Escuchar la lluvia llegar en goteo, con su ritmo afable,
o esperar alerta el rugido artero, rasgando el encuadre.
Un café, un mutismo, y la noble causa que evita el desmadre,
la sonrisa obtusa se esboza cautiva en silencio estable.
¿Qué será del sueño anclado a ese limo tan inconsistente?
¿Cuál será la causa que llegue a destino sin un aliciente?
Llegará a su hora.. será lo dispuesto cuando se revele,
y será aceptado que nada se cambia, porque no se puede.
Tan vez no sea el libro que contenga claves, hechizos... embrujos,
ni el destino recto, que marque la ruta del viaje al futuro.
Tal vez sea el delirio de un juglar errante que cuenta una historia,
o será tan solo, que todo es un juego... y yo su memoria?
Esa idea activa de ojos y oídos buscando un culpable,
que limpie la imagen de escenarios rotos, en un tiempo infame.
Cuentan las leyendas, novelas y mitos que el amor es clave,
pero, sepa el hombre, que el amor no alcanza, ni evita pesares.
No importa si es clave entregarse entera a cuidar la vida,
si el coraje es poco, el medroso intento se vuelve una herida.
Ya no se si es bueno volver al camino de mi historia heróica,
si nadie me ha visto pelear con dragones... y hoy me lo cuestionan.
Este nudo enorme se instala en mi pecho, pago los destrozos,
la historia esta escrita, no puedo evitar mis pasos erróneos.
Y será en silencio... y será mi brazo, quien sostenga el peso
del tiempo pasado, regando en sordina un triste desierto.
Norma.
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