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sábado, 8 de noviembre de 2025

A PESAR DE TODO... Capítulo 6 "El desafío de mis elecciones"

 


El colegio secundario, esperaba con sus desafíos y decisiones. 

Yo soñaba con ser docente, desde siempre, soñaba con un aula y alumnos, los que guiaría por las páginas del conocimiento... la sola idea me emocionaba, pero mi madre no estuvo de acuerdo, cambió mis planes de entrar a un normal y me condicionó a seguir alguna carrera universitaria, por lo que la elección fue, un bachiller.

El primer día de clase, los alumnos de quinto año, se negaban a entrar al colegio, en protesta por la resolución de imponer una aprobación con siete, cuando en años anteriores, solo se les pedía alcanzar un seis.

Mi hermana retomó conmigo y las dos viajábamos de cincuenta minutos a una hora, porque mi madre temía que no pasáramos un examen de admisión, y el San Martín, nos recibió a todos los que huíamos de ese desafío.

 Todo se me hizo muy complejo, los profesores, los preceptores, jefes de preceptores y también rectoría sonaba como un lugar de temer. Muchos reglamentos y requisitos me asustaron, pero sabía que solo era el comienzo.

 Mis compañeros de primero quinta, eran divertidos en su mayoría, pero también complicados. El colegio, tenía menos chicas, porque originalmente, el colegio fue exclusivo de varones, en la época en que los colegios secundarios no eran mixtos. 

 Tuvimos algunos profesores inolvidables, como la profesora Fraga de castellano, a un año de jubilarse, e integrante del primer staff de profesores del colegio, allá por 1945. Ella me enseñó de imágenes, metáforas y del sonidos suaves o fervorosos en los versos de una poesía. Esas letras que me ayudaron a drenar tantas tristezas y alegrías, para que no se atascaran sin remedio en mi garganta.       

El profesor Carnevale, de dibujo, también del grupo original de profesores del colegio. Sus dibujo a pizarrón completo en tizas de colores, su insistencia en que presentemos la carpeta, aunque no recordaba que ya la había calificado muchas veces y sus largos discursos, sentado en frente de la clase, con sus piernas cruzadas y los anteojos descansando en sus rodillas. Sus conocimientos fluían como una lección aprendida de memoria, que se repetía en bucle una y otra vez.

 La profesora de historia, tan temida, con sus pedidos de cuadernos de cien hojas numeradas, para que no las podamos sacar sin que se note, y sus interminables cuestionarios de casi cien preguntas, que solo lográbamos completar consultándonos y colaborando entre los compañeros. Detrás de su fachada dura, y por momentos desgarradora, cuando se deshacía en lágrimas en medio de una clase, tenía una historia oculta de apariencias y egoísmos, que me fue revelada muchos años después.

  La profesora de biología, que solo ponía nota de concepto, por trabajos muy complejos, pero, que nos enseño a partir una palabra larga o difícil, para poder memorizarla mejor. Y así me quedó grabado eritroblastosis fetal, o ácido desoxirribonucleico, su asombrosa partición de manzana con solo sus manos y la espantosa experiencia de la vivisección del sapo. También recuerdo la excursión al Museo de Ciencias Naturales, donde vi la majestuosidad de un águila con sus alas desplegadas, lo monumental de un dinosaurio y su permiso para acceder a una parte del museo, con restricción para adultos, en donde se exhibían figuras, que demostraban las indescifrables consecuencias de las enfermedades de transmisión sexual. ¿Estuvo bien?.. tal vez, pero no tenía la autorización de nuestros padres. Y para la frutilla del postre, nos largó en la puerta y se fue a su casa. Mi amiga Carmen, sigue contando esa historia a todos, porque no podía creer que yo no supiera volver a mi casa. Bueno, por suerte, ella sí... jajaja. Yo estaba asustadísima, nunca salía de mi casa sola, o si, pero con instrucciones o un planito hecho a mano por mi madre. El tema, es que caminamos mucho, porque yo no quise tomar el colectivo, en paradas desconocidas y solo lo hice en la parada cercana al colegio. Por suerte, Carmen vivía en Almagro y no tan lejos de la parada. Todavía me reta, porque no nos vemos muy seguido y creo que no me cree que es mi única amiga.   

Y... obvio, mi pesadilla... las clases de educación física que nunca pude disfrutar. Ese año, el patio del colegio se dividía en dos, las de primero, compartíamos espacio con las chicas de tercero y en el otro extremo, los chicos de quinto, pero esta disposición, traía mucha distracción a chicos y chicas, por lo que en años sucesivos, el colegio, impartió las clases, en Caballito, donde está la cancha de Ferrocarril Oeste. Nuestro lugar, era un ex cancha de tenis con piso de goma (ya desgastada y rota). Desde allí, se veía la cancha, donde en oportunidades, los equipos de fútbol entrenaban. La clase comenzaba con trote por fuera de la cancha, por debajo de las tribunas y terminábamos entrando a un pasillo, desde donde se veía la cancha de básquet, que siempre lucía  impecable. Agotadores diez minutos de trote rápido, que terminaba con nuestro aliento... bueno, hacíamos lo que podíamos. El tema, es que mis compañeras disfrutaban jugando al vóley... yo prefiero ni hablar del tema, pero... a veces zafaba con pruebas de resistencia. Ni un recuerdo bonito.

 La profesora de geografía, que su marido era astrónomo, nos deslizaba sus ideas de extraterrestres, los misterios del cosmos, las propiedades y la leyenda de las calaveras de cristal y el misticismo de Egipto. Las sirenas y los ovnis en los grabados. Yo la escuchaba con mucha atención, porque desde pequeña, mi padre me hizo entender, que no tenía lógica que la divinidad, Dios, o como prefieran llamarle, crearían un universo, solo para nosotros. Además, siempre sentí una fascinación inexplicable por Egipto, sentía que era un lugar apartado del tiempo y la geografía, con más misterios de los que los eruditos se permitieran aceptar. Con el tiempo, reconocí el legado de la India y su arquitectura antigua sin justificación real, los Mayas, los misterios de la antigua mesopotamia y su innegable legado en los Persas y podría seguir, pero no es el tema.  Bueno, en realidad no sé todo lo que me gustaría, pero creo, que sería imperioso que la humanidad entienda de esa herencia poderosa y negada, para no desaparecer en el tiempo.

 En primer año, un compañero, propuso hacer la broma, que consistía en, entrar en el recreo, tomar una carpeta al azar, y mezclar todas las hojas y después reírse de la víctima, no voy a decir su nombre, pero él se hizo cargo después de muchos años y desde su residencia en España. Y, aunque parece cruel, creo que no había maldad. Los chicos escribían con tiza en mi pupitre, "El kiosquito de Marchetti", porque yo, nunca me negaba a compartir lo que tenía. 

Un día, un profe, los encontró haciendo algo, que a su criterio, era para amonestar al grupo completo, y llamó al preceptor, quien advirtió la picardía  y aguantó la risa. Completó el parte y se retiró como si todo estuviera bien, pero... resultó que todo el grupo de apellidos, formaban parte de la selección nacional... y si, eran ingeniosos... y el preceptor muy joven. 

 Más tarde, me sentaron al lado a un compañero medio conflictivo con los demás varones del curso, supongo que para evitar que sea menos molesto y mantener la clase en paz, mi especialidad desde la primaria, siempre el complicado pedido de calmar a la fiera. Yo le tuve mucha paciencia, hasta que un día, se enojó y me dijo "momia"... y me ofendí tanto, que yo le contesté con un apodo que le decían los demás compañeros, quedamos enojados y dejamos de hablarnos unos días, y creo que fue un alivio. Alguien le había dicho, que tener un apellido francés y ser rubio, lo hacía superior en algún sentido, y no, pero, espero que alguna vez lo haya entendido.

Un compañero me preguntó un día, si podía acompañarme a la parada de colectivo, y aunque me parecía un lindo chico, le dije que no, que yo iba con mi hermana jajaja, y después me arrepentí, pero no hablamos más. Con el tiempo, otro compañero, me dijo que yo le gustaba y con cualquier excusa, vino alguna vez a mi casa, pero, a mi no me pasaba lo mismo, aunque sí admiraba su memoria. En realidad, yo miraba a un chico de tercero, con el que viajábamos en el mismo colectivo todos los días, pero nunca hablé con él.

 Mientras tanto, ese año nos mudamos a una cuadra de dónde vivíamos hasta ese momento, era una de esas casas con habitaciones que daban a una galería, muy cerquita de los pintorescos pasajes de Villa del Parque.

Mi madre, insistió en que formáramos parte de algún grupo de la Iglesia, como había hecho ella en su juventud. Primero lo intentamos en la Parroquia Santa Rita y finalmente, encontramos un grupo más cálido de acción católica en la Iglesia Santa Ana, cerca de la estación. Pero, cuando la dirigente del grupo, se casó, no pudo seguir y el grupo se deshizo. 

 Mientras tanto, en el colegio, nos reuníamos en los recreos, con dos compañeras de mi hermana, con las que una vez, fuimos a Pumper Nic. Y también, habíamos comenzado una amistad con una chica del comercial, pero, quedó en la nada.

 Mi padre, tenía un compañero de trabajo, que llevaba un don para el canto y la guitarra, que había heredado de su abuelo, uno de los virtuosos guitarristas de Gardel. Con él incursionó, en el arte de hacer guitarras, algo así, como un luthier intuitivo, que con el tiempo y el asesoramiento de su compañero, llegó a hacer guitarras de medio concierto, pero solo por pedido. También, intentó impulsarlo, para incursionar en concursos de televisión, porque estaba deslumbrado con su voz, afinación y el mencionado virtuosismo en la guitarra. Había compuesto,  creo que era un tango o un vals de su autoría, llamado "Viaje a Estambul". Mi padre, golpeó puertas con el grabador a cuestas y le consiguió un lugar en un concurso que promocionaba "Grandes Valores del Tango", pero... el día de la audición, se quedó dormido y no fue. La decepción de mi padre, que incluso, le había prestado un traje y creo que hasta le dió la plata para el viaje,  fue tan grande, que no volvieron a hablarse y tampoco volvió a armar otra guitarra.

