Aquellos cerros.

Observando sigilosa y con respeto,
consigo contemplar de cerca aquello
y las plantas aparentan suaves copos
que parecen desteñidos a lo lejos.

Su gente ha hallado en esta tierra,
la paz que aquí, tapamos con cemento,
con apuros, sin tiempo y con dinero
que nos hace olvidar que es lo nuestro.

De esta vista perfecta del paisaje,
imagino el tiempo que ha tomado,
maravillas de su esencia se han formado,
y el hombre no pudo igualarlo.

La tierra suavemente se ha ondulado,
de su altura caen ríos de agua clara
y en caminos serpenteados de frescura
crecen flores de pureza inigualada.

El cielo hace gala de sus tonos,
el sol se hace presente amaneciendo,
y emerge de la tierra como fuego,
ascendiendo majestuoso para vernos.

Embriagada de lo visto en esta tierra
me permito contemplar aquellos cerros
que se funden con las nubes hacia el cielo
regalando generosos sus misterios.

10/7/95