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martes, 24 de junio de 2008



Desolación.

La confesión más pura
que salga de mis labios será...
¡Soy tuya!.
La felicidad mayor
que brille en nuestro amor,
es y será siempre algo anhelado
que encontraré en nuestras horas.
Te guardaré aquí días y días
en mi corazón, en mi razón,
en mi pasión.
Quiero volver a mirarte
y que una flecha de fuego
me sonroje las mejillas.
Quiero volver a hablarte,
y que cada palabra tuya
se grave en mi corazón.
Quiero volver a abrazarte,
mas volver no puedo
porque nunca fui nada en el amor.
Nunca signifique nada para vos...
no fui una pelusa,
ni siquiera un hilito
ni tampoco un papelito.
Tengo una tristeza con tu nombre,
tengo lágrimas que no puedo llorar
y miles de nudos sin desatar.
¿Quién será mi felicidad?.

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