Es necesario no ceder y no rendirse,
es poderoso percibir eso que existe.
Es un momento de esperar y estar despierto,
es una trampa... un laberinto en el desierto.
Solo la calma y respirar... visión más clara,
solo las manos del amor y la confianza.
Un pacto al corazón y a sus razones,
con los valores de honradez en las acciones.
Formar un círculo de paz, unir espaldas,
juntar los ojos, para ver lo que otros callan.
Llevar lo hermoso al interior y ser muy cauta,
huir del diálogo maligno y su venganza.
Atar los cabos del delirio que no cuadra,
cerrar las puertas al dolor por las migajas.
Saber que el tiempo me lo dijo... lo sabía,
soltar las manos del vacío... ¡Que ironía!
Primero un paso atrás... y luego otro,
sendero entre valientes silenciosos.
Muy lento y ascendente es el retorno,
la pieza se acomoda ante mis ojos.
Y puedo recordar... ahora comprendo,
mezquina es la expresión de lo perverso.
La herida estaba allí... clavan sus garras,
me dejan cicatrices en la espalda.
Y vuelvo a estar de pie... él me lo dijo,
las causas me liberan del abismo.
Comprendo esa niñez convulsionada,
un giño a ese pilar que no me abraza.
Norma