encantaría, que algún día, podamos ver lo que tenemos y no nos abrume la tristeza o el enojo, por el medio vaso vacío. A diario, nos lamentamos por historias y objetos, que quizás, nunca podamos obtener, pero, no agradecemos los alimentos que tenemos disponibles, mientras, que algunos, siguen muriendo de hambre en el mundo. No agradecemos, tener un lugar donde resguardarnos de la intemperie. No agradecemos poder abrigarnos o cambiarnos de ropa, el hecho de poder bañarnos con agua caliente. No agradecemos el hecho de poder ver o de poder desplazarnos, porque se nos concedió un cuerpo
increíblemente perfecto... y no hablo de músculos o apariencia. Básicamente, nuestro cuerpo permanece alerta, aún cuando dormimos, porque su objetivo es mantenernos vivos, para que apreciemos la increíble experiencia de estar vivos, de sentir... de crear. 

 La naturaleza nos cuida también, incluso nos da comida y reparo, si entendemos como obtenerlo, aunque nos encaprichemos en ignorarla, pero ella no depende de nuestra voluntad, porque si algún día, el humano desaparece, la Tierra no moriría.  
 Hoy vivimos, una era tecnológica que nos conecta con cualquier rincón del mundo, pero... todo en la vida es un arma de doble filo, se puede utilizar para el bien común, o para mezquinos intereses propios. El conocimiento, llega a manos llenas a todos, aunque algunos solo elijan entretenimiento, esperando que la vida se consuma sin enterarse de la realidad que ofrece.

 En fin, no me extiendo más, porque todo parece crítica, pero no lo es, solo pretendo, que entendamos, que poseemos mucho más de lo que podemos percibir, que una sonrisa, también es un regalo perfecto, que un abrazo, si es sincero, evita enfermedades, que la lealtad y el cariño auténtico, son las herramientas más poderosas para alcanzar la felicidad.
 Sé, que parece que hablo de religión, de resignación o conformismo, pero no... no hablo de bajar los brazos y vivir en la comodidad, me refiero a que si medio vaso está vacío, es solo porque el otro medio vaso contiene un algo que se debe agradecer.

Norma