 Segundo año, traería aún más sorpresas. Mi hermana se cambió de colegio, pero yo no quise, necesitaba arraigarme a algo, y me hice cargo de mi viaje a solas. 

 Ese año, éramos solo tres chicas en el curso, cursando con trece varones. Una de las chicas, vivía cerca de mi casa y nos fuimos haciendo amigas. Ella, era mucho más sociable que yo, tenía un grupo de amigos, que hacían "asaltos" en sus casas, bailaban en el patio, mientras que, la familia dueña de casa, estaba adentro y todo era muy sano.

 Yo me divertía mucho con ella, porque era muy extrovertida y siempre planeaba situaciones "mágicamente perfectas", al menos, eso parecía en un inicio. Así, entre ella y la madre, planearon que conociera a Sergio, un amigo de ellas, que vivía en frente. Curiosamente, todos creían que estábamos saliendo, pero... solo bailábamos de vez en cuando, cuando salíamos con el grupo de amigos de mi compañera. Así pasaban los días, mientras su amigo Alejandro, venía a esperarme a la puerta del colegio "de parte de Sergio" y nos volvíamos a casa entre risas y comiendo las garrapiñadas que él me traía de regalo. También bailábamos juntos cuando el grupo se reunía. Alejandro, vivía en un pasaje cerca de casa y cuando venía a charlar a la puerta de mi casa, mi madre se enojaba, porque no entendía ese extraño acuerdo con Sergio... y yo tampoco.

 Todo terminó cuando me cansé de que me vieran como la chica que salía con Sergio, cuando, en realidad, solo una vez me puso un brazo en el hombro y eso fue lo más osado que sucedió. Así que, lo dejé una noche que íbamos al cumpleaños de quince de la otra compañera de curso. 

 Esa noche, había varios chicos del colegio en la fiesta, incluso un preceptor. Yo bailé toda la noche, con un chico de tercero que se llamaba Jorge y quedamos en charlar cuando nos viéramos en el colegio, pero como tenía muchas admiradoras, solo se paraba cerca de mí, pero me daba la espalda mientras conversaba con otras chicas.

 Mi compañera Ana, la quinceañera, me preguntó el lunes en el colegio si me había gustado algún chico, de los que estaban en su fiesta, y le dije que no, por vergüenza, pero al otro día, después de haberlo conversado con mi amiga, decidimos decirle que si, que alguien me había gustado, pero ella me respondió que había tres chicos que querían salir conmigo y me los señaló, pero, me dijo que si era Jorge, ya era tarde, porque ya estaba saliendo con una amiga de ella. Yo creo que fue mejor así, porque los veía siempre discutiendo en la esquina del colegio. Un día, ella me vino a aclarar que ella salía con Jorge, y yo me mantuve neutral, aunque, era muy obvio que era una advertencia, y no sé por qué, si en realidad, no volvimos a hablar... cosa de chicos.

 Ese año, para mi cumpleaños, encontré entre mis carpetas, un estuche, con una cadenita de plata, con un dije de corazón que decía "Amor". Sorprendida por el regalito sin tarjeta, decidí usarlo, para ver si alguien decía algo... pero no. Yo supuse que sería de ese compañero que algunas veces vino a casa y quería salir conmigo, pero, no lo pude corroborar, aunque, alguna vez me dijo que había llorado por mí y medió mucha pena, pero no podía hacer nada. Él me acompañó a casa el día que repetí, porque me puse a llorar y no me quiso dejar sola... fue un gesto muy lindo. Años más tarde, volviendo de Malvinas, volvió a buscarme, pero yo ya me había casado y ya no vivía en la casa de mis padres.

 Ese año, se jugó el mundial de fútbol en Argentina y nos corrieron las vacaciones. Se podían ver chicos en los pasillos del colegio con una radio, o algunos profesores, más empáticos, los dejaban escuchar los partidos en el aula.

 Todavía me causa gracia cuando lo recuerdo... y fue así, una tarde, al finalizar la clase, teníamos que reunirnos en el patio, para celebrar un acto, no recuerdo bien de que. Llovía, y segundo quinta, tenía su aula en el anexo del colegio. La forma posible de acceder al resto del colegio, era por un pasillo, que en partes, no estaba techado. Para los actos, debíamos llevar pollera hasta las rodillas, medias tres cuartos azules y mocasines negros, que hasta el momento, no tenían suela de goma. Por algún motivo, salí casi última del aula y crucé apurada el pasillo con charcos de agua. Sin siquiera darme cuenta como, me caí sentada en el agua, y cuando levanté la vista, un preceptor me miraba sin hacer ni un gesto, mientras me preguntaba... ¿Se cayó Marchetti? y la tentación, era decirle, no, estoy jugando con el agua.... jajaja. Pero, entre la vergüenza y lo tentada de risa que estaba, solo contesté si y acto seguido, volvió a preguntar... ¿Está bien?, pero sin hacer ni un amague de ayudarme, siempre en distancia. Contesté sí nuevamente y me fui a la fila. Supongo que se habrá reído cuando me fui, y yo también seguía tentada, lo difícil fue explicar, por qué tenía mojado el guardapolvo.  

Al año siguiente, otra vez en segundo año, pero con otros compañeros, solo me dolió que mis ex compañeros me ignoraran y mi amiga ya no estaba en el colegio, por lo tanto, pasé el año bastante sola, por elección. Y, otra vez, compartía pupitre con varones complicados, a los que sentaban a mi lado con la ilusión de tener la clase en paz. Creo que algunos pensaban que era como un castigo para apartarlos del grupo revoltoso, pero no imaginaban, que realmente a mi me daba lo mismo si estaban o no.

Todo sucedía en un gobierno de facto, y el colegio paso a tener un interventor y un vice interventor militar, por lo que el reglamento del colegio, se volvió más estricto. Debajo del guardapolvo, solo pantalón azul o negro, mocasines negros y medias tres cuartos azul, si había pollera, debía ser larga hasta las rodillas, la ropa que se podía ver entre las solapas del guardapolvos, podían ser: blanca, azul o celeste. De no ser así, el cuello debía cerrarse con un botón extra, para que no se vea otro color que no sea uno de esos permitidos. Además, pelo atado, sin flequillo y vincha azul. En los actos del colegio, era imprescindible la ropa reglamentada, más el escudo del colegio. Estos requisitos, eran el filtro entre poder entrar o no al colegio y cada falta, se contaba como doble. Lo más cruel, era si te tocaba formar en la escalera del patio que te llevaba al laboratorio, porque no estaba techada y si llovía... nadie te sacaba de ese lugar hasta que no terminara el acto.

 Y si, no todo fue malo, también conocí a un chico que vivía a cinco cuadras de casa, un acuariano, muy divertido, muy celoso, muy orgulloso y buen amigo. Fue algo muy inocente, éramos muy chicos y salimos seis meses. El iba al colegio parroquial, de la parroquia donde yo tomé mi primera comunión y me confirmé. Un día vino asustado, diciéndome que había soñado que yo entraba a la iglesia con otro del brazo y me casaba, yo me reí en el momento, pero sí... me casé en esa Iglesia, con quien fue por veintinueve años mi marido. 

 Por años, no recordaba por qué nos habíamos peleado, pero, con el tiempo recordé, que yo lo dejé, porque recibía invitaciones a cumpleaños de sus compañeros, donde sabía que también iban chicas. Como no quería llevarme porque decía que eran "buitres", me enojé porque me pareció injusto. Cuando me dijo por tercera vez, mi madre me aconsejó que también yo fuera a bailar, y se lo dije, pero, supongo que no me creyó. La discusión vino por eso y porque yo había bailado con un chico que quería que nos volviéramos a ver. El no cedió, yo tampoco y corté todo por teléfono, mientras me advertía que me iba a arrepentir. 

 Él me había prometido, que cuando cumpliera quince, me iba a saludar, aunque estuviéramos peleados y yo lo esperé ese día frío y lluvioso... pero no. Un tiempo después, me lo crucé otra vez y me dijo que nos podríamos volver a ver para conversar, pero tampoco sucedió. La última vez que lo vi, me sorprendí, porque no me di cuenta que estaba caminando por la calle en la que todavía vivía. Yo volvía de la plaza con mi primer bebé en el cochecito y con nosotros, iba mi madre. Él estaba lavando el auto, y fue tal la sorpresa, que solo dijo...¡Hola!. También recuerdo que siempre me decía, que como éramos muy chicos, que cuando enviudara, lo llame, y yo me enojaba, porque no solo no quería quedarse conmigo, sino, que además, quería que quede viuda. Y, no sé como lo hizo, pero también acertó con eso... aunque yo no volvería a llamarlo.


Norma.

 

 


jueves, 6 de noviembre de 2025

Desde sus rincones escondidos



 Hoy no tuve un buen día, pero tampoco fue tan malo, se bien que no siempre puede salir todo bien, por lo tanto, mañana será otro día... e imagino que todo va a ir bien. 

Mi infancia y adolescencia, se vieron opacadas por el miedo y la timidez... nada fácil, lo aseguro. Con el paso del tiempo y la llegada de mis hijos, fueron borrándose parcialmente algunos de mis tabúes más aterradores... como hablarle a un desconocido... sí, a ese extremo. Debo reconocer, que algo me ayudó mucho, fue mi experiencia en la Iglesia, como guía de padres, en catequesis familiar. Mi limitación por leer en público, llegaba al extremo de ver letras indescifrables, porque el temor de estar expuesta, me provocaba la desafiante tarea de intentar leer, cuando las letras se borroneaban ante mis ojos, sin la excusa de tener un problema en la vista. 

De igual manera, el desafío de sentarme frente a un grupo de madres, padres, o abuelas, para guiar la lectura del tema del día, también significó un reto. No solo surgían reclamos, además, los desafíos pasaban por cuestionar mi rol de lidiar con personas desconocidas, sin que sea redituable para mi bolsillo.

