No sé, en ocasiones, y especialmente ahora, tengo algunas sensaciones conocidas, pero vividas en otras circunstancias de mi vida.
Esa sensación, posterior a una gripe, sentirse algo frágil todavía, con una gravidez extraña al caminar... como con precaución, con una mezcla de tranquilidad por volver a un estado natural, que, en ocasiones, no sabemos valorar, y ese dejo de angustia que se disfraza de brisa, que te dice que ya estás bien, pero que la vida es eso... un vaivén sin garantías, un saber acomodarse por un rato en lo que toca y equilibrarse ni bien sea posible.Esa sensación de haber pasado por momentos matizados de tristeza e incomodidad.
Me recuerda, a mis vacaciones en la infancia, cuando dejaba mi casa, mis amigos y a mis padres, para pasar un tiempo en casa de mis tíos. Las vacaciones, eran mágicas, la casa de mis tíos era muy luminosa, amplia y muy bonita, mis amigos de las vacaciones, eran divertidos, pero no impedían que extrañara lo que era realmente mío. Una combinación de alegría y nostalgia.
Esa sensación, de haber sido acusada injustamente, y la posterior disculpa, que, te deja con ganas de llorar y contenta, por el reconocimiento. Eso que deseaste siempre y el tiempo infinito que costó tenerlo en tus manos. Nada esta mal, ni está bien del todo. Es un espacio neutro, que se llena de lágrimas, suspiros y euforia, por la alegría de suponer que el sueño se cumpla. No sé, ese no querer ilusionarse con nada, porque al destino, se le hizo un hábito, esto de reírse a último momento, mientras, desliza un compasivo... otra vez será.
Esa sensación, de haber pasado por tanto... que podrías escribir un libro, pero... nadie sabe, solo ven a una persona que sonríe, que sigue como si nada, pero que la vida, le hizo sentir todo con absoluta profundidad. Que enfrentaste a personas perversas, sin un rasguño externo, pero con dolores intensos en el corazón, con lecciones de humildad extremas, y carencias que se ven totalmente innecesarias.
Y no estoy mal... no. Solo estoy algo melancólica, y, tal vez, este cielo gris, es el marco adecuado para este día. Y mañana, estaré distinta... o no.
Tal vez, camine bajo el sol y cierre los ojos para percibir los aromas de la primavera, y al abrirlos, mis ojos agradezcan el poder apreciar la belleza de la naturaleza, emergiendo en colores, bajo un cielo de Octubre, tan neutro y distinto, como ese instante del ocaso, donde los tonos cálidos se encienden en el horizonte, dando paso al espectacular escenario de luces que titilan, de espaldas al telón oscuro de la noche.
Norma
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