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sábado, 28 de junio de 2008



Silvia.

Un veinticinco de Noviembre
tus ojos vieron el mundo.
Más tarde, al Bautizarte...
Dios te acepto entre los suyos.

Al crecer, el desafío
de formar una familia,
con sacrificio y fatiga,
cansancios y alegrías.

Fuiste criando a tus hijos
aprendiendo del amor,
y de sus manos volviste,
a encontrarte con Dios.

No estabas muy conforme
en las primeras reuniones,
pero te hiciste querer
por tu coherencia y razones.

Siempre amable y dispuesta
aportando tus vivencias.
Siempre sencilla y serena
muy sensible y hasta tierna.

Ocupando tu lugar
entre sonrisas y charlas...
nos dejas esos momentos
que hacen en la vida marcas.

2/10/99

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