De todas formas, y a pesar de los reclamos en casa, aprendí a desenvolverme de una manera más fluida. Tampoco fue del día a la noche, fueron siete años, que se interrumpieron con mi último embarazo.

 En conclusión, si fue difícil, pero me ayudó a vencer algunas limitaciones autoimpuestas. 

Más adelante, la vida me confrontó nuevamente, es muy fuerte darse cuenta que es inútil insistir en un vínculo perpetuado durante años, con la esperanza de remontar un amor ya muerto y en perpetua agonía. El cuestionarse, si enamorarse nuevamente, sin intención, sin proponerse nada, era suficiente razón para salir del letargo consensuado, de la tristeza innegable, la certeza de saber que nada fue suficiente y la confrontación para lograr mi libertad, iba a ser feroz.

 Todo parecía irreal y tortuoso, pero salí con la ilusión de comenzar algo bonito y transparente, pero... también fue una ilusión truncada por una realidad que yo no sé comprender. 

 Y después, la soledad, las cargas, el trabajo, el estudio, los hijos, la casa... y mi escondida tristeza.

 Familia y conocidos insistiendo en que era joven para quedarme sola y conocí gente con la que no encajaba. Después conocí a alguien que creí... pero no. Y después, la bronca, la impotencia y el blindaje que intenté crear a mi alrededor, pero, cuando ya tenía todo mi tiempo acomodado para no intentar nada más... apareció alguien que pregonaba querer enamorarse y todo eso que tal vez necesitaba escuchar. Entonces, lo intenté y entré en una espiral de once años de desilusión, discusiones, ver la cara del cinismo, disfrazado por momentos. Creo, que si lo anterior había sido difícil, esta era la tesis final para mi graduación. Sinceramente, no se lo deseo a nadie, pero sí, es verdad, salí de ahí con dolor, con fuerza y con la convicción de saber que solo vencería, quitándole el poder sobre mí. Ese poder que otorgamos, cuando no tenemos idea de en que nos estamos metiendo. Y si... me hizo más fuerte, pero... ¿A qué precio?

 Entre toda esta vorágine de hechos, quise estudiar, pero nada es fácil, diferencias obvias de edad con mi grupo, estudiar por la noche, o en medio del ruido y la rutina, para no alterar la vida familiar. Ir a rendir parciales y finales, después de haber discutido o llorado. Estar en un lugar bonito, como examen final, después de tres años intensos, y extrañar a la gente que quiero. Sentada con mis compañeras en una hamaca, bajo las estrellas de una noche bellísima, y yo, pensando cómo estarían mis hijos.

 Si, también sirvió para poder expresarme mejor y sociabilizar. Entonces, comencé a hacer algo, que siempre pensaba, pero que era muy difícil para mí llevar a la práctica. 

 Casi sin proponérmelo, veo algo valioso de algunas personas, tal vez, un gesto imperceptible para otros, pero yo me propuse decírselos, aunque, puede desorientar, porque la gente cree que ganar es llegar primero, y yo creo que es tener la alegría de poder caminar junto a otros que son igual de importantes. 

 Con ese criterio, le dije a una de mis profes, cuánto la admiraba, era un sin fin de conocimientos, era la pasión por el paisaje o el destino ideal, el énfasis en los detalles, el amor al arte y sus autores. Toda una vida como guía de turismo internacional, amante de mi país, sobre todo del norte. Tal vez no tenía el mejor carácter y era muy exigente, pero yo le pedí que escriba un libro con esos conocimientos adquiridos en la experiencia, y que me avise... yo quiero ese libro. Nunca falté a ninguna de sus clases y mi cuaderno de esa materia, no se prestaba, o sí... pero para llevar hasta la fotocopiadora y de vuelta a casa. 

 También hubo un profesor de historia, que a todos nos marcó de maneras diferentes. Con su humor sarcástico, en la medida justa para no ofender, sus clases fueron esclarecedoras, en cuanto a hechos conectados, el por qué de algunos resultados y, obvio, sí, también se lo dije. Algunos hechos históricos que uno aprende aislados, cobran sentido, cuando se ve la conexión y el trasfondo.

 A mi profe de contabilidad, le agradecí, por llegar todos los días con una sonrisa, a pesar de ver su cansancio. Le dije que apreciaba mucho su buen trato y su respeto. Ella quedo sorprendida, me dijo que nunca se lo habían dicho. Y si, el contraste con otras profesoras era notorio.

 El último día de clase con una profesora, que muchos cuestionaban... me tocó a mí.

 Yo estaba sin dormir, porque las últimas semanas, fueron agotadoras en presentación de trabajos y finales. Una compañera, me cuestionó un tema que expuse, porque me salí de su libreto, pero, presentábamos un proyecto de grupo de un hotel en una bodega mendocina y, hasta el logo debía representar el sentido de ese alojamiento. Luché un poco con la presentación casi desganada que querían entregar, entonces, me hice cargo de la parte gráfica y la compaginación del trabajo. Cuando terminé el final, ella me preguntó si me había sentido cómoda trabajando con mis compañeras, y sin pensarlo, dije sí, pero ella insistió, entonces, le mencioné que intuía que no siempre los chicos aceptan a las personas mayores y se complica, cuando no tienen buena relación con sus madres. Ella me dijo que eso no lo justificaba y que yo debía valorarme mucho, porque era una persona muy valiosa. Que en un parcial, me calificó con un diez, por mi manera de expresarme. 

Y desde entonces, intento destacar en algunas personas, esa luz que irradian, desde sus rincones escondidos. 

Hace unos días, pasaba por el bajo nivel de una estación de tren cercana, por donde hace años que paso bastante seguido. No es de esos lugares que dan miedo, es un espacio en que la gente vende diferentes productos, desde medias a condimentos. Pero, cerca de las escaleras, suele haber un señor sentado con su guitarra que interpreta temas de los Beatles. Realmente, yo no tengo un oído refinado, ni conocimientos de música, pero... para mí, es muy bueno en lo que hace. La última vez que pasé por el lugar, el señor no estaba cantando, simplemente, conversaba con alguien, pero yo me acerqué y le dejé dinero en el sombrero que deja para ese fin, a un costado. Creo que se sorprendió, entonces le dije que ya lo había escuchado cantar muchas veces, y que era excelente, se sonrió y me agradeció, yo me fui a esperar el tren, y cuando subía las escaleras, escuche...  Yesterday, all my troubles seemed so far away...

 Y todo fue real... 

Norma.

 

domingo, 2 de noviembre de 2025

De sueños e infinitos


 Esta mañana me desperté bien, pero sabía de ese sueño sin un rostro, el que repito a veces. Soñaba que conversaba con alguien y defendía con mis verdades una negociación. No sé cual era el tema, si sé que intentábamos mantener la calma, y no es la primera vez que sueño algo así, no sé quien es esa persona en realidad. Una vez soñé, que la negociación pasaba por cómo elaborar un perfume de hombre, y debatíamos sobre qué componentes llevaría, e incluso, consensuábamos las cantidades, para que la mezcla resultara excelente. 

 Ayer, tuve certezas de con quien conversaba, fue muy real, su energía era muy fuerte y entusiasmaba, vi su cara, su voz y hasta su perfume... creo. Lo impactante era su energía, su alegría, las propuestas y el entusiasmo que le impregnaba a todo lo que decía. Yo estaba sorprendida y hasta impactada, pero, a su vez, percibía la incomodidad de las otras personas... era inevitable y creo que eso me apagaba y no me sentía tan bien.

 Hoy, me senté en mi cama y tuve un momento de recordar a personas que durante mi vida, me han enseñado a llevar mochilas innecesarias, mandatos sin explicación, tabúes, mitos, decretos distorsionados y todo tipo de grilletes sin sentido. Si nacemos para acotarnos a límites impuestos por legado... la vida no tiene sentido, los propósitos de esta existencia son nulos. Quiero ser neutra e imparcial, para no ser injusta, pero lo real es que, el humano no es perfecto, solo absorbe y procesa como puede.

 Cuando tenía unos ocho años, en el colegio, nos hacían pasar de a uno, a un salón, en donde una docente nos hacía una serie de preguntas, pero no era una evaluación en sí, supongo que era algo que tenía que ver con nuestro estado madurativo o para evaluar métodos de enseñanza... realmente no lo sé. Una de las preguntas se refería a qué definición de principio y fin podíamos dar, y yo les contesté que las dos partían del mismo punto. Realmente no sé como llegué a esa conclusión, pero imagino que tiene que ver con que el tiempo es circular, no hay infinito que podamos comprender, sin un toroide, o una cinta de moebius. 

Tal vez suene pesado, o innecesario adentrarse en tanta profundidad, pero soy así en algunos aspectos.

¿Cuál sería la relación entre la primer parte de este escrito y la segunda? Es que, es muy difícil saber por qué existen los sueños... ¿Por qué parecen tan reales a veces? ¿Por qué despierto algunas veces con una idea, que es solución para una complicación? Dormir, es como entrar a un agujero negro, estamos de un lado o de otro, vamos y volvemos, traemos y llevamos, ¿Interactuamos en otro plano de realidad ? ¿Esto modifica la percepción de la realidad? No, estamos acostumbrados, normalizamos todo lo conocido.

 Creo que los animales son más aptos que nosotros para vivir en esta forma de existencia. Ellos, perciben sonidos, vibraciones y tal vez algo más, pero, nosotros sostenemos que somos más inteligentes, porque talamos bosques que nos dan, oxígeno, regulación de la temperatura, albergue para diferentes especies, frutos y hasta flores para deleitar la vista. Además, evitan avalanchas de lodo, consumiendo las napas de agua, que pueden aflojar la tierra y convirtiendo en cimiento, un entramado enorme de raíces que constituyen un suelo firme. ¿Realmente somos más inteligente que los animales? ellos no destruyen su hábitat, con la firme convicción de encontrar otro lugar en el espacio, que les demandaría, tal vez, milenios, en darles lo que la tierra ofrece a manos llenas. ¿Y si mejor cuidamos el planeta ?.. 

 Una semilla y paciencia hacen la diferencia entre comer un fruto verde, madurado artificialmente y otro sacado de la planta, en su punto exacto de maduración y con las propiedades intactas.      

