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domingo, 29 de junio de 2008



Podría decir.

No podría decir yo que es la vida,
si podría tal vez contar la mía.
Viví una infancia plena de ilusiones
y planeé un futuro sembrando emociones.

El amor fue el comienzo del fin del letargo,
y con fuerza y lágrimas quise abrirme paso.
Y las controversias signaron mis días,
y aprendí a crecer, porque así debía.

Renuncias y entrega con mi primer hijo,
y el amor superando, todo lo previsto.
De la sola imagen de ese ser brotaba,
toda la potencia que necesitaba.

Siempre antepuse amor... a una causa,
y vi en los ojos, hablar la mirada.
Y la intención de hacer... a no hacer nada
y la humildad de admitir no saber nada.

Guardo mi energía para lo importante,
dejo que me abrace solo quien me ame,
no pierdo momentos claves de la vida
y las vanidades nunca me motivan.

Si soy egoísta, solo es por temores,
lucho en una guerra contra los rencores,
me inhibo al tomar varias decisiones,
y ruego a mi paz que no me abandone.

22/11/04

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