Sinceramente, solo tolero el silencio cuando estoy sola, ordenando mis pensamientos. Los silencios acompañada, me desestabilizan, se me hacen huecos profundamente incómodos. No soy de las personas que pueden pasar largos ratos en silencio, cuando estoy con gente conocida, automáticamente, mí mente saca un tema de la galera o pregunto algo que dispare una apertura de la persona que me acompaña, para dar lugar a un diálogo que se disfrute de ambos lados.
No puedo entender esos silencios largos, me generan ganas de retirarme... juro que es asi.
En apariencia, puedo estar bien, organizada, trabajando, pero... nadie sabe realmente que sucede en mí interior. Tal vez, será, que algunas situaciones que vivo no tienen explicación, y no puedo ni explicarme las a mí misma.
Es verdad, que mí intuición me habla, me susurra, me advierte, pero... yo no quiero seguir así, en este laberinto de palabras, que parecen que sí... pero siempre es no.
Estoy reacomodándome en el espacio que tengo, con lo que hago y con lo que soy.
Ya no voy a tolerar retrasos, intrigas, medias palabras, o que decidan por mí.
Cómo decía en un principio, me llevó muchísimo tiempo volver a quererme y perdonarme, por lo tanto:
-No voy a aceptar que el dolor es algo hermoso que nos hace crecer y recibirlo con los brazos abiertos.
-No voy a concebir, que alguien decida sobre mis decisiones, sin consultarme.
-Ya no me abriré a reproches infundados, que generen culpa.
- No voy a incorporar cosas a mí vida, solo por moda, o por ser aceptada .
- Mi tiempo es mío y lo voy a cuidar como yo prefiera.
-No estoy esperando que me aprueben.
-No soy una opción.
-Las decisiones tienen que ser blanco o negro, ya no acepto grises. Para los que creen en Jesús, él decía: que las respuestas debían ser sí, o no, lo demás... viene del maligno... para pensar...
Estoy muy cansada y mí cansancio no es físico, al menos, generalmente no.
No puedo describir la sensación, es algo así, cómo cuando vas a salir, y le pedís a tu acompañante, que ya no falta mucho, que si tiene algo que hacer, que comience a hacerlo, para no llegar tarde, pero... después de esperar mucho tiempo, quizás, ya en el límite de límite del horario fijado, uno pregunta... ¿Vamos? ¿Ya estás?, y se escucha... -Me baño, me cambio y salimos.
¿Alguna vez les pasó? Imagino que sí, bueno... esa es la sensación que no puedo describir, sin este ejemplo.
Y uno se pregunta... ¿Por qué me hace esto? Me hubiese dicho que no venía y no pasaba nada... ¿ Qué necesidad tenía de hacer que lo/a espere?
Si, así me siento... no puedo describirlo de otra manera. Entonces, uno se arrepiente de haber confiado en lo que uno creyó que estaba acordado.
Perdón, hoy no tengo reflexiones que compartir, solo este vacío. Tal vez a nadie le importe... tal vez, no sepan que tiene que ver, pero... Este blog, nació pare transmutar sentimientos en palabras y debo darme mí espacio... Por respeto a mí misma.
Bueno, hay que sacar el polvo, cambiar el aire y recordar que es tiempo de cosecha y solo se recogen frutos en un espacio trabajado con mucho amor. Se sabe que es increíblemente difícil encontrar un oasis en el desierto.
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