 El humano puede comportarse de manera absurda cuando invierte muchísima energía, al punto de perder el bienestar para acumular dinero, que después será drenado, por el desgaste físico que conlleva tanto derroche de energía.

 Las personas, poseen dones y características que las hacen únicas, y por lo tanto, valiosas, pero... las modas los redirigen a la expectativa de diseñadores que obedecen a sus propios intereses. Exhibiciones de arte, que alguien avala, sin respeto a la sensibilidad y discernimiento de otro individuo.

 Contradicciones constantes entre lo que dicen y hacen. Títulos que llenan paredes con marcos elegantes, pero que no conocen el respeto por la vida ajena. Al igual, que el que nunca hizo nada por ser mejor, y eso lo enorgullece.

 No es que esté juzgando, es que no comprendo. Tampoco soy ejemplo, ni soy mejor, solo trato de poder equilibrarme una y otra vez y mi objetivo es poder alcanzar la coherencia, poder pensar, decir y hacer, sobre una misma idea, y si me equivoco, poder corregir y tratar de alinearme en esa nueva percepción.

A veces, me canso tanto, que quisiera tirar la toalla y que no me importe nada... pero creo, que no fuí diseñada para eso ¿Es agotador?, Siiiiii, claro que sí. Algo dentro de mí, carga pilas otra vez y sale como si fuera la única salida ¡No sé que voy a hacer conmigo! Puede ser que la vida me cruce con gente que me entienda... o puede ser que no, pero creo, que mientras pueda ver la belleza en una florcita silvestre, en el brillo en una mirada emocionada, un gesto desinteresado, un mínimo vestigio de dignidad en el humano, mi impulso va a ser apostar a esa divinidad que todos llevamos dentro, distorsionada y oscurecida, para beneficio de algunos.


Norma.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        

viernes, 31 de octubre de 2025

Tenía esperanzas

 


Y ya no sé que vi... o si fue cierto,

si se lo que sentí, no fui un misterio.

Y no, no fui capaz de ver engaños,

juzgue por como soy, ¿Y fue un extraño?


Las décadas pasaron sin sonido,

en medio hubo error... ¿O no lo ha sido?

Creí en ese nombre y su recuerdo,

y le aposté al amor, con ojos ciegos.


Y ahora... ¿Qué más da, si fue sincero?

si quiso una ficción, o fue un intento.

Y no sirve saber si me han querido,

no se lastima a alguien por cariño.


Y si, todo está bien... no espero nada,

y claro que esperé... tenía esperanza.

El hombre, se deslumbra entre propuestas,

no aprende a discernir qué es quimera.


Y es claro, que no pienso si fue bueno,

si trajo aprendizaje... y todo eso.

No quiero ni escuchar que fue correcto,

por eso, ni menciono lo que siento.


No voy a consentir palabras tibias,

de alguien que no entiende mis heridas.

El que se atreva a hablar, que sea de frente,

que entienda en mi mirada que se siente.


Y si, yo soy capaz de reinventarme,

la vida, no me dió un trato amable.

me puso a decidir con mil carencias,

y en medio de un gran caos... la tormenta.


Y vivo en la vorágine de un tiempo,

con ganas de arrancarme los silencios.

Y ya no intento nada... no hay sentido,

no lucho por razón... no he entendido. 


Y aquí estoy de pie, con mucho esfuerzo,

buscando en mi trabajo, tiempo honesto.

Y no sé que esperar... lo dejo al cielo,

tal vez, deba empezar todo de nuevo.


Norma. 






jueves, 30 de octubre de 2025

Mi verdad

                                              https://www.youtube.com/watch?v=nH23RcVR8EA

 A veces, no sé como empezar... pero, es solo comenzar a escribir y las palabras surgen a borbotones, como esa fuerza que impulsa a la sangre cuando sale de su cause, por una herida. 

 Y sí, así es, fui lastimada muchas veces, fui ignorada, menospreciada y podrían surgir cantidades impensadas de palabras. Y no, no me estoy victimizando, no tengo por qué. Sinceramente, no voy a a gradecer a los supuestos maestros, que a través del dolor, me han enseñado las lecciones más importantes de mi vida... NO, no pienso agradecer eso, aunque hoy se propague con mucha impunidad esa premisa. Perdón... yo no agradezco eso, me quiero lo suficiente y confío en mi capacidad de entender por medio del razonamiento, como para enaltecer tan aberrante maltrato. Y no se confundan, nadie salió visiblemente lastimado de esas escenas, jamás hubiese tolerada ni el más mínimo rasguño sobre mi cuerpo, pero... así como existen los ladrones de guante blanco, también existen los maltratadores de guante blanco. Y no minimizo ninguna situación, porque ambos son personas violentas, y hoy se sabe, pero... años atrás, se menospreciaba todo lo que no fuera visible.

 No es malo amar, o ser empático, lo realmente incorrecto, es enfocarse en la persona inadecuada. El tema es... ¿Cómo saber que vamos a ser manipulados? Difícil... algunas personas son expertas en este rubro, a tal punto, que su vida, depende de desarrollar esas habilidades con el fin de ir cotando cabezas, para no verse tan bajos.

No estoy de acuerdo en agradecerle algo a estos seres, tampoco odiarlos, o planear venganzas, mirar hacia otro lado es la única salida. No romanticemos sus heridas, porque todos somos guerreros en esta vida y llevamos muchas cicatrices, pero... no nos da el derecho de seguir por la vida destruyendo todo lo que se nos cruza. Es verdad, que no siempre somos conscientes de lastimar, y aún así, lo hacemos. Lo grave, es saber que hacemos mal, y aún así, no intentar modificar nada.

 Bueno, cada uno sabe qué elige. Personalmente, me equivoco más de lo que quisiera y por momentos, me paro a pensar, porque ya no sé que quiero. Y no hablo, de no pensar en que deseo con toda mi alma, que la gente que quiero, tenga salud y sea feliz... no, no es eso, es más profundo, es no entender qué hace tanta gente, destruyendo su cuerpo, a los que tiene cerca, torturando animales, arrasando con la naturaleza. Me dejan sin palabras los fanatismos en general. No entiendo, al que insulta, agrede o va más lejos incluso, para frenar un punto de vista diferente. Esto escala en deportes, artistas, religión, e ideologías de cualquier tipo. Y no niego que yo tengo mis propias creencias, pero no estoy ciega, trato de entender, y, así y todo, tal vez, tenga algunas razones firmes, como para no romper algunos principios que involucren respeto, pero con el paso de los años, pude entender algunos motivos, que antes, no podía ni suponer.

 Modas grotescas, donde lo bonito es ver humanos que no parecen serlo, ideales que se contradicen entre el ser y el parecer, las muestras de inmadurez, que se revelan cuando alguien no se hace responsable de lo que genera, quebrar la confianza con una persona y tildarla de rencorosa porque le duele, o no lo entiende, excusarse diciendo que todos lo hacen, estar condicionados, por la opinión de otro humano con nuestra misma capacidad... y podría seguir con más ejemplos, pero... ¿Quién soy yo para juzgar al mundo, si también me equivoco? 

 Por eso, y por mucho más, suelo perderme en la nebulosa de no saber qué hago acá... tal vez, solo sea una invitada, porque así me siento. Y no es autocompasión, ni mucho menos, pero... siento que estoy cansada, y no es físico, estoy harta de tratar de entender lo que no tiene lógica ni sustento, de tratar de esperar lo que no tiene por qué llegar, de intentar no ofender, cuando cada uno reacciona según su estado de ánimo, de justificar ausencias, de ser respetuosa, cuando no tiene sentido y solo espero un consejo cuando lo pido.

 Puede ser que alguien entienda lo que digo... o puede ser que no, pero esta es mi verdad.

Norma.

 

domingo, 26 de octubre de 2025

Cuando se alinean los mundos



Realmente no cambie mucho, pero ya no soy ingenua,

no soy la sombra que calla, mientras persigue las huellas.

Porque llegó la injusticia y me atacó por la espalda,

tal vez nadie lo entendió...  elegí no decir nada.


Porque siempre fui así, implacable con quien daña,

pero hice una excepción... y ya no pensaba en nada.

Porque el amor me desborda y despliego mi empatía,

porque nadie me conoce, hasta que escarban mi herida.


Porque el tiempo se desliza y me entristece perderlo,

me angustia si se esfuma... y no sé por qué lo ha hecho.

Porque el tiempo y el rechazo, se complotaron riendo,

y no pude ignorarlos, porque bloquearon mi acierto.


Porque el cielo es mi testigo y lo antepuse a mi miedo,

porque pelear con dragones nunca te deja ileso.

Y presentí un final, y me aferré con más fuerza,

porque nunca quise irme, y volver... tal vez ni pueda .


Y ahora me ven distinta... pero no vieron la historia,

tantas noches sin consuelo... escondida en mi memoria.

Y ya no habrá desventaja, no jugaré ningún juego,

extraño lo más bonito que sostenía mi sueño.


Y no importa que hayan dicho, yo he sido transparente,

y no me engaño, no sé... le soy fiel a mi presente.

Y no miento, solo callo, aunque me oprima el silencio,

esta vez no seré yo, quien corra por otro intento.


No me voy a traicionar, ni a desmentir lo que siento,

pero si ocupo un lugar, será solo el que merezco.

Aunque me tiemble la voz y la imagen me desarme,

no me voy a reducir, para encajar y quedarme.


No perdí esa ternura que fue vital en un tiempo,

ahora sé, si no lo veo... vuelvo al cofre su recuerdo.

Y si, se me va la calma por cada paso fallido,

porque dragón que amenaza, no es leal... nunca lo ha sido.


Porque no importa que hagas, nunca serás respetado,

porque los malos engañan y no cumplen lo pactado.

Porque yo ví lo que hacen, sin pensar en consecuencias,

porque si toman un arco, les puede volver la flecha.


Porque yo no niego nada, porque el amor, no es espera,

porque si se vuelve a hablar, será diálogo, no guerra.

