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sábado, 28 de junio de 2008



Tiempo.

Las edades son los días
que acumula el calendario,
y las vivencias, la llama
que brindan su luz a diario.

Un minuto en nuestra vida
puede confortar el alma,
un suspiro en la pradera,
un manantial de calma,
o la mirada serena
de quien nos protege y ama.

No son los años los que suman
los sabios o los más nobles,
son experiencias que forjan
a fuego sus corazones.

Fuimos creados eternos
y por ambición desmedida,
se nos quitó el privilegio
y se fraccionaron los días.

Por eso el tiempo no es más
que el error de la codicia,
pero nos quedó el placer
de un beso o una caricia.

Si en el alma tenemos
un lugar para los sueños,
los pimpollos serán rosas
que no perderán sus pétalos.

6/6/01

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