Porque ya no quiero excusas, solo escucho lo profundo,

porque creo en los comienzos, cuando se alinean los mundos.


Norma..


 


jueves, 23 de octubre de 2025

Sensación

                                             https://www.youtube.com/watch?v=q99VTBUPhtk
 No sé, en ocasiones, y especialmente ahora, tengo algunas sensaciones conocidas, pero vividas en otras circunstancias de mi vida.

 Esa sensación, posterior a una gripe, sentirse algo frágil todavía, con una gravidez extraña al caminar... como con precaución, con una mezcla de tranquilidad por volver a un  estado natural, que, en ocasiones, no sabemos valorar, y ese dejo de angustia que se disfraza de brisa, que te dice que ya estás bien, pero que la vida es eso... un vaivén sin garantías, un saber acomodarse por un rato en lo que toca y equilibrarse ni bien sea posible.Esa sensación de haber pasado por momentos matizados de tristeza e incomodidad. 

 Me recuerda, a mis vacaciones en la infancia, cuando dejaba mi casa, mis amigos y a mis padres, para pasar un tiempo en casa de mis tíos. Las vacaciones, eran mágicas, la casa de mis tíos era muy luminosa, amplia y muy bonita, mis amigos de las vacaciones, eran divertidos, pero no impedían que extrañara lo que era realmente mío. Una combinación de alegría y nostalgia.

 Esa sensación, de haber sido acusada injustamente, y la posterior disculpa, que, te deja con ganas de llorar y contenta, por el reconocimiento. Eso que deseaste siempre y el tiempo infinito que costó tenerlo en tus manos. Nada esta mal, ni está bien del todo. Es un espacio neutro, que se llena de lágrimas, suspiros y euforia, por la alegría de suponer que el sueño se cumpla. No sé, ese no querer ilusionarse con nada, porque al destino, se le hizo un hábito, esto de reírse a último momento, mientras, desliza un compasivo... otra vez será.

 Esa sensación, de haber pasado por tanto... que podrías escribir un libro, pero... nadie sabe, solo ven a una persona que sonríe, que sigue como si nada, pero que la vida, le hizo sentir todo con absoluta profundidad. Que enfrentaste a personas perversas, sin un rasguño externo, pero con dolores intensos en el corazón, con lecciones de humildad extremas, y carencias que se ven totalmente innecesarias.

 Y no estoy mal... no. Solo estoy algo melancólica, y, tal vez, este cielo gris, es el marco adecuado para este día. Y mañana, estaré distinta... o no. 

 Tal vez, camine bajo el sol y cierre los ojos para percibir los aromas de la primavera, y al abrirlos, mis ojos agradezcan el poder apreciar la belleza de la naturaleza, emergiendo en colores, bajo un cielo de Octubre, tan neutro y distinto, como ese instante del ocaso, donde los tonos cálidos se encienden en el horizonte, dando paso al espectacular escenario de luces que titilan, de espaldas al telón oscuro de la noche.


Norma




viernes, 17 de octubre de 2025

El infiel


El infiel, puede ser hábil, o estratega acostumbrado,

pero nunca es un inocente, no es torpe, ni acosado.

El infiel, es un farsante, disfrazado de hombre bueno,

es doble faz en su rostro, desmintiendo cada hecho.


El infiel, no entiende el daño de romper algún acierto,

todo lo que toca, rompe... todo lo vuelve funesto.

El infiel, es la justicia retorcida entre los dedos,

justifica las razones, con hormonado argumento.


El infiel, negará todo, aún, cuando lo estés viendo,

te acusará de su causa, cuando no se puso un freno.

El infiel, es ese socio, que te estafó sin dudarlo,

el que te mira a los ojos... y aquí nada ha pasado.


El infiel, se rinde fácil, buscando llenar sus huecos,

y se cree aún más hábil, cuando descarta sin miedo.

El infiel, va oscureciendo, lo que rosa su estructura,

porque se cree galán y no es más que un caradura.


El infiel, reclama espacios, y avanza en su capricho,

parece un coleccionista, que solo compra suspiros.

El infiel, no es ese hombre irresistible en su paso,

es el que se expone a todo, sin un código acertado.


El infiel, no es seductor, es viperina su farsa,

es el ladrón que vive huyendo, cuando suenan las alarmas.

El infiel, no es ese hombre, con quien sueñan las mujeres,

es esa historia corta, que se olvida... o te hiere.


El infiel, trae una historia, que hace años se avalaba,

cuando mujeres sufridas, lo aceptaban y callaban..

El infiel, no es el deseado ¿Quién acepta las mentiras?

tal vez, por comodidad, por dinero... o apatía.


El infiel, tiene ese grupo, de aduladores perversos,

que disfrutan sus historias, porque el karma es ajeno.

El infiel, es solo un ciego, que solo entrega el cuerpo,

que va usando... y que lo usan... como descarte perpetuo..


Norma.



domingo, 12 de octubre de 2025

Lo más difícil...

 

                                                         https://youtu.be/XzCrpwdL1XM

Es complejo, es delicado, y yo no tengo nada que me acredite, más, que haberlo sentido en carne propia.

 Ante todo, y para evitar malos entendidos, admiro y respeto a todos los humanos, sin distinción de raza, religión, nivel social, cultural o género.

 Entrar en una etapa de madurez física, no condiciona al espíritu de una persona, porque el rasgo de madurez, no implica sentirse viejo, es, simplemente, haber aprendido a equilibrarse, que cada vez que todo tiembla o tambalea, y nos desplaza de un eje imaginario, sepamos como regresar y recuperar la paz interior.

 Suelo hablar en mis poesías, sobre personas que han perdido su alma, pero es una figura poética. Tal vez, no sea posible habitar esta realidad sin un alma, pero... imagino que se usa el cerebro, para bloquear con mucha fuerza los sentimientos, aunque, no puedan reprimir del todo, las emociones más densas. 

 Por lo que pude comprobar, esas personas, tienen una coraza muy gruesa adherida para no sentir, y es por eso, que buscar situaciones extremas, algún estímulo externo que puede traspasar toda esa protección. Y así es, como los que nos emocionamos hasta ver como se abre un capullo en primavera, los miramos con extrañeza, sin poder entender, por qué es tan necesario que todo lo lleven al límite. Y entendí que la explicación es esa, el cerebro domina a su alma anestesiada, para no sentir... para no sufrir.

 Y los vi, siendo tan sarcásticos, que exceden todo margen posible. Algo que podría haber sido un chiste y pasa sin dañar, se convierte en sus bocas, en un macabro sistema de tortura, en donde, jamás admiten lo que provocaron, te acusan de excesiva sensibilidad.

 Los ví muriendo de celos y envidia por cualquier virtud, objeto material, incluso... por personas, que creen que alguien más posee. Esto no genera en ellos admiración, o un estímulo para la autosuperación, por el contrario, cualquiera que se atreva a hacerles ver una escena de este tipo, será objetivo para destruir como sea, manipulación explícita o implícita, sabotaje, traición, y hasta amenaza. ¿Por qué son tan peligrosos?..ni más ni menos, porque uno no ve lo que esconden detrás de sus máscaras. Algunos, si se presentan como payasos, pero, por más que causen un poco de rechazo, jamás imaginamos, que pueden, incluso, terminar con la salud mental o física de una persona.

Los vi llorando, suplicando, haciendo obras, aparentemente de mucha empatía, en algunos casos, pueden verse como altruistas, pero... esa es la red, cuanto más grande y potente, más peces quedan atrapados en esa trampa cruel y calculada, perfeccionada a través de los años, mediante prueba y error, dejando muchísimas víctimas en el camino, que suelen no desenmascarar a esas personas, por vergüenza, por no entender como cayeron sin darse cuenta, otros, sienten temor de ser atacados por venganza, si se atreven a descubrirlos. 

La verdad, es que pocos países tienen leyes, que superficialmente tocan estos temas y, tal vez, con suerte, sea evidente en casos de estafas o explotación comprobable. Conclusión: ES LA TRAMPA PERFECTA, si los delatas... te ridiculizas, y es posible incluso, que hayas sido cómplice de algo, y no puedas denunciarlos, porque te estarías implicando.

 Los vi en su perverso juego de acusación, ridiculización y victimismo. Son hábiles distorsionadores de la realidad, porque es a lo único a lo que se dedican, es su manera de sobrevivir, porque en el fondo, y detrás de tanta fachada de superioridad, perfección y astucia, son como niños resentidos haciendo berrinches constantes para conseguir atención... validación, pero con la fuerza destructiva de un adulto, que vive su vida, para derribar lo que no puede obtener. Son personas que no pueden discernir, un humano de un objeto, porque bloquearon las emociones, a tal punto, que son como ciegos que sostienen un bastón, sin ir tanteando si hay presencias cerca, su actitud es agresiva y van por la vida golpeando y destruyendo todo lo que se les cruza, hasta sumergirse en una oscura soledad.

Algunos psicólogos afirman, que cuando te acusan de cosas que no hiciste, en realidad, se están confesando. No te ven a vos, se ven ellos en su espejo distorsionado.

Aprendí, después de mucho leer, investigar y comprobar, que detrás de estos personajes malignos, hay un niño que fue víctima de una sociedad ignorante, de padres, que también fueron endurecidos por los mismo, y de ancestros, que debieron enfrentar realidades crudas y desesperadas en sus infancias. Por lo tanto, se podría decir que son inocentes, si no contrastara con la realidad de personas, que sometidas al mismo trato en su niñez, no optaron por seguir ese aberrante camino de insatisfacción permanente. Son como huecos que jamás se llenan, porque lo único que sana es volver y saber que debió ocupar ese hueco, revivirlo, asumirlo y entenderlo, pero... duele tanto, que se necesita coraje extremo y mucha humildad.

Antes, se pensaba que el niño, al crecer, olvidaba todo, y en nombre de esa posibilidad, se trataba con mucha despreocupación el cuidado de esos primeros años de infancia. Incluso, hoy se sabe, que el daño puede comenzar desde la concepción. Es terrible, una inmensa responsabilidad que antes no se conocía, solo se reproducían por mantener el apellido, o por tradición familiar. Hoy, hay muchos medios de informarse para cambiar esa realidad, sin caer en padres temerosos de corregir a sus niños cuando es necesario, por el miedo extremo de dañarlos o que los juzguen algún día. Pero no es así, los niños necesitan límites para sentirse contenidos. Ante todo, siempre debe priorizarse el equilibrio, porque arrimarse a cualquiera de los dos extremos produce desequilibrio.

Algunas tribus y especies animales, destinan a cierto grupo de mujeres o animales, para la crianza de los niños o crías, porque no todas las mujeres nacen para ser madres, aunque si estén aptas biológicamente. Estos grupos, identificaban a las guerreras, a las maternales y tal vez, otras funciones para bien común.

 Lo mismo sucede con los hombres, aunque sospecho, que como los asentamientos eran constantemente atacados, es posible, que no hubiesen tenido chance de elegir.

 Un día me sorprendí hablando con mi hija y manifestándole el deseo de que en el futuro, se encuentre la manera de revertir este proceso y recuperemos a todos estos seres que apagaron la luz que debían anclar en el mundo. Por lo tanto, la poca luz que manejan, la tienen que robar de otros. Ladrones de algo que se les entregó para vivir una experiencia por tiempo limitado, y que no pueden usar, porque sus almas están dominadas por un cerebro programado, a través de toda una vida, que beneficia un sistema egoísta de poder y apariencia.

 Lo malo, los psicólogos dicen que este proceso es factible de revertir, pero hasta el momento, no hay nada documentado, que afirme el hecho de que alguien se someta al sufrimiento extremo de revisar todas sus heridas, para liberar el alma nuevamente y volver a brillar con toda su intensidad.

 Lo bueno, si alguien logra hacerlo, podría ser ejemplo para otros y liberar a las almas prisioneras de cerebros manipulados, que tienen tanto miedo de verse en el espejo y admitir hasta donde llegaron, que prefieren ahogarse en las únicas emociones que puede sentir, como el dolor, la tristeza, la envidia, el odio y todo lo que vibra muy bajo.

Pero mi optimismo, no me deja cerrar esta reflexión sin decir que, cada amanecer es una oportunidad para empezar de nuevo, que mientras hay vida... hay esperanza. y que nunca es tarde cuando la dicha es buena.

Un abrazo.

 


miércoles, 8 de octubre de 2025

Siempre fui leal.


Y como contaré, si yo no entiendo,

y como reflejar lo que esta dentro.

Las letras se entrelazan... se disocian,

abrazo en soledad mi propia sombra.


El tiempo que es volátil, desafía,

las manos son de flores... suspendidas.

Las lágrimas, son destellos en la brisa,

son pétalos al sol... como llovizna.


Un ángulo neutral para mis sueños,

ya no quiero enojarme, no... no quiero.

No es tiempo de entender lo que no puedo,

ni es tiempo de estancarme en sufrimiento.


Y siempre fui leal... aunque no crean,

y estuve siendo fiel, aunque no entiendan.

Yo le agradezco al cielo despejado,

y al ave, en su osadía de ser canto.


La noche, en depresión, trae tristeza,

el sol, con todo el brío, abre la puertas.

Un prisma, es su guión más destacado,

se abre el corazón, en estos brazos.


Es tiempo de frenar un nuevo impulso,

y sí que soy sensible, en lo profundo.

Pero, me dicen... míralo pausado,

tal vez pueda doler... hay que escucharlo.


Y digo, ¿Por qué así?, y dicen esto...

no se le exige al frágil... no hacen eso.

Y quiero no pensar, pero no puedo,

me siguen melodías con sus versos.


Y no sé, si es real, o fantasía,

no sé, si es de noche... o es de día.

Hoy, solo me sostengo con mis manos,

y aún si me da miedo... es necesario.


Norma.



domingo, 5 de octubre de 2025

No acepto grises

                                                    

                                                      https://youtu.be/-wEUfAuK_p0

Hoy no quería escribir, porque no tengo algo bonito o liviano que decir. Tengo una sensación abrochada a mí garganta, algo que me pide aire, que me dice que costó mucho aprender a quererme, cómo para que ahora, me ahogue en un silencio digno.
Sinceramente, solo tolero el silencio cuando  estoy sola, ordenando mis pensamientos. Los silencios acompañada, me desestabilizan, se me hacen huecos profundamente incómodos. No soy de las personas que pueden pasar largos ratos en silencio, cuando estoy con gente conocida, automáticamente, mí mente saca un tema de la galera o pregunto algo que dispare una apertura de la persona que me acompaña, para dar lugar a un diálogo que se disfrute de ambos lados.
No puedo entender esos silencios largos, me generan ganas de retirarme... juro que es asi.
En apariencia, puedo estar bien, organizada, trabajando, pero... nadie sabe realmente que sucede en mí interior. Tal vez, será, que algunas situaciones que vivo no tienen explicación, y no puedo ni explicarme las a mí misma.
Es verdad, que mí intuición me habla, me susurra, me advierte, pero... yo no quiero seguir así, en este laberinto de palabras, que parecen que sí... pero siempre es no.
Estoy reacomodándome en el espacio que  tengo, con lo que hago y con lo que soy.
Ya no voy a tolerar retrasos, intrigas, medias palabras, o que decidan por mí.
Cómo decía en un principio, me llevó muchísimo tiempo volver a quererme y perdonarme, por lo tanto:
-No voy a aceptar que el dolor es algo hermoso que nos hace crecer y recibirlo con los brazos abiertos.
-No voy a concebir, que alguien decida sobre mis decisiones, sin consultarme.
-Ya no me abriré a reproches infundados, que generen culpa.
- No voy a incorporar cosas a mí vida, solo por moda, o por ser aceptada .
- Mi tiempo es mío y lo voy a cuidar como yo prefiera.
-No estoy esperando que me aprueben.
-No soy una opción.
-Las decisiones tienen que ser blanco o negro, ya no acepto grises. Para los que creen en Jesús, él decía: que las respuestas debían ser sí, o no, lo demás... viene del maligno... para pensar...
Estoy muy cansada y mí cansancio no es físico, al menos, generalmente no.
No puedo describir la sensación, es algo así, cómo cuando vas a salir, y le pedís a tu acompañante, que ya no falta mucho, que si tiene algo que hacer,  que comience a hacerlo, para no llegar tarde, pero... después de esperar mucho tiempo, quizás, ya en el límite de límite del horario fijado, uno pregunta... ¿Vamos? ¿Ya estás?, y se escucha... -Me baño, me cambio y salimos. 
¿Alguna vez les pasó? Imagino que sí, bueno... esa es la sensación que no puedo describir, sin este ejemplo. 
Y uno se pregunta... ¿Por qué me hace esto? Me hubiese dicho que no venía y no pasaba nada... ¿ Qué necesidad tenía de hacer que lo/a espere? 
 Si, así me siento... no puedo describirlo de otra manera. Entonces, uno se arrepiente de haber confiado en lo que uno creyó que estaba acordado.
Perdón, hoy no tengo reflexiones que compartir, solo este vacío. Tal vez a nadie le importe... tal vez, no sepan que tiene que ver, pero... Este blog, nació pare transmutar sentimientos en palabras y debo darme mí espacio... Por respeto a mí misma.
Bueno, hay que sacar el polvo, cambiar el aire y recordar que es tiempo de cosecha y solo se recogen frutos en un espacio trabajado con mucho amor. Se sabe que es increíblemente difícil encontrar un oasis en el desierto.




martes, 30 de septiembre de 2025

¡Hermoso aire!


 Y es un suspiro, largo y desvelado,

un dolor sin nombre... porque he callado.

Un muro en el prado, que brotaban flores,

un jardín soñado, se cerró de golpe.


Caminé descalza sin rumbo y certeza,

probé los consejos... y sentí tristeza.

A veces la vida, te golpea tan fuerte,

que te desfigura... y sin distraerte.


Me callé el desborde, y lloraba a oscuras,

no reclamé nada, busqué mi cordura.

Abracé a mis hijos, su amor... su pureza,

les pedí perdón, por faltarme fuerzas.


No sabía que el hombre vendiera su alma,

pensé que eran frases de novelas raras.

Me aferré al amor que creía cierto,

pero era niña y soñaba un cuento..


Nada avanzaba y todo dolía,

no tenía la fuerza que yo pretendía.

Y aguante ese peso doblando mi espalda,

quien debía apoyarme, solo me atacaba.


Y me habían criado para ser muy buena,

tanto, que era malo, intentar defensas.

Y cuidé a mis hijos con toda mi alma,

pero con dragones, se usan espadas.


Y me llevó años de culpa y quebranto,

supe perdonarme pasando los años.

Renuncié a todo y escuché reproches,

¿Por qué elegiste a los malos hombres?


¡No podían creer cuánto soportaba!

¡Reclamos muy fuertes! ¿Yo las lastimaba?

Y si fui inocente, cómplice o esclava...

¿Quién era ese hombre que llevé a mi casa?


Juro, que no quise lastimar sus vidas,

hijos de mi vientre... lo que más quería.

Sí, soy responsable, no estaba madura,

alimañas entran, cuando aún, ni dudas.


Y la brisa suave me trajo el aliento,

solo respiraba... y volvía al intento.

Fue vida y fue luz, en mi tumba fresca,

sonreía a mis hijos, cuando estaba muerta.


La brisa, fue el soplo de fuerza y coraje,

oxígeno blanco, supo reanimarme.

Y corté grilletes de herrumbre... pesados,

y amé a esa brisa, como no había amado.


Ya no recordaba a ese aire puro,

y aunque si, fue viento, capturé el susurro.

Y dejé que el viento siguiera su rumbo,

y volví despacio a enfrentar mi mundo.


Algo no aprendí y caí de nuevo,

y así adquirí un lenguaje nuevo,

afilé mis armas y entendí, en el llanto,

que de allí saldría... me estaba asfixiando.


Nunca imaginó que tenía las llaves,

sus burlas, sus trampas, me dieron las claves.

Y en eso, la brisa abrió las ventanas,

y así, entre recuerdos, desplegué mis alas.


Y aún vuelo lento, con brisa en sus olas,

camino en la playa que trae su forma.

Y sé que fue triste todo lo pasado.

pero, ¡Hermoso aire!.. me pierdo en tus brazos.


Norma.









domingo, 28 de septiembre de 2025

Ni fácil... ni simple.


 Nadie está libre... si lo sé, todos fallamos, todos mentimos... y, hasta ocultamos... lo sé, nadie puede rasgarse las vestiduras por este rasgo humano. 

Todos alguna vez causamos dolor a otros, por indiferencia, por ignorancia, por creer lo mismo que creen muchos... la lavandina saca todas las manchas... pero, lamento comunicarles que no es real, porque depende más del tipo de mancha, que del quitamanchas. Cada ofensa, dolor o decepción, no depende del tiempo, sino, de la importancia que tiene en nuestra vida.

 Yo no soy ejemplo de nada, solo quiero compartir estos diálogos internos. Si, creo que no somos ni mejores, ni peores que otros... bueno, sí, hay excepciones. Por eso, la gente juzga, saca conclusiones por percepciones muy superficiales, y cada uno sabe, pero... eso no es verdad, es solo un enfoque.

 Y si, nos enojamos y es una emoción que merece drenarse, pero no debería desviarse hacia la venganza. Solo es cuestión de entender cuál fue nuestro rol, lo que pudimos... lo que no, y entender porque no fue de otra manera.

Y... ni fácil, ni simple... y mucho menos inmediato. Imagino que si alguien supiera lo que es transitar esos momentos, simplemente optaría por el encierro, para no cruzarse a nadie. Y sí, es loco, irracional e imposible. ¿Entonces?... ¿Y la salida?.. Yo no tengo certezas, tengo memoria, y a veces es increíblemente útil.

En definitiva, no existen fórmulas universales, para individuos variados, pero... hay que entender, que si varías personas se sientan alrededor de una mesa redonda, y en el centro hay un florero, cada una de ellas tendrá un panorama diferente y una manera única de describir cada flor y al florero mismo.

 ¿Qué considero importante? Escuchar, tratar de entender... obvio, si hay un indicio de algo auténtico. No subirnos al ego y a la tozudez, de sostener algo de lo que no estamos cien por ciento convencidos.

 La vida es corta y los errores... muchísimos. Tampoco es cuestión de aceptar los sinsentidos, las humillaciones, o las justificaciones absurdas, como quien no aprendió. Pero, si no es ahora... ¿Cuándo?  

 Entiendo que honrar la vida, no es solo respirar y seguir un patrón establecido, por personas que buscan un beneficio o no innovar, porque da miedo perder el control de lo conocido. Y si, esto nos pasa a todos, pero, es que nadie nos explica, el reto es, que aún con miedo, se intente avanzar.

  Realmente, la fórmula la elabora cada uno, porque nuestro cuerpo se vuelve un amigo, cuando aprendes a hablarle, el cerebro, deja de generar stress, cuando se permite discernir y el corazón, se expande en todo su potencial, cuando libera la sabiduría, moldeada por tu pulso e intuición. 

  Poca gente me va a leer, otros, rebatirán lo que no compartamos, pero, está bien... no se trata de pensar todos de la misma manera.

 Por último, creo que más difícil que decidir, es esperar con toda la fuerza posible, que el libre albedrío de alguien, coincida con tu más bonito deseo, y así, con dos voluntades libres de prejuicios, elijan construir algo real, donde la mayor felicidad, no sean cosas extraordinarias, sino, que se sienta como esa pieza artesanal, hecha con todo el amor y el entusiasmo... como la primera vez de algo totalmente diferente, cuidado y exaltado con el sentimiento más noble y auténtico. Sin presión... sin condición.


Norma.  


martes, 23 de septiembre de 2025

Paciencia...

                                                             https://youtu.be/0cbkdiNZgpk
La paciencia, no es fácil... es tremenda.

provoca a lo veloz... te pone a prueba.

Se ve como quietud... pero es la fuerza,

agota, hasta confines de inclemencia.


Paciencia, no es palabra para todos,

es, ese paso firme entre destrozos.

Paciencia, es el arma más pesada...

acobardando al necio en sus batallas.


Paciencia, es la pericia dolorosa,

un pacto inamovible entre las sombras.

Un gesto de bondad que tironea,

rebelde la pulsión, pero... si, espera.


Paciencia, se ve bien, pero no es cierto,

es dura en la batalla... es como fuego,

te quema y lo resistes con coraje,

paciencia, es para bien... no es cobarde.


Resiste la osadía de un infierno,

aguanta el arrebato sin un gesto.

Es la prudencia justa... si lo vale,

es fuerza en resistencia... con coraje.


Dicen, que el ladrón nunca la quiso,

dicen, se que salteó lo requerido.

El solo germinar, se hace en sus manos,

el tiempo de cosecha... el esperado.


Paciencia, es el amor aliado al tiempo,

el temple que sostiene es su ladero.

No es, como esa desidia que aparenta,

más feroz que el mar y no es afrenta.


Norma.




Enamorarse


 Y nadie te lo cuenta... ¿no lo saben?, tal vez, no todo el mundo lo constate. Amar, no es derecho, es milagro, al menos el amor correspondido.

 Cuando era niña, imaginé que siempre el amor era correspondido, al menos en la adultez, y sí, comprendo que la falta de experiencia me hiciera soñar con algo así, y esta bien, no pasa nada, eso ayudó a no asustarme con el futuro incierto... y, por momentos, hasta retorcido.

 Yo sé, que en la famosa etapa del enamoramiento, todo es intenso, divertido... muy fuerte, sería la definición. Pero, pasada la etapa inicial, la persona comienza a exhibir todo lo que es. Algunos, no soportan la etapa de aceptar y sopesar, lo bonito y lo justificable, y se sienten traicionados, sin motivo. Otros, en cambio, aceptan que la perfección, es una construcción del cerebro, basada en películas, libros y relatos fabricados desde la ficción. Es como un holograma de tecnología aún no diseñada, en donde es difícil distinguir realidad de fantasía. 

 Algo puedo aportar a todo esto, mi madre, siempre nos dijo, que cuando mi padre llegaba, ella sentía la misma emoción al verlo, que cuando eran novios. Y, aunque ella sostenía su posición de mujer empoderada y no celosa, se enojaba cuando las mujeres se le acercaban a él, por su predisposición a ayudar, o por su buen humor. Y de mi padre... ¿Qué decir?, no hacía falta que dijera nada, era obvio, por como la miraba y siempre le cedía todos los méritos a ella, porque fue visible ese gesto de amor, cuando ella quedó sin él.

 Por lo tanto, yo sé que el amor se trabaja, se cuida, se protege, pero de ninguna manera se fuerza. Yo también lo intenté siempre, porque creo que hay emociones y sentimientos que no desaparecen con el paso del tiempo, es solo verlo o imaginarlo, y todo se activa, pero... una pareja debe actuar en concordancia, tienen que llevar la misma intención, la misma fuerza y decisión, porque es imposible que se sostenga de un solo lado, o que se sostenga en contradicción... eso genera cortocircuito.

 Se dan casos de personas que están en una relación, y sin querer, se enamoran de otra, otras, dicen amar a dos personas... perdón, yo no entiendo eso. Lo que sí comprendo, es que no todas las parejas que siguen unidas están enamoradas, y ese es el motivo, por el que un corazón vacío, puede enamorarse de alguien más. Lo correcto, según mi razonamiento, es darle prioridad al corazón, que es el que, con su pulso incansable, nos permite estar vivo. Porque le damos mucha importancia al cerebro, pero todos sabemos, que, aunque muera, la última palabra, siempre es del corazón. Nos enseñaron, que sie el cerebro domina, todo va a salir bien, pero, hoy en día se conoce la influencia poderosa del campo magnético del corazón que se ve afectado por el estado emocional... y esta probado. Entonces... ¿Quién es el jefe?

 Otras personas, mezclan, amor a los hijos o a la familia y amor de pareja... cada uno sabe, pero yo entiendo, que mientras el amor a la familia es ampliamente expansivo y abundante, el amor de pareja, es exclusivo. Y ya sé, parezco extraterrestre cuando toco estos temas... pero estoy profundamente convencida de lo que afirmo... al menos, yo lo vivo así, y todos mis intentos por ser terrestre, solo me llevaron a momentos que prefiero no recordar.

 Para terminar, el amor que se apaga, o cambia de color, es por falta de cuidado, y el ejemplo de la plantita, me va como metáfora. También es verdad, que si la felicidad del otro, implica renuncia, también se debe hacer, aunque duela de manera inimaginable.

Adoro ver a esas parejitas que se miran con amor y se cuidan, porque, me ayudan a no perder la fe en el amor.     

martes, 16 de septiembre de 2025

Las cosas como son

 


 Y ella me contó como sentía, 

y si, se que es así, no hubo mentira.

Esto que comenzó ya hace tanto...

si angustia su dolor, lo va calmando.


 Y dice que fue hermoso y sonreía,

que no hubo luz igual, ni otra energía.

Que piensa, que tal vez, fue fantasía,

que el tiempo separó... y unió un día.


 Que no debió ceder... un NO a tiempo,

que puso a su derecha al incorrecto.

Que supo ser tan fiel, que se reprocha,

que ya no la miraba... y fue su sombra.


Y luego el destino... encrucijadas,

la puso en el lugar donde iniciara,

y fue sentir el aire... estar en calma,

solo escuchó su voz... porque importaba.


Y enfrentó sus miedos más profundos,

sabía que era guerra y no fue justo.

Él no la soltaría sin venganza,

ataques de crueldad con arrogancia.


Y eso no fue amor, era egoísmo,

una fachada al mundo... su prestigio.

Y tuvo argumentos inventados,

y todo en él cayó... a un mundo bajo.


Y ella, se aferró a su mano amiga,

no quiso ser un peso... agradecía.

Y aunque supo que, todo arriesgaba,

ella seguía allí... y no importaba.


Y así contó, que fue desconcertada,

un hombre le envió, la carta extraña.

¿Y no pudiste ver cuánto te amaba?

el aire se cortó... quedó sin habla.


Ella pensó.. ¿Es él?.. no lo creía,

y fue la inspiración en sus poesías.

Después vino la duda, era extraño,

¿Y si se equivocaba?... ¿Otro fracaso?.


Se habían confesado, muchos miedos,

ella no cuestionó... era un secreto.

Y ella no ocultó a su compañero,

y sí, les decía a todos, que era bueno.


Un cambio de actitud, varió su trato, 

ella lo respetó, no vio el rechazo.

Después, vio otra verdad... y lo sabía,

no habría ni un consejo de empatía.


El agua y el aceite no se mezclan,

quiso justificar, su cruda afrenta.

Y se desmoronó frente a mis ojos,

 y no pudo creer... los sueños rotos.


Y ella me contó, que fue soltando,

ya no había un lugar... ni imaginando.

Entonces, se gritó  -¡Te confundiste!

solo fue compasión, que no pediste.


La vida fue implacable.. un desierto,

pero quiso salir, luchó sin freno.

El viento tan helado, castigaba,

ya casi no dormía... si, estudiaba.


Trabajos impiadosos y miseria,

sus hijos como ancla en esta tierra.

Ella, también me habló de esos vampiros.

que no fueron opción, fueron lascivos.


Y ella, puso fin a tanto imbécil...

ella quedó asqueada y sin la suerte.

Y solo por error... ni pretendía,

volvió a ver su foto... y aún dolía.  


Y no, no había rencor, lo acomodaba,

y solo se quedó con remembranzas.

Ya estaba destrozada... no podía,

y entonces, lo entendió... y se rompía.


Y algo le advirtió, -Ve su mirada,

y entonces, decidió estar callada .

Inerte, se inventó alguna chance,

pero, le dolía pecho... asfixiante.


Las cosas como son, me dijo un día,

no sé que lo retiene... ¿Hipocresía?

Y no habría recompensas... lo sabía,

y supo hacer un diálogo en poesía..


Entonces me miró, mientras callaba,

y dijo... -Es hasta aquí, no puedo nada.

La vi, y se quedó, anotó un plazo,

y dijo, -lo tengo que soltar, pero lo extraño.


Norma.

Así lo veo yo.


 Algunos se quejan de la tecnología y otros la idolatran... ¿Quién tiene razón? Tal vez nadie en realidad... o todos, que es más o menos lo mismo.
 Muchos niños y no tan niños, viven presos por la estimulación de imágenes y las respuestas rápidas, confían más en un consejo del chatgpt, que en el de un humano... ¿Está bien?, a veces sí, y otras veces, es mejor corroborar. El tema, es que es algunos campos, la IA, es extraordinaria, porque supera ampliamente la capacidad humana, porque carece de interferencias emocionales. Pero, no deberíamos deshumanizarnos para encajar en la tecnología, debería ser solo una herramienta fabulosa, para encontrar soluciones en medicina, arqueología, y en muchas áreas donde no hemos encontrado respuestas satisfactorias.

 El tema es, el daño y el beneficio para las generaciones futuras, por la frustración que genera tener que invertir esfuerzo, disciplina y tiempo, en proyectos, o metas de autosuperación, ya que, aprendieron que todo se resuelve de manera instantánea, solo con una elección de segundos... ¿Está mal? Tal vez, nada sea malo en realidad, es no aferrarse a los extremos, es saber equilibrar, es evitar siempre los extremos, porque el humano, no tiene que ser perfecto, solo tiene que aprender a volver a equilibrarse una y otra vez.

 La gente se queja de todo, no agradecen nada de lo que tienen, lo asumen como un derecho adquirido, solo por hacerle el favor a la vida de seguir respirando... ¿Suena raro dicho así? Tal vez, sí, pero eso hacen, incluso andan por la vida enojados y frustrados, por todo lo que les falta adquirir. Y bueno, no digo que no nos pase a todos en ocasiones, pero, otra vez, buscar un equilibrio, podría sacarnos de sufrimiento no necesario.

 Yo trato de explicar, solo si a alguien le interesa, como veo la vida hace unos años. Yo creo que es como si alguien ( llámese Dios, Sr. Universo, o rellene cada uno ese dato), alquilara un parque de diversiones por un tiempo, y decide, regalarle pases libres a todos los juegos, a muchas personas, que considera valiosas. Algunos, entran corriendo en grupos que se dispersan para hacer la cola en el juego más tentador, pero... llevan carteras, camperas u otros objetos personales, que deciden no llevar encima. Para que todo esto suceda, designan a una persona, para que se siente y cuide todo ese bagaje de cosas, casi innecesarias, y eligen las opciones, algunos solo dan vueltas y nunca se deciden, otros elijen los juegos más extremos, y no siempre salen bien del desafío, existen también, opciones para los más tranquilos, en donde algunos de ellos descubren que no eran lo que parecían y, los que corren como locos para probar todo, pero en realidad, casi no disfrutan nada. 

 ¿Dónde está el problema? El problema es, que hay uno, o varios, que cargan con pertenencias ajenas, innecesarias o no. ¿Qué sería justo? Negociar, a mi entender es lo equilibrado, o no traer nada que no sea imprescindible. Las alternativas son muchas, pero lo equitativo podría ser, que alguien lo reemplace después de cada vuelta, para que el que cuida, tenga sus momentos de diversión y elección, y no que cada tanto, te compren un pancho y una gaseosa, para que aguantes en el puesto asignado. Ya sea, uno y uno, dos y dos... o algo así, en donde la consideración y la empatía, nos permitan compartir los derechos y las obligaciones de forma equilibrada. Nunca aceptar, el -Ahora me toca a mi, y la última hora es para vos- porque nadie te puede asegurar cuál es la -última hora- 

 Y a la salida, cuando el que invirtió tanto para tu experiencia y disfrute, te pregunte ¿La pasaste bien?.. ¿Sería justo que le digas que no supiste decir no, y te resignaste a esperar que los demás sean felices? Lo más triste, es que seguramente, no todos la pasaron bien, a pesar de tu sacrificio, y, además, tampoco te van a agradecer, porque nadie le agradece a un perchero.

 Así lo veo yo, porque lo viví, porque nadie te obliga, y es muy probable, que los que sí te quieren, te impulsen a salir del banco de las pertenencias ajenas, pero, uno se resiste, por culpa, por autocastigo o resignación. Algunos te verán como un mártir, otros, ni se acuerdan que estás ahí, y posiblemente, los que más hicieron fuerza para sacarte, y no pudieron, dirán que fue tu elección, que no te quejes.

 Por eso, ya no regalo mi tiempo en el banco, si nadie me va a reemplazar en un tiempo justo... yo ya no me siento a esperar. Es cuestión de entender que no hay escalafones de privilegio, todos tenemos derecho de vivir e intentar encontrar nuestro lugar, pero sin perjudicar a nadie en el intento.

 


Norma.

sábado, 13 de septiembre de 2025

Sonrisa



Sin tantas vueltas al dolor... ser la sonrisa,

sin ignorar lo que paso, ser agua limpia.

Con la esperanza de un ok... que sea un giño,

para sentir la primavera en un suspiro.


Y que sea solo caminar contando historias,

y que sean pasos de lealtad en la memoria.

Y remontemos esa fe, con barriletes,

y que los sueños no se rindan al caerse.


Porque la vida se abre al sol, como pimpollo,

cada mañana, es promesa, que sea logro.

Buscar mi fibra más real, en la ternura,

y ser sin miedo a los ataques y a las dudas.


Y ser tan noble como pueda, aún a solas,

y ser sonido que diluya las derrotas,

y ser la pluma, que en su danza, sea poesía,

con el amor, como esa magia conocida.


Y descubrirse en los colores y fragancias, 

y ver de cerca un colibrí en su elegancia.

Hacer que el brillo en la mirada sea tu reto,

abrazar fuerte, esa luz que va por adentro.


Y no dar crédito al error... que se equivoca,

y no bañarse en el dolor que trae la sombra.

Y que me diga el corazón si es el camino,

y que mi trauma con que el tiempo sea vencido


Y sin certeza... en esperanza, abrir las puertas,

porque ya sé que la intuición me lo revela.

Y no es cuestión de debatir con cuántos años,

y es verdad, que una sonrisa hace milagros.


Tal vez, el banco de una plaza es suficiente,

no es el lugar, es la postura ante la gente.

¿Y si la vida se moldea si prefieres?

¿Y si la historia que guardamos no se vence?


Estoy dispuesta a reescribir todo de nuevo,

y que el murmullo de algún ángel, traiga acierto.

Pero, si vuelve esa sonrisa sin cadenas...

será la dulce rebeldía en cada espera.


Y así sonría la expresión... y sea por dentro,

y así la calma sea de luz, de un sol intenso.

¿Y sí los muros son de arena, y llega el viento?

¿Y si mis manos son palomas, no desiertos?.


Norma.

miércoles, 10 de septiembre de 2025

... que arroje la primera piedra.

 


Fácilmente concluimos y juzgamos,

un martillo de impiedad en nuestras manos.

La soberbia nos aleja de lo humano,

implacables, somos jueces y jurados.


Una cuota de ceguera... y esa viga,

como juicio al ojo ajeno... se critica.

¿Qué inclemencia nos invade por momentos?

Esa toga que se instala... como fueros.


Con orgullo, ostentamos la certeza,

un engaño, que dual, nada contempla.

La campana sin un eco resonando,

la expresión de un extremo designado.


La campana sin un eco resonando,

una expresión de un extremo designado.

Una versión inapelable y persistente,

la necedad, que ha agravado lo que siente.


Mano cerrada, que no admite la apertura,

esa emoción calcificada en la denuncia.

Una balanza que se inclina conveniente, 

una justicia que se erige sin cimiente.


Ningún reloj ha vuelto atrás, el tiempo pasa,

no se ha podido corregir, porque no atrasa.

Que la persona sin error, sea primera,

que con honores, tire ya, alguna